Cómo enseñarle modales a tu niño pequeño

Si bien no logres que tu hijo de 2 años mastique con la boca cerrada,  podría sorprenderte lo que es capaz de aprender si te concentras en transmitirle la idea de lo que son los buenos modales.

También el principio de que hay formas adecuadas de comportarse y formas que no lo son.

De hecho, tu hijo ha estado aprendiendo esta lección durante algún tiempo al probar cuáles son sus límites y evaluar tus reacciones.

Si le comunicas la idea de los buenos modales, a menudo y desde una edad muy temprana, los comprenderá mejor y se resistirá menos cuando empieces a agregar detalles específicos más adelante.

Sé un modelo de conducta que lo inspire

Empieza dando un buen ejemplo. A los 2 años de edad, tu hijo quiere ser como mamá y papá. Si tu pareja está parada frente al refrigerador cuando necesitas abrirlo, dile: “con permiso”. Si tu pequeño se acostumbra a oír lenguaje cortés en la casa, ése es el tipo de lenguaje que usará.

Empieza con lo básico

Decir “por favor” y “gracias” suele ser lo primero que los padres tratan de enseñar en lo referente a cortesía, y puedes empezar en cuanto tu pequeño empiece a usar algunas palabras para comunicarse, por lo general después de cumplir un año.

Pasará mucho tiempo antes de que use los términos “por favor” y “gracias”, pero cuando empiece a hablar, irás agregando automáticamente las palabras que denotan buenos modales y haciendo una pausa para que él las repita.

Los papás han hecho esto durante generaciones: “¿Cómo se pide?” “¿Qué se dice?”

Pídele que se siente a la mesa contigo

Aprender a sentarse quietecito durante más de cinco minutos es un gran logro para los niños de 2 años, así que trata de no ponerte en una situación en la que sea desastroso si tu hijo se mueve demasiado o llora. (Ya sabes que siempre tienes que sentarte junto al pasillo en las bodas para poder salirte rápido si tu hijo empieza a protestar, ¿verdad?).

Pero las cenas familiares son ocasiones excelentes para practicar. Asegúrate de que tus metas sean razonables: estar sentado a la mesa durante quince minutos, puede ser algo muy difícil para un inquieto niño de 2 años.

Tal vez quieras establecer metas que vayan aumentando poco a poco: cinco minutos al principio y luego otro par de minutos a medida que se vaya acostumbrando. Cuando vayan a cenar a casa de familiares y amigos, dile con anticipación que será una buena oportunidad para mostrar su nueva habilidad de sentarse quietecito.

Cuando lo logre, felicítalo por su esfuerzo, pero no tanto que piense que está haciendo algo fuera de lo normal. Y recuerda que estamos hablando de un niño de 2 años: ten presente que a veces retrocederá un poco, así que trata de mantener la calma.

Anímalo saludar con buenos modales

A los 2 años de edad, tu hijo puede aprender a decir “hola” cuando llegue de visita o conozca gente nueva y “adiós” cuando sea hora de irse, aunque habrá veces en que se mostrará tímido y no querrá decir nada, y otras en las que a lo mejor se echará a llorar.

Pero es bueno enseñarles a saludar porque eso los prepara para cosas un poco más avanzadas, como decir “mucho gusto” y estrechar la mano de las personas. Algo de preparación ayuda: “Cuando lleguemos a casa de tu abuelito, vas a decir ‘Hola abuelito' y le darás un beso ¿de acuerdo?”

Fomenta la cortesía con los amiguitos

Las primeras riñas de los niños pequeños por lo general son respecto a compartir sus juguetes, lo cual desde su perspectiva es algo impensable.

No esperes que sea un santo, pero le harás a tu hijo un favor si empiezas a enseñarle desde ahora que cuando esté jugando con otros niños no puede acaparar todos los juguetes, ya sea en casa, en la guardería o en la escuela.

Establece algunas reglas sencillas: si hay un juguete favorito que sea sólo para una persona, todos harán turnos para jugar con él. Nadie debe golpear, empujar o insultar a otros.

Responde a las infracciones con una advertencia clara y, si fuese necesario, haciendo que termine el juego de inmediato. Por último, no olvides alabar a tu hijo, diciéndole específicamente qué fue lo que hizo bien (“Fuiste muy amable al dejar que Javier jugara con tu pelota”) cuando se porte de manera generosa o considerada con otros niños.

Y no olvides guiar con el ejemplo; arrebatarle el control remoto de la TV a tu pareja es precisamente el tipo de comportamiento que no quieres ver en tu hijo.
Cynthia Gorney es periodista y después de trabajar muchos años en el periódico Washington Post es ahora profesora de la Universidad de California en Berkeley.

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