¿Qué hacer con la historia de las emociones?

poetisaromanticaplanas1881    La nueva historia de las emociones, enmarcada en un affective turn más amplio, plantea un desafío para toda investigación histórica; y más en particular para aquellas que habían asumido un enfoque de historia cultural, a las que exige una nueva “vuelta de tuerca” en su pretensión de lograr explicaciones menos simplistas de las acciones humanas, tanto individuales como colectivas.    En la búsqueda de una historia cultural de la construcción de los Estados, el proyecto “Imaginarios de Estado…” se ha topado con este desafío: en la medida en que se asume la presencia de componentes emocionales en todo proceso de conocimiento, pensamiento o acción de los seres humanos, y que se asume que tales emociones tienen un alto grado de historicidad (que no son invariables a lo largo del tiempo y del espacio), la cuestión es ineludible. En las concepciones imaginarias de los estados nacionales no hubo solo cálculo de intereses y pensamiento racional: resulta una obviedad que hubo también sentimientos, emociones, sueños, temores, pasiones individuales y colectivas… Y necesitamos instrumentos para estudiarlas e incorporarlas a la realidad de unos procesos históricos a los que, en caso contrario, les estaríamos hurtando un componente fundamental.

    Quizá es en el mundo de las utopías y las distopías donde esos componentes emocionales se nos hacen evidentes con mayor contundencia: porque ese tipo de planteamientos resultarían inexplicables sin apelar a los miedos y los sueños que revelan, preñados de emociones que hay que historiar y descodificar.

    La búsqueda de herramientas con las que abordar el estudio histórico de las emociones Imagen_taller_emocionesme ha llevado a participar en tres reuniones sucesivas sobre el tema en menos de un año. La primera fue el taller doctoral organizado en la Casa de Velázquez de Madrid por Stéphan Michonneau y Juan Pro, bajo el título: Emociones: ¿un giro en Historia y Humanidades? (del 11 al 13 de diciembre de 2013). La confluencia de investigadores españoles y franceses en aquel taller sirvió para hacer aflorar la genealogía intelectual de esta historia de las emociones, sus herramientas conceptuales fundamentales, la existencia de problemáticas comunes al respecto entre especialistas de distintas ciencias humanas y sociales, y un conjunto de investigaciones concretas que mostraron las posibilidades del nuevo enfoque (Programa completo del taller “Emociones: ¿un giro en Historia y Humanidades?”).

Cartel_Emociones_Zaragoza    Más recientemente, el curso titulado Siento, luego existo: emociones históricas e historia de las emociones (22-23 de mayo de 2014), que organizó en Zaragoza la Institución Fernando el Católico bajo la dirección de María Tausiet, ha permitido realizar un recorrido histórico, desde la Edad Media hasta la contemporánea, desplegando en cada periodo ejemplos concretos de lo que la historia de las emociones tiene que ofrecer a un investigador actual (Programa completo del curso “Siento, luego existo: emociones históricas e historia de las emociones”).

    En la ponencia que presenté en el curso, Romanticismo y utopía: por una historia emocional del siglo XIX, puse el acento en mostrar cómo las nuevas formas de concebir  los sentimientos que caracterizaron al romanticismo reeducaron a varias generaciones de europeos y americanos, creando las condiciones de posibilidad en las que se pudieron desarrollar las utopías del siglo XIX. El pensamiento de Fourier, con su valoración positiva de las pasiones humanas como clave para organizar la sociedad futura, sería un ejemplo de ese socialismo romántico, que arraigó en España con especial facilidad, en la medida en que las elites del país estaban asumiendo algunos componentes del estilo emocional del romanticismo como ingredientes de la identidad nacional. Desde el análisis de ese caso particular, la ponencia apeló a la necesidad de dotarnos de una historia emocional del siglo XIX, para que no siga siendo esa centuria esquiva que los historiadores no pueden comprender si no es proyectando sobre él las lógicas del XVIII o las del XX.

