Cómo preparar tu cuerpo para el embarazo

Darle a tu bebé el mejor comienzo en la vida significa poner en óptimas condiciones tu propia salud antes de quedar embarazada. Un examen físico completo de tres meses a un año antes de empezar a intentar concebir, le proporcionará a tu doctor un importante punto de partida para usar de guía durante tu embarazo, y también ayudará a determinar si estás físicamente preparada para tener un bebé.

Aquí tienes una lista de los análisis que les ayudarán a saber a ti y a tu doctor si todo está bien para intentar un embarazo.

Historia clínica

Posiblemente durante una visita previa al embarazo tu médico o tu ginecólogo querrá que le respondas una larga lista de preguntas acerca de tu salud y tu estilo de vida, tus hábitos de alimentación y ejercicio, y cualquier posible exposición a riesgos ambientales (como por ejemplo a productos químicos) en tu hogar o en tu trabajo.

También necesitarás informarle de cualquier trastorno preexistente, tales como por ejemplo diabetes o hipertensión arterial, además de cualquier problema genético que haya en tu familia (síndrome de Down, fibrosis quística, etc.).

Te preguntará sobre el tipo de anticonceptivos que estás usando y si has tenido problemas de ovulación o de menstruación, abortos inducidos, abortos espontáneos, embarazos extrauterinos o ectópicos, complicaciones en un parto previo, y otras cosas similares.

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Examen pélvico

Tu médico te realizará un examen pélvico de rutina para asegurarse de que todos tus órganos funcionan normalmente. Si tienes algún tipo de infección o trastorno, tal como fibromas o quistes ováricos, el médico los detectará durante el estudio y comenzará a tratar el problema para aumentar tus posibilidades de tener un embarazo saludable.

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El Papanicolaou

El Papanicolaou (citología vaginal), que comúnmente es parte del examen pélvico anual de rutina, es una prueba que permite detectar anormalidades potenciales en las células del cuello uterino, además de otras afecciones (incluyendo algunas enfermedades de transmisión sexual tales como la tricomoniasis).

Prueba de enfermedades de transmisión sexual

Si tienes o alguna vez has tenido alguna enfermedad de transmisión sexual, tal como el herpes, la clamidia o incluso el VIH/SIDA, es sumamente importante que tu médico esté al tanto de ellas.

Si nunca te has hecho una prueba para detectarlas, el médico probablemente te hará un cultivo adicional del cuello uterino durante el Papanicolaou y también un análisis de sangre para estar seguro de que te encuentras bien.

Hacerte los estudios médicos necesarios y seguir los tratamientos respectivos (o, en el caso del VIH/SIDA, controlar la enfermedad) antes de concebir, puede aumentar significativamente tus posibilidades de tener un embarazo que se desarrolle sin problemas y un bebé sano.

Análisis de orina

Tu médico analizará una muestra de orina para descartar la presencia de infecciones urinarias y diabetes. Las infecciones urinarias no tratadas pueden desembocar en una infección de riñón, que puede tener consecuencias graves durante el embarazo. De modo que si tienes una infección urinaria, es conveniente que te cures antes de concebir. Y en caso de que tengas diabetes y no lo sepas, el diagnóstico temprano es la clave para un embarazo normal. La diabetes aumenta el riesgo de tener un bebé que nace sin vida y de anomalías congénitas.

Algunos médicos analizarán también la orina en busca de signos de la bacteria estreptococo del grupo B, que habitualmente es inofensiva en los adultos pero puede producir una gran cantidad de problemas cuando es transmitida de la madre al bebé. La mayoría de los médicos esperarán hasta que tengas entre 35 y 37 semanas de embarazo para hacer este análisis, dado que los resultados son más significativos en ese momento. Si eres portadora de la bacteria te darán antibióticos por vía intravenosa durante el parto.

