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Entre el bricolaje y el trabajo: los makers y los fabricantes

En 594 a. C., cincuenta años antes del edicto de Ciro, el legislador ateniense Solón deroga a toda prisa una esclavitud debida al impago de préstamos que suscita zarpazos de guerra civil, y añade a lo dicho por Hesíodo que ninguna polis será próspera si «trabajar es infamante, y la vocación del mercader no resulta honorable» (Plutarco, Vida de Solón, 2,3)

Antonio Escohotado, Los enemigos del comercio Vol.II, p. 23

Linea de ensamblaje, fastcompany

El 7 de octubre de 1913, hace ahora cien años, comenzó a producir la primera línea de ensamblaje móvil en Higland Park. De allí saldrían el Ford T, pero también la producción en masa, y con ella el crecimiento de la estandarización y las necesidades de masas. Era el principio del fin del producto individual. Con él la unificación de gustos, el usuario sería el que se adopte a las especificaciones de una producción que le había llevado a poder hacer su vida más fácil -indiscutiblemente-, pero sacrificando personalidad y voluntad por buscar y reconocer sus propias necesidades.

La producción en masa se convierte en una búsqueda de seguridad en el sistema. El individuo asustado de intentar buscar y solucionar sus propias necesidades cae la solución masiva de lo industrial y lo estándar. Lo referenciado, aquello consumido por muchos “no puede ser malo y, si no, no sería consumido masivamente” . Pero más allá de la pérdida de identidad, esta situación supuso un paso más hacia el envilecimiento de la visión del trabajo, una rutinarización excesiva que producía no solo la pérdida del sentimiento individual -si es que existía todavía en las masas proletarias de 1913-  tanto en la producción como en el consumo. Idea, que plasma a la perfección un fragmento de Anatema de Neal Stephenson:

Así que miraba fascinado a esa gente en sus mobes e intentaba concebir cómo era su vida. Miles de años antes, el trabajo de la gente había sido subdividido en empleos rutinarios para organizaciones donde la personas era piezas intercambiables.

Así debía ser; así era como se organizaba una economía productiva. Pero era fácil detectar una voluntad oculta tras esa situación: no exactamente una voluntad malvada, pero sí una voluntad egoísta.La gente que había conformado ese sistema sentía celos, no del dinero ni del poder, sino de las tramas. Si sus empleados hubiesen vuelto a casa cada día con historias interesantes que contar, entonces es que algo habría salido mal:habría habido un apagón, una huelga, un asesinato en masa.

Los Poderes Fácticosno podían consentir que otros tuviesen tramas propias a menos que fuesen historias falsas inventadas para motivarlos. Las personas que no podían vivir sin una trama habían acabado en los concentos o en trabajos como los de Yul. Los demás tenían que buscar más allá de su trabajo para sentir que formaban parte de una narración, razón por la que suponía que los seculares estaban tan preocupados por los deportes y la religión. ¿Cómo si no podías sentirte parte de una aventura? ¿De algo con un comienzo, un nudo y un desenlace en el que tuvieras un papel importante?

Nosotros los avotos lo teníamos porque formábamos parte del proyecto de aprender cosas nuevas.Incluso si no siempre avanzaba a la velocidad suficiente para gente como Jesry, avanzaba. Estaba claro qué lugar ocupabas y qué papel tenías en esa trama. Yul lo tenía gratis viviendo sus aventuras día a día, y el único problema era que el mundo no consideraba sus historias muy interesantes. Quizá por eso se sentía tan obligado a contar no sólo las aventuras en la naturaleza, sino también las de sus mentores.

Neal Stephenson, Anatema, p 1742

Una vez abaratada la producción en masa, llegó la necesidad de expandir mercados y estandarizar gustos pero, acompañado de una mejora de la técnica, el toyotismo fue capaz de crear pequeñas individuaciones masivas que mostraban la tendencia del mercado a disminuir su volumen óptimo de producción para adaptarse también a la necesidad de aparición de nuevos gustos y valores en una sociedad global.

Un siglo después, Ford preconiza que va a hacer sus líneas de montaje más flexibles que nunca para que sean capaces de fabricar varios modelos. A la par, nuevas tecnologías y enfoques están reindustrializando el “primer mundo”. El Made in America enamora tanto a patrioteros conservadores como a la izquierda y el progresismo, éstos últimos -entiendo- movidos por el ideal de una producción sin explotación. Anteriormente ya he expresado mi miedo a una nueva visión de la comunidad autárquica, ideal paradigmático y excluyente con el que asustan desde todas las perspectivas.

