Alergias en niños pequeños

Niña con alergias
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¿Los niños pequeños pueden tener alergias?

Sí, como cualquier niño mayor y adultos, los niños pequeños pueden sufrir alergias, incluyendo alergias estacionales.

Los alérgenos en niños incluyen:
  • Alimentos
  • Medicamentos
  • Picaduras de insectos
  • Caspa de animales
  • Ácaros de polvo
  • Moho
  • Polen y pastos (aunque esto generalmente no se desarrolla hasta los 3 o 4 años).
De acuerdo a datos de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de EUA (CDC), las alergias en la piel son el tipo más común de alergia entre niños pequeños.

¿Qué es una alergia?

La alergia es una reacción del sistema inmunitario a una sustancia del ambiente llamada alérgeno. Cuando un niño con alergias entra en contacto con alguna de estas sustancias (ya sea al tocarlas, inhalarlas, comerlas o si se las inyectan), su organismo las detecta como un invasor peligroso y libera histaminas y otras sustancias químicas para rechazarlas.

Estas sustancias químicas producen irritación en su organismo y provocan síntomas tales como mucosidad clara (la nariz gotea con frecuencia), estornudos, comezón y tos. Los síntomas pueden ser leves o severos, intermitentes (solo se dan en ciertas temporadas) o continuos si está expuesto constantemente al alérgeno.

En algunos casos el alérgeno puede causar una reacción severa llamada shock anafiláctico. Esto es una emergencia médica ya que los síntomas, que incluyen dificultad para respirar y para tragar, pueden ser fatales.

¿Cuáles son algunos alérgenos comunes?

Entre los posibles alérgenos se encuentran los alimentos, los medicamentos, los insectos, la caspa de los animales, los ácaros del polvo, el moho y el polen. Los alérgenos pueden causar síntomas respiratorios (como alergias nasales o rinitis alérgica), síntomas de la piel (por ejemplo, un eczema) o problemas intestinales (que se deriven, por ejemplo, de alergias a los alimentos).

¿Cuál es la causa de la rinitis alérgica?

Entre los factores que suelen desencadenar las alergias encontramos:

  • Ácaros del polvo: organismos microscópicos que prosperan en las escamas de la piel humana. Alrededor del 85 por ciento de las personas que padecen alergias son alérgicos a los ácaros del polvo.
  • Caspa de los animales: pequeñas escamas blanquecinas de gatos, perros y otros animales con pelo.
  • Polen: particularmente el que proviene de árboles, césped y hierbas.
  • Moho: hongos que se encuentran en lugares mojados y húmedos, por ejemplo, baños y sótanos.

Algunos niños son alérgicos a las almohadas de plumones y de plumas, o a las cobijas de felpilla o de lana. Y si bien la mayoría de los especialistas no creen que los niños puedan ser alérgicos al humo del cigarrillo, este puede hacer que los síntomas de la alergia empeoren. Mira cómo proteger a tus hijos de que se conviertan en fumadores pasivos.

10 señales que tu hijo tiene alergias, no un resfriado

Debido a que los síntomas de las alergias nasales son muy parecidos a los de un resfriado (goteo de la nariz, ojos llorosos, tos, congestión nasal, estornudos), puede ser difícil darse cuenta de la diferencia. Sin embargo, hay algunos síntomas típicos de las alergias.

Hazte las siguientes preguntas:

  1. ¿Parece tu bebé estar resfriado todo el tiempo? Los resfriados por lo general se van mejorando, y desaparecen en un periodo de siete a diez días. En cambio, las alergias perduran.
  2. ¿Tiene siempre la nariz tapada o goteando?
  3. ¿Suele mover, limpiar o empujar hacia arriba su nariz muy seguido? Los médicos llaman a este comportamiento "saludo alérgico".
  4. ¿La mucosidad que le sale de la nariz es transparente y poco espesa (comparada con la mucosidad amarillo-verdosa y gruesa típica del resfriado?
  5. ¿Estornuda mucho?
  6. ¿Tiene los ojos irritados, rojos y llorosos?
  7. ¿Está la piel por debajo de sus ojos oscura, morada o azul? Los médicos llaman a este síntoma "ojeras alérgicas".
  8. ¿Respira por la boca?
  9. ¿Tiene una tos seca?
  10. ¿Está su piel irritada o brotada con un sarpullido rojo que le produce comezón?