Análisis de sangre

Tu médico podría hacerte un análisis de sangre para verificar tu tipo de sangre y descartar la presencia de anemia o algún otro problema. Dependiendo de tus antecedentes étnicos y tu historial médico, también puede ser que te hagan análisis para descartar la presencia de anemia drepanocítica, enfermedad de Tay-Sachs y talasemia. Los afroamericanos, judíos, francocanadienses y pueblos de descendencia mediterránea tienen mayor riesgo de padecer estos problemas.

Control de la presión arterial

Tener controlada la presión arterial antes de quedar embarazada es esencial. Las mujeres embarazadas con presión arterial alta (hipertensión) son más propensas a desarrollar preeclampsia y tener problemas de placenta. Pero esto no significa que no puedas tener un bebé si tienes presión elevada. Tú y tu médico tendrán que elaborar un plan para controlar la hipertensión a lo largo del embarazo.

Vacunas

Muchas infecciones prevenibles pueden producir abortos espontáneos o defectos congénitos. Un análisis rápido de sangre revelará si estás inoculada contra enfermedades como la rubéola. Si necesitas una vacuna de virus vivos atenuados, por ejemplo contra la rubéola, deberás esperar 28 días antes de intentar concebir. Tu organismo necesitará tiempo para eliminar el virus que te han inyectado, y en teoría es posible que un niño que todavía no ha nacido contraiga el virus y pueda padecer defectos congénitos tales como sordera, encefalitis y problemas cardiacos.

Con respecto a las enfermedades más comunes, entre ellas la varicela, el sarampión y las paperas, deberías pensar en ponerte la vacuna si aún no la recibiste o no estás segura de haber tenido la enfermedad cuando eras más joven (en cuyo caso ya habrías desarrollado la inmunidad). También puedes recibir un refuerzo de tétano, y si tienes riesgo de hepatitis B, deberías considerar que te vacunen contra esa enfermedad.

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Examen de la función tiroidea

Si tienes una tiroides hiperactiva o hipoactiva (la tiroides es la glándula que controla las hormonas del crecimiento), llevar un embarazo saludable y a término puede ser muy difícil. Ambas complicaciones pueden interferir con la ovulación, y una tiroides hipoactiva puede causar un aborto espontáneo, infertilidad o problemas de desarrollo fetal.

Si tienes antecedentes de problemas de tiroides, tu médico debería hacerte un estudio de tiroides antes de que empieces a intentar concebir. Un tratamiento apropiado te ayudará a quedar embarazada.

Control de enfermedades parasitarias y virales

Las enfermedades parasitarias y virales como la toxoplasmosis y la citomegalovirosis son relativamente inofensivas para los adultos pero pueden resultar peligrosas para los recién nacidos y gestantes.

Un análisis de sangre puede detectar si tuviste toxoplasmosis (muchas veces transmitida por las heces de los gatos o la carne poco cocida) y si eres por consiguiente inmune. En caso contrario, deberás evitar la caja de arena de tu gato y la carne cruda antes y durante el embarazo, ya que la mayoría de los tratamientos disponibles para la toxoplasmosis no son seguros para el feto. Asimismo, la prevención es el mejor camino para evitar la citomegalovirosis, para la cual no hay ningún tratamiento disponible.

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Pruebas y asesoría genética

La gran mayoría de los bebés nacen perfectamente sanos, solamente entre el 2 y 3 por ciento de ellos nacen con un defecto congénito importante. Pero si tú o tu pareja presentan alguno de los factores de riesgo, entre los que se incluyen antecedentes familiares de enfermedades genéticas o ser mayor de 35 años, tu doctor puede mandarte a un asesor genético.

Haz todas las preguntas necesarias

Tu consulta de preconcepción es un buen momento para conversar sobre todos los problemas o inquietudes que tengas. Y no seas tímida. Por muy incómoda que te pueda parecer tu pregunta, tu doctor ya lo ha visto y escuchado todo.

También puedes compartir tu historia y pedir consejos a otras mujeres que están intentando quedar embarazadas, en nuestros foros de Concepción.

No olvides leer nuestra lista sobre cómo preparar tu vida para un embarazo.