El apego entre la madre y el recién nacido

¿Qué significa el "apego" entre la mamá y el bebé?

Cuando los expertos hablan del apego, se refieren al fuerte vínculo afectivo que se desarrolla entre una madre y su bebé. Es esa sensación de querer llenar a tu pequeño de amor y atención, o de que serías capaz de parar un tren por protegerlo.

Para algunos padres esto ocurre en los primeros días, o incluso minutos, después del nacimiento. Para otros, este sentimiento tarda un poco más en manifestarse. En el pasado, los estudiosos de este proceso de acercamiento pensaban que era indispensable que los padres pasaran mucho tiempo con el bebé durante los primeros días de vida para que este intenso vínculo amoroso se desarrollara lo antes posible.

Pero ahora se sabe que puede ocurrir con el tiempo. Las mamás y papás que se tienen que separar de sus recién nacidos inmediatamente después del nacimiento por razones médicas, o que adoptan a niños más grandes también son capaces de desarrollar relaciones amorosas muy intensas y sentir una conexión muy fuerte con sus hijos.

¿Qué pasa si no me apego inmediatamente a mi bebé?

Tranquila. El proceso de acercamiento entre padres e hijos es algo que se desarrolla con el tiempo. Mientras cuides de las necesidades básicas de tu bebé y seas cariñosa con él, tu pequeño no sufrirá si no sientes esta fuerte unión "a primera vista".

"Tanto se habla sobre el apego con el recién nacido, que muchas madres se sienten culpables si no sienten inmediatamente este increíble vínculo con sus bebés", dice Edward Christophersen, un psicólogo pediátrico en la ciudad de Kansas, Missouri. "Pero el apego es, en realidad, una experiencia muy individual, y tanto se puede esperar que esta conexión se desarrolle con el tiempo como que ocurra instantáneamente".

Tómate un tiempo. Tener un recién nacido es agotador y es posible que te sientas abrumada y estresada, o incluso triste, en las primeras semanas. Un parto difícil y una recuperación difícil también podrían hacer que tardes más en conectar con tu bebé.

En algunas situaciones, podría existir algún problema médico subyacente. Algunas mujeres sufren una reducción de los niveles de las hormonas de la tiroides de cuatro a ocho semanas tras dar a luz. Cuando bajan tus niveles de estas hormonas, podrías sentirte deprimida, irritable y tener dificultad para dormir y concentrarte: una situación muy poco ideal para sonreír y jugar con tu bebé.

Avísale a tu médico si desarrollas los síntomas mencionados arriba, o si notas otras señales de baja actividad de la tiroides (hipotiroidismo), como aumento de peso, estreñimiento o piel reseca.

¿Cuáles son algunas formas de desarrollar el apego?

El vínculo afectivo entre padres e hijos es fruto del cuidado y cariño diario. Aunque tu bebé sea lo más hermoso y encantador que has visto, también es una nueva persona en tu vida, a quien tendrás que ir conociendo. No hay una fórmula mágica, pero lo siguiente podría ayudarte durante este proceso:

• Pasen tiempo juntos piel con piel. Abrázalo, mécelo suavemente. El contacto entre sus cuerpos es relajante para ambos.
• Amamanta a tu bebé. Durante la lactancia, tu cuerpo segrega hormonas que fomentan la relajación y los sentimientos de cariño y amor.
• Comunícate con tu bebé a lo largo del día. Míralo a los ojos, háblale y cántale frecuentemente. Nárrale lo que estás haciendo, pensando y sintiendo.
• Cárgalo en un rebozo, cangurera o mochila frontal. Sentir el calor de tu bebé y su dulce olor, y mirarlo a los ojos con frecuencia son cosas que fomentan el apego.
• Tenlo muy cerca, cara a cara. Sonríele, y más cuando te sonríe él a ti. En poco tiempo verás que los dos empezarán a comunicarse: te sonreirá cuando le sonrías y balbuceará cuando le hables o le arrulles.
• Léele todos los días. Acurrúquense para mirar juntos un libro colorido.
• Si tu bebé tiene que pasar tiempo en una incubadora o unidad de cuidado intensivo neonatal después de su nacimiento, pide ayuda a las enfermadas para poder cargarlo y tocarlo.

¿Es raro que me cueste tanto conectar con mi bebé?

No, no es raro que los padres tengan dificultad en apegarse a sus bebés. Hacerse madre de la noche a la mañana es un cambio muy importante en la vida, y es natural que sientas una mezcla muy compleja de emociones.

Busca un grupo para padres primerizos en tu ciudad, donde puedas compartir tu historia con otros padres. Te sorprenderá descubrir que muchos sienten lo mismo que tú. Prueba en tu hospital o iglesia, y los centros comunitarios.

Una mamá de BabyCenter describe así su experiencia: "Esperaba sentir amor intenso a primera vista por mi bebé. Me sorprendí cuando, a pesar de tener un parto natural en casa y de amamantarla, al principio sentía a mi niña como una extraña. Eso ha cambiado con el tiempo, y ahora siento un gran amor por ella y me encanta estar con mi hija.

He leído y reflexionado mucho sobre el tema, y creo que tuve algunas dificultades que afectaron mi estado emocional. Primero, tuve una hemorragia después del parto y creo que estuve anémica por mucho tiempo. Luego, al principio amamantar me causó mucho dolor, y puesto que eso era lo único que mi pequeña quería hacer en las primeras semanas, la vida se me hizo muy difícil.

Me parece fantástico que muchas mamás formen inmediatamente un vínculo con sus bebés, ¡y eso les deseo a todas! Y para aquellas que no tuvieron tanta facilidad, les digo que tengan paciencia. Sean amables consigo mismas y con sus bebés. Estoy segura que con el tiempo se intensificarán sus sentimientos".

¿Cuándo debo empezar a preocuparme?

Muchas mamás primerizas necesitan tiempo para conectar con sus bebés. Pero si al cabo de algunas semanas no te sientes más cercana a tu bebé y más a gusto con él que en los primeros días, habla con el pediatra del bebé o con tu médico.

A algunas mamás les cuesta apegarse a su bebé porque están pasando por una depresión posparto. Se trata de un padecimiento común que ocurre en por lo menos el 10 por ciento de los partos y que puede derivar en problemas muy serios si no se trata. Llama a tu médico si sufres por lo menos cinco de los siguientes síntomas, casi todos los días, la mayor parte del día, durante dos semanas consecutivas o más:

• Tristeza profunda, vacío o desesperanza
• Llanto constante
• Pérdida de interés o falta de placer en las actividades o pasatiempos normales
• Dificultad para dormir de noche o para mantenerte despierta durante el día
• Pérdida o exceso de apetito
• Aumento o pérdida de peso, no intencional
• Sensación abrumadora de inutilidad, incapacidad o culpabilidad
• Agitación o pereza
• Dificultad para concentrarse o tomar decisiones
• Sensación de que vivir no vale la pena

Otras señales de depresión posparto incluyen irritación, rabia o enojo, pérdida de interés en el bebé, evitar familiares y amigos, dudar de tu capacidad de cuidar al bebé y preocuparte excesivamente por tu bebé.

Si piensas que podrías tener depresión posparto, no dudes en buscar ayuda y tratamiento médico: es lo mejor que puedes hacer por ti misma y por tu bebé. Si tu médico cree que tienes depresión posparto, te recomendará a un terapeuta o psiquiatra para que te den tratamiento, el cual podría incluir medicamentos.

Lee más:

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