Si respondiste "sí" a una o más de estas preguntas, es posible que tu hijo sea alérgico a algún factor ambiental. Los niños con alergias nasales son también más propensos a padecer infección de oído, asma e infecciones sinusales.

¿Son hereditarias las alergias?

Si bien un niño puede heredar la tendencia a ser alérgico, no necesariamente heredará una clase específica de alergia. Por ejemplo, si uno de los padres biológicos es alérgico a los gatos, hay una probabilidad del 40 a 50 por ciento de que su hijo también tenga alguna clase de alergia. Esa probabilidad sube a entre un 75 y 80 por ciento cuando ambos biológicos padres padecen alergias.

Sin embargo, es posible que los miembros de una misma familia tengan alergias a distintas cosas.

Si mi niño es alérgico, ¿cuándo lo sabré?

Eso dependerá en la frecuencia con la que tu niño ha estado expuesto al alérgeno. La alergia por lo general tarda en desarrollarse. Cada persona tiene un umbral al que debe llegar antes de que un alérgeno produzca una reacción, y este umbral puede tardar varios meses en alcanzarse.

De modo que si tu pequeño heredó la tendencia a ser alérgico a la caspa del gato, puede que no tenga ningún tipo de problema durante los primeros meses que esté con el animal o quizás tenga una reacción leve. Pero en algún momento, cuando el nivel de exposición llegue a su umbral, su organismo reaccionará y tendrá una reacción alérgica más severa.

Las alergias de temporada a cosas como el polen y el césped por lo general no aparecen hasta que el niño tiene más o menos entre 3 y 4 años de edad, porque no está expuesto a estos alérgenos más que unas semanas al año.

¿Cómo puedo averiguar a qué es alérgico mi niño?

Se requiere un trabajo minucioso de investigación, y a veces es necesario contar con la ayuda de estudios médicos para averiguar con exactitud la causa de una alergia. El momento en el que se produce el ataque de alergia puede ser una pista importante.

Las alergias al moho por lo general se manifiestan durante el tiempo húmedo o lluvioso y pueden ser difíciles de distinguir de los resfriados. Las alergias a los ácaros del polvo o a la caspa de los animales suelen ocasionar congestión por la mañana a lo largo de todo el año. Las alergias relacionadas con el polen son más comunes en la primavera, el verano y el otoño.

Lamentablemente, llevarte lejos al animalito por algunos días no te permitirá saber con seguridad si tu hijo tiene alergia al gato o al perro. Estudios que se realizaron en la Universidad Johns Hopkins indican, por ejemplo, que la caspa de un gato puede necesitar más de un año (después de que esa mascota ya no está en la casa), para degradarse y no causar molestias a las personas que sufren de alergias.

Por otro lado, si alejas a tu pequeño de la mascota (por ejemplo, durante unas vacaciones) y lo notas mejor, tendrás una buena pista, aunque no es una prueba concluyente. También deberías investigar si el bebé es alérgico a alguna otra cosa que haya en tu casa.

Si tus propias averiguaciones no te dan la respuesta, es hora de consultar con el médico. Este examinará al bebé y te hará un montón de preguntas. Si considera que el problema es alérgico, podría referirte directamente a un especialista en alergias o tal vez te sugiera un análisis de sangre para medir los niveles de anticuerpos IgE (alergia) en la sangre del niño.

Los análisis de sangre pueden ser menos precisos que las pruebas cutáneas. De modo que si el análisis de sangre indica la posibilidad de que haya una alergia, el próximo paso es que le hagan una prueba cutánea. Para ello, será necesario que consultes con un especialista en alergias.