Y mientras tanto, los nuevos métodos de producción se presentan como una solución salvífica que muestran al individuo como capaz de producir por si mismo todo lo necesario en horizonte p2p donde la información es fácilmente duplicada y transmitida. No es copiada sino también reinterpretada, como han hecho las mentes más preclaras.

Ahora que ya parece que los nuevos modelos que comprenden la realidad desde la Física parece querer apoyar ideológicamente al pensar que un constituyente principal de la materia es la información, y se hace evidente que si se consigue impedir la proliferación de monopolios intelectuales, la producción continuará en un abaratamiento progresivo en la pequeña escala. ¡Pero necesitas materiales! Dirán tus detractores a lo que desde una perspectiva defensora del trabajo intelectual responderé: ¿no es un coste económico dedicarte a adaptar el software a tus necesidades? ¿no necesita de materiales? ¿no necesita de recursos un programador para formarse o para instalar tu servidor?

Pero más allá de eso, me gustaría ser crítico. La impresión 3D se plantea para muchos -Kevin Carson entre ellos- como un horizonte fantasioso y pretenden ver en él muchos una simplificación equivalente a la esperanza de Kropotkin hizo con la electrícidad. No podemos obviar la complejidad.

Por eso es más que interesante la lectura que hizo hace ya unos meses David Rotman sobre el famoso Makers: The New Industrial Revolution de Chris Anderson. La diferenciación clara entre fabricantes y makers, entre la innovación y el conocimiento profesional y profundo, al detalle del fabricante y la postura cercana al nuevo hobby y el bricolaje del maker. La diferencia entre la calma y la perspectiva a futuro del concento en Anatema  y la necesidad de adaptar rápido el entorno de aquel que vive fuera. Dos visiones comparables con la academia y la industria, pero también con la academia-industria frente a la autoreparación y modelado de automóviles con el que llenan horas de programas estadounidenses y que nunca ha dejado de ser una práctica habitual en un país donde la conquista dio a la imagen que nos transmiten de sus habitantes la presteza y el impulso de la necesidad de supervivencia.

The problem with this thesis is that ­Anderson makes little effort to explain how a community of creative and enthusiastic individuals or small startups might give rise to an industrial movement capable of transforming and revitalizing manufacturing. His analyses often seem incomplete: “Because of the expertise, equipment, and costs of producing things on a large scale, manufacturing has been mostly the provenance of big companies and trained professionals. That’s about to change. Why? Because making things has gone digital: physical objects now begin as designs on screens, and those designs can be shared online as files.” The reader is left wondering: how does sharing digital designs change the fact that most of the goods we want and depend upon, from iPhones to jet planes, still require the skills and budgets of large manufacturers? Equally frustrating

David Rotman, The difference between makers and manufacturers

El mundo exterior al concento -un híbrido entre convento laico y universidad- se presenta en la obra de Stephenson cargado de realidades y personajes mañosos e ingeniosos donde el Yul mencionado en el fragmento podría ser ¿un maker? ¿un emprendedor? que es capaz de comprender pequeños funcionamientos para solucionar sus problemas individuales del día a día. Frente a los que son cómo él, los avotos -esos habitantes de concentos- se presentan como guardianes de un conocimiento reposado, menos práctico y en manos de aquel que se dedica a pretender simplemente conocer, con mentalidad de futuro, con la voluntad de construcción de un proyecto sin afectar a los no involucrados.

La progresiva búsqueda por parte de muchos de nosotros de la fusión entre nuestro bricolaje y nuestro trabajo, la búsqueda del trabajo vocacional desde una perspectiva hacker corre mucho peligro de ser capturado por el dilema del hobby. El maker da soluciones a si mismo o a su entorno, y como todo abaratamiento de recursos, no deja de ser la extensión de lo que son soluciones  Low-Tech. Soluciónes que distan de estar al filo de la técnica, pues cada vez lo normalizado, fácil y asequible es cada vez más complejo, acorde al avance de la técnica y el pensamiento somos capaces de comprender cosas más complejas. Nadie llama al técnico para programar el vídeo. Bueno, nadie tiene vídeo.

Es obvio, no se puede desprestigiar a aquello que no supone “el más dificil todavía”, aquello que no es Hi-Tech, pues supone el proceso por el cual esas tecnologías pasan a ser parte de las soluciones del día a día, aquellas que todos necesitamos. Esta situación  mejora un hecho, el paso de la producción en masa y su destrucción de identidades a la producción masiva de pequeños nichos. La revitalización de la pequeña identidad.