Juan Pro expone su ponencia en el curso "Siento, luego existo...", presentado por el Presidente de la Institución Fernando el Católico, Carlos Forcadell (23/05/2014)

Juan Pro expone su ponencia en el curso “Siento, luego existo…”, presentado por el Presidente de la Institución Fernando el Católico, Carlos Forcadell (23/05/2014)

Cartel_congreso_Bilbao_2014    Por último, los días 29 y 30 de mayo de 2014 se reunió en Bilbao un seminario internacional organizado por Nerea Aresti (Universidad del País Vasco) en torno a Nuevos enfoques de la historia de género. Dos investigadores del proyecto “Imaginarios de Estado…” participamos en el seminario, con ponencias en las que las cuestiones afectivas estaban muy presentes: Darina Martykánová (El hombre puesto al día: la masculinidad y el discurso de la civilización moderna en las últimas décadas del Imperio otomano) y Juan Pro (Mujeres en un estado ideal: la utopía de género del fourierismo y la historia de las emociones). De hecho, los estudios de género han sido uno de los campos desde los que se ha experimentado la necesidad de problematizar el estudio de las emociones y donde, por tanto, se han recibido con más entusiasmo los aportes que se vienen sucediendo en la materia desde los últimos decenios del siglo XX. Tal vez por eso, las organizadoras del seminario decidieron dedicar toda una sesión del mismo a debatir sobre “Género, culturas políticas e historia de las emociones” (Programa completo del Seminario internacional “Nuevos enfoques de género”).

Plano de falansterio, inserto en el informe para la mejora de la clase obrera de Ramón de Cala (1884), Archivo Histórico Provincial de Cádiz.

Plano de falansterio, inserto en el informe para la mejora de la clase obrera de Ramón de Cala (1884), Archivo Histórico Provincial de Cádiz.

    En la ponencia que presenté a ete último seminario, Mujeres en un estado ideal: la utopía de género del fourierismo y la historia de las emociones, traté de mostrar cómo la utopía del fourierismo español -y particularmente su propuesta en torno a las relaciones entre los géneros-, tal como se mostró en el foco activo en Cádiz en las décadas centrales del siglo XIX, surgió de la asunción de un nuevo estilo emocional (por utilizar el concepto de Peter N. Stearns) o un régimen emocional (por utilizar el concepto de William Reddy), que fue el del romanticismo. No fueron procesos de evolución del pensamiento en abstracto, sino las nuevas posibilidades de “navegación emocional” (de nuevo Reddy) abiertas por la aparición de nuevas formas de sentir y de expresar las emociones, lo que llevó a los integrantes de la comunidad emocional del romanticismo (por usar el concepto de Barbara Rosenwein) a concebir formas apasionadas de imaginar la sociedad perfecta del futuro, como las que representaba el socialismo utópico.


2 pensamientos en “¿Qué hacer con la historia de las emociones?

  1. Gracias, Juan, por la reflexión. Me parece fundamental a la hora de seguir el debate sobre las emociones como componente esencial del pensamiento utópico poner claramente sobre la mesa qué entendemos por emociones y por su relación con lo que se suele llamar la razón o el cálculo racional. La relación dicotómica entre ambos conceptos está muy enraizada en nuestra cultura y, de hecho, se suele utilizar para ridiculizar y descalificar los proyectos de cambio, igual que pasa, tal como lo hablamos en el congreso de Utopías en marzo, con la palabra “utopía”. Nosotros, como historiadores y científicos sociales, podemos analizar y situar histórica y geográficamente esta dicotomía y también podemos adoptar y/o desarrollar maneras alternativas de entender la acción humana que incluyan ambos componentes. Reddy en la Introduccióna su libro Navigation of Feeling resume bien algunas propuestas de este tipo hechas desde la psicología, lingüística y antropología.

  2. Pingback: Historia de las emociones | C L I O N A U T A : Blog de Historia

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>