Durante una prueba cutánea, el doctor aplica pequeñas cantidades de alérgenos comunes en la piel. Si el niño es alérgico a una sustancia, tendrá una reacción (similar a una picadura de mosquito) en ese lugar. Los bebés pueden tener reacciones menos fuertes que los niños mayores, pero aun así, las pruebas son muy útiles.

"Ten presente que las pruebas te permiten saber a qué es alérgico tu niño en ese momento en particular, aunque esto puede ir cambiando a medida que el niño crece", dice el especialista en alergias infantiles de Seattle, Frank S. Virant. Si el resultado de la prueba cutánea da negativo pero el niño continúa teniendo síntomas de alergia, pide que lo vuelvan a evaluar en seis a doce meses.

¿Cómo puedo proteger a mi niño de los alérgenos?

Lo mejor que puedes hacer es reducir la exposición de tu bebé a los siguientes alérgenos, considerados los más comunes:

Ácaros del polvo

Los ácaros del polvo viven en tejidos y alfombras y son comunes en todas las habitaciones de la casa. Pero la mayoría de los niños se exponen a la mayor parte de los ácaros del polvo en el dormitorio, donde los colchones y las almohadas son el verdadero hábitat de estos microbios.

Aunque te pueda parecer que las medidas que recomendamos a continuación dan mucho trabajo, son muy útiles. "Los padres que siguen estos pasos pueden esperar entre un 60 y un 70 por ciento de mejoría en las alergias de sus niños", dice Virant, "y esto debería reducir notablemente el nivel necesario de medicación".

  • Recubre el colchón de tu niño con una funda impenetrable de tela con trama muy ceñida, que puedes comprar en las tiendas de artículos hipoalergénicos. A diferencia de las fundas de vinilo, esta proporciona una útil barrera que permite la transpiración y no se arruga. Usa cobijas, en vez de edredones grandes y acolchados.
  • Lava la ropa de cama una vez por semana con agua caliente para matar los ácaros. Pon la temperatura del calentador de agua a alrededor de 130 grados Fahrenheit (55 grados Celsius) antes de lavar la ropa de cama. Es importante que les avises a todos los miembros de la familia que el agua estará más caliente de lo normal. Después no te olvides de volver a bajar la temperatura del calentador a unos 120 o 125 grados F (50 grados C) para que tu familia no se queme cuando se lave las manos o bañe.
  • Evita amontonar juguetes de peluche en la habitación del niño porque atraen como un imán los ácaros del polvo. Lava los favoritos de tu pequeño con agua caliente una vez a la semana o mételos de noche en el congelador para que el frío mate los ácaros.
  • Sacude el polvo y pasa la aspiradora una vez por semana o cada dos semanas, pero asegúrate de que el niño no esté en la habitación cuando lo hagas. Al sacudir el polvo y pasar la aspiradora puedes esparcir las partículas residuales de los ácaros que queden en la habitación. Pasar un trapo húmedo, en lugar de usar un sacudidor, tal vez te ayude a evitarlo.
  • Considera invertir en una aspiradora con un filtro especial de muy alta eficiencia (en inglés son conocidos como filtros HEPA o High Efficiency Particulate Air), que atrapa incluso las partículas microscópicas que no retienen las aspiradoras comunes.
  • Si tu hijo tiene una intensa alergia a los ácaros del polvo, contempla la posibilidad de quitar las alfombras que van de pared a pared y reemplazarlas por un piso que no le cause problemas (los pisos de madera son una buena opción).
  • Limpia o reemplaza los filtros de la calefacción y el aire acondicionado una vez por mes durante las estaciones en que se usan. Procura limpiar los conductos de la calefacción todos los otoños.

Caspa de las mascotas

Si tu niño es alérgico a una mascota, la única solución infalible es llevarse al animal. Por supuesto, no es una decisión fácil de tomar y es comprensible que quieras dejarla como último recurso.