Y eso preconiza tiempos dónde las taxonomías rígidas de nuestros campos de trabajo se verán necesitadas de cambio. Como ya avanzó P&W, cáda vez más la frontera entre el ingeniero de diseño y el ingeniero de fabricación se disipa -y con ellos muchos otros campos-. El hecho de que lo anteriormente complejo pase a ser el nuevo fácil es el día a día de la tecnología. ¿Dónde están las horas para reducir el peso de material optimizando las cargas sobre el diseño? ¿Dónde está la reducción de emisiones? ¿La reducción del consumo? ¿La optimización? El hobby, cercano a las soluciones de baja tecnología profesionales, no rompe estas fronteras, se dedica a dar soluciones a problemas instantáneos. Un trabajo que deseablemente cada vez será más mecanizado, para permitir que el trabajo sea la innvoación y la investigación: la búsqueda del fin del trabajo rutinario. Pero quizá sólo llegará para los que lo busquen y no para los que caigan en la resignación del victimismo.

Con el fin de renovar nuestro aparato estatal, debemos a toda costa, en primer lugar, aprender, en segundo lugar,  aprender, y en tercer lugar, aprender, y luego procurar que el aprendizaje no se quede en una propuesta vacía, o una frase de moda (y debemos admitir con toda franqueza que esto nos sucede muy a menudo), el aprendizaje debe realmente convertirse en parte de nuestro ser, y debe ser real y totalmente convertido en un elemento constitutivo de nuestra vida social. En resumen, no hay que hacer las demandas que fueron hechas por burgueses de Europa Occidental, sino acomodarse a lo que sea idóneo  para un país que se ha propuesto convertirse en un país socialista.

Mejor pocos y mejores, Lenin (en uno de sus últimos artículos en Pravda, traducción y negritas mías)

El conocimiento y la innovación se convierten en el multiplicador New-Tech de Carson-Taylor. Y por ello no se puede dejar de comprender que, tras las buenas ideas, el reposo y la perseverancia para llegar a las soluciones suponen el 20% del trabajo pero conllevan el 80% del tiempo, o toda una vida. El oficio, el trabajo allí donde pueda ser verdaderamente útil, requiere de tiempo y quietud, de investigación. Y esa es una gran frontera : entre el ímpetu y el comercio frente a la quietud y la investigación-producción. Fronteras que se desintermedian y deben diluirse pero que necesitan de la construcción de un relato -aquello que les faltaba a los obreros industriales- que se transmita en un compromiso y un proyecto a futuros. Y eso es mejorar: la conversión de una fantasía -por ende simple- en la búsqueda realista del último detalle en un campo: emplear tiempo para conocer y mejorar; huir de las rutinas mecánicas.

How to Bootstrap a Resilient Mutual Aid Society

Posted in LibertarianLike the Liberty Dollar, the more our mutual aid societies succeed, the greater the pressure will be on the state to destroy them. We need a MAS model that is resilient before we start accepting people’s precious funds.

Continue reading at Arm your Mind for Liberty …

Pirates Are The Music Industry’s Most Valuable Customers


An interesting article from TorrentFreak, original here.

Once again the music industry has come out with disappointing results for physical music sales, which they blame entirely on file-sharing. What they failed to mention though, is that their findings show that music pirates are buying more digital music than the average music consumer. Since digital music is the future, pirates are the industry’s most valuable customers.

Have you ever heard one of the major movie studios complaining about the decrease in sales of VHS tapes? We haven’t. The music industry on the other hand continues to blame the decrease in physical sales on digital piracy, ignoring the fact that there’s a generation growing up that has never owned a physical CD.

Yesterday the music industry lobby group IFPI presented its 2009 figures, again putting the blame for decreased physical sales on file-sharers. Unfortunately, most mainstream media outlets simply reposted the IFPI press release and their flawed analysis. In general, no effort is made to actually balance out or check the message being sent out to millions of readers.

In their annual Digital Music Report, IFPI states that file-sharers are half as likely to buyphysical CDs than the average music buyer. Although the report is about digital music, they carefully avoid saying anything about file-sharers and digital sales. That would actually show a completely different picture as we will explain below.

The music group made this statement based on an IFPI-commissioned study that was executed by Jupiter research. Although IFPI refused to share the entire research report with TorrentFreak, we can conclude the following from the two pages that were published online.

Compared to music buyers, music sharers (pirates) are…

* 31% more likely to buy single tracks online.
* 33% more likely to buy music albums online.
* 100% more likely to pay for music subscription services.
* 60% more likely to pay for music on mobile phone.

