7 trucos para disciplinar con consistencia

Hay una cosa en la que los expertos en disciplina infantil están de acuerdo: La clave está en que seamos consistentes.

"Si vas a cambiar una sola cosa en tu forma de disciplinar a tu hijo, elige el ser más consistente", dice Sal Severe, autor del libro Cómo educar a sus hijos con el ejemplo.

"Tus niños tienen que lograr predecir cómo te vas a portar. [Mamá espera que yo ponga la mesa. Si no lo hago, no podré ver la televisión después de cenar.] Al ser consistente le transmites a tu niño la noción de que él es importante. [Poner la mesa es mi responsabilidad como miembro de esta familia.]"

"La falta de consistencia, por otro lado, puede confundir a los niños o crear inseguridad. [A veces tengo que poner la mesa, a veces no. Si me quejo o lloriqueo, normalmente no tengo que hacerlo. Pero mamá a veces se enoja.] Si eres consistente, tu hijito pensará más acerca de su conducta, y eso es precisamente lo que quieres".

Al comportarnos con consistencia tranquilizamos a nuestros niños. Cambiar las normas o aplicarlas erráticamente ni es justo, ni es una manera eficaz de enseñarles a los niños cómo deben portarse.

Además, dice Severe, "Algunos padres piensan que dar el brazo a torcer ante las súplicas, lloriqueos o rabietas de los niños les facilita la vida. Pero a la larga, sólo les hace la vida más difícil. Es simplemente una cuestión de pagarla ahora o pagarla más adelante".

Claro que esto todos lo sabemos, pero en la vida real nos cuesta hacerlo. Estamos cansados, ocupados, y basta con una mirada dulce de nuestros niños para que cambiemos nuestra decisión. "Yo trato de hacer que mis niños cumplan las reglas, pero a veces estoy cansada o estresada o vamos retrasados, y es cuando dejo pasar las cosas", confiesa una mamá. "Pero al final siempre la pago yo".

¿Cómo podemos ser más consistentes? Prueba los siguientes consejos de nuestros expertos en disciplina para ayudarte a mantenerte firme en tu propósito:

1. Elige tus prioridades. Si quieres solucionar todos los problemas de disciplina de una sola vez, te agobiarás demasiado y no lo lograrás. O sea que elige sólo uno o dos y dedícales toda tu atención y empeño. Podrías, por ejemplo, empezar por combatir la mala costumbre de lloriquear, o contestar de mala manera, o concentrarte en acabar con las rabietas. Ponte en guardia para atacar estos comportamientos siempre que surjan. No te rindas ni cambies de opinión. No recompenses las malas conductas.

2. Prepárate para una larga lucha. Típicamente, tardarás unas tres semanas en corregir una mala conducta. Ponte en el lugar de tu hijito: "Antes yo no tenía que poner la mesa hasta que mamá no empezaba a chillar. Ahora tengo que hacerlo a la primera vez que me lo dice. No entiendo". La conducta de tu niño cambiará, pero probablemente el cambio no llegará tan rápido como a ti te gustaría.

3. Escríbete recordatorios. Déjate apuntes que digan, "No discutas" o "Busca la cooperación" o "No te rindas ante sus súplicas". Puede parecerte una tontería, pero estas notas ayudan muchísimo, sobre todo si las dejas a la vista. Y haz también un letrero especial que te recuerde las "3 Cs" de la disciplina: "Calma, Consistencia, y Cariño". De ahora en adelante, éste será tu mantra de mamá.

4. Busca una buena ocasión. En lugar de caer en la tentación de aplicarle un "tratamiento de emergencia" justo antes de una gran fiesta o de las festividades de fin de año, elige una época más estable y predecible, y tendrás mucho más éxito. Todos en la familia van a necesitar tiempo, orden y un periodo con la menor cantidad posible de estrés para poder poner en práctica la consistencia, ¡sobre todo tú! Por lo tanto, no te aventures a empezar un nuevo plan de conducta justo antes de que nazca un hermanito o que empiecen las clases, o durante un cambio de residencia.

5. Recuerda que habrá resistencia. Tu hijito te desafiará por más consistente que seas. O puede que al principio responda bien y en seguida regrese a su conducta habitual. No te desesperes, porque esta forma de ponerte a prueba es normal. Una vez que las aceptes, estas regresiones temporales en su comportamiento se te harán menos frustrantes, y podrás seguir con tu plan.

6. No trates de hacerlo todo tú sola. Cuando decidas emprender tu marcha hacia la consistencia, recluta a ayudantes: tu pareja, los abuelos, profesores, personas que cuidan a tu hijito y hasta sus entrenadores deportivos pueden ayudar a solucionar los problemas de conducta de tu niño.

7. Suelta un poco la rienda, pero hazlo intencionalmente. Las inconsistencias accidentales (como cuando estás demasiado ocupada o entretenida para hacer cumplir las reglas) le transmiten a tu niño el mensaje de que esa norma no es tan importante para ti, y eso predispone a tu niño a que él también la ignore. Sin embargo, las inconsistencias intencionales (cuando le avisas de antemano a tu niño que has optado por hacer una excepción) pueden fortalecer una norma. Por ejemplo: "Como este fin de semana vas a estar con los abuelitos, no tienes que recoger tu habitación hasta que regreses".
Sarah Henry es escritora, reportera y narradora. Sus historias sobre personas, lugares, política, noticias y cultura se han publicado en medios como The Washington Post y San Francisco Chronicle.

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