Para mantener la caspa a niveles bajos, lava con frecuencia a tu mascota. Puedes encontrar champús para reducir caspa en una tienda de artículos para animales. Además, evita que el animal se suba a los muebles y mantenlo fuera de la habitación del niño.

Polen

Durante la temporada de alergias, puede ser casi imposible evitar estar en contacto con partículas como el polen, que es transportado por el aire, y pueden provocar alergia. Puedes procurar mantener a tu niño dentro de la casa con las ventanas cerradas durante la temporada de polen, cuando su concentración llega a un nivel máximo, y especialmente en días con mucho viento. Aunque sabemos que no siempre podrás mantener a tu niño dentro de la casa.

Si tu niño sale afuera, asegúrate de bañarlo y lavar su cabello cada noche para eliminar cualquier partícula alergénica. Si tienes en tu hogar una secadora de ropa, seca ahí sus prendas en lugar de secarlas al aire libre. También es importante que cierres los ductos de aire de su habitación donde duerme tu niño.

Otra recomendación es que estés al tanto de los niveles de polen en tu zona, para que de esa manera sepas cuándo debes tener especial cuidado con tu bebé. En Estados Unidos, existen varias organizaciones que ofrecen este tipo de información. Una de estas es: National Allergy Bureau.

Moho

Usa aire acondicionado y un deshumidificador cuando el tiempo sea cálido y húmedo, en particular en un sótano húmedo u otros sectores de la casa donde el moho sea un problema. Si el baño es una fábrica de moho, límpialo con frecuencia usando desinfectantes que detengan la formación de moho, por ejemplo un poco de lejía (cloro) y agua o una solución natural, como aceite de árbol de té y agua. Y contempla la posibilidad de invertir en un mejor sistema de ventilación.

El moho puede producirse en armarios, desvanes, sótanos, macetas, refrigeradores, duchas y botes de basura, y debajo de las alfombras. Incluso el árbol sintético de Navidad puede tener moho.

¿Hay medicaciones que puedan ayudar a mi niño?

Sí, pero no le des medicamentos para la alergia sin antes consultarlo con tu médico. Tal vez te sugiera darle antihistamínicos y te prepare una receta. Muchas de las medicinas para la alergia más recientes tienen menos efectos secundarios que otros productos que se venden en el mercado. (Si tienes también un bebé, ten en cuenta que estos fármacos no están autorizados para bebés menores de 6 meses).

¿Puedo administrarle a mi niño una vacuna contra las alergias?

Si tu hijito padece de muchas alergias, un especialista podría sugerirte que le administren vacunas contra las alergias (inmunoterapia), pero por lo general esto no sucederá hasta que tenga entre 4 a 6 años de edad. En raras ocasiones se les recetan vacunas a niños más pequeños, por lo general a aquellos con problemas graves de asma.

Las vacunas contra las alergias se administran en el consultorio del doctor y contienen una pequeña dosis del alérgeno que está provocando la alergia (como el polen, la caspa de una mascota o ácaros). Eso le ayudará a tu niño a acostumbrarse a esa sustancia a medida que pasa el tiempo.

Esto es lo que suele suceder cuando a tu niño le administran las vacunas contra las alergias: le pondrán estas vacunas cada semana por alrededor de 4 a 6 meses, hasta que esté expuesto el tiempo suficiente al alérgeno en cuestión. La idea es preparar a su cuerpo para que pueda tolerar el alérgeno lo mejor posible. Después de ese periodo, le seguirán administrando estas vacunas una o dos veces al mes por alrededor de 4 a 6 meses. Y luego le pondrán las vacunas solo una vez al mes por un año.

Después de eso, el doctor evaluará a tu niño para ver si requiere más tratamiento. Si las vacunas contra las alergias han funcionado, tu hijo podría continuar recibiéndolas por años.

¿Qué puedo hacer para impedir que mi hijo contraiga una alergia por primera vez?

Por el momento, hay muchísima información contradictoria acerca de cómo impedir o retrasar las alergias posponiendo o acelerando la exposición de un niño a los posibles alérgenos.

"Algún día podremos recurrir a la