These figures (as reported by the music industry) clearly show that file-sharers buy more digital music than the average music buyer. In fact, the group that makes up the music buyers category actually includes the buying file-sharers, so the difference between music sharers and non-sharing music buyers would be even more pronounced.

How can this be true and why was there no mention of this in the Digital Music Report? They must be spending less on digital music then, right? But again, this is not the case at all. On average, file-sharers actually spend more than non-sharing music buyers. At least that’s what Mark Mulligan, Vice President and Research Director at Forrester Research who conducted the study for IFPI told us.

Mulligan has his hands tied and couldn’t say much about the findings without IFPI’s approval, but we managed to get confirmation that paying file-sharers are the music industry’s best customers. “A significant share of music buyers are file sharers also. These music buyers tend to be higher spending music buyers,” Mulligan told TorrentFreak.

So why do file-sharers download music without paying? According to the annual IFPI report, one of the main reasons people share music is because it’s free. This leads the music industry group to conclude that they are cheapskates and not willing to pay for music at all. But, as the above clearly shows, they are misinterpreting this finding, and we’d like to explain why.

In the digital age, people’s demand for music has changed significantly, but their budgets are still limited. The average file-sharer is currently spending $100 a year on music according to IFPI’s own research, not really a group that can be classified as freeloaders. However, their demand for music simply exceeds their budget and that’s where they start downloading music on file-sharing sites, because it’s free.

Just to be clear on our motivation to balance the ‘facts’ as reported by IFPI. We are not advocating that all music should be free and neither do most of the music lovers who share files online. However, the music industry continues to ignore that file-sharing is much more of a signal from the market that it is the increased demand for music that fuels piracy.

The solution to the problem is relatively easy. Start offering more unlimited and unrestricted music services and piracy will go into a free-fall. File-sharers are already paying for digital music, and they pay more than the average music consumer. File-sharing is simply a market signal showing that there is a need to compensate for the lack of high quality and affordable subscription services.

If anything, the music industry should have more respect for file-sharers, as they are their most valuable consumers. They are ahead of the curve and actually leading the way for the future of digital music, buying more digital music than anyone else. It’s the music industry that has to change, not the other way around.

Quote of the day: P2P Anarcho-Communism

Quoth DaydreamNation

Anarcho-communism is a bit like p2p data transfers. When everyone has a file and a proper system to check the integrity of their files (md5), one bad seeder doesn’t ruin the file for everyone.

I like :)


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Alongside Night enters BitTorrent age, goes viral

J. Neil Schulman’s classic 1979 novel of agorist revolution through counter-economics, Alongside Night, is going viral.

Neil posted today on the Facebook group he recently organized to help support a campaign to raise funds to transform Alongside Night into new media, including a graphic novel, a feature film and a video game:

Alongside Night by J. Neil Schulman

Worth reading; worth buying; worth promoting

J Neil Schulman (Las Vegas, NV) wrote at 8:19am

From my “Biggest fan”:

With the business news channels screaming “Inflation”, ever wonder what an inflationary economic collapse might look like in the US? Ever wonder, if fascism come to America, what it will look like?

Alongside Night is a Prometheus Award winning libertarian and anarchist dystopian novel by science fiction writer J. Neil Schulman first published in 1979. It’s fast paced and thrilling. And soon to be a major motion picture.

Official Website.  Buy the book if you like it.

Alongside Night on Facebook

“Enjoy! :D”   –Trishna321, who just pirated the PDF of Alongside Night as a Bittorrent download.

Besides its teaching value in the context of libertarianism, agorism and counter-economics, Alongside Night is also a ripping good story, a fast-paced adventure accessible even to teen readers, without pulling any punches. In my opinion, if you call yourself a libertarian and haven’t read the book yet, this is the time to do it.

Some googling takes you to Trishna321’s post on demonoid.com, where you can grab the .torrent file.

And, needless to say, if you read the PDF available here, sending Neil a few bucks is a fine thing, and will help get the ideas out to a wider audience through the current projects I mentioned above. Also worth pondering is buying a copy of Alongside Night from Amazon.com. This has the additional benefit of raising the book’s prominence among Amazon sales rankings, thus pushing it further toward (what oughtta be inevitable) mainstream media attention.

Amazon offers both dead tree and Kindle e-book editions. The PDF itself can also be purchased through alongsidenight.com. The perfect gift, and the Agorist Cadre will thank you!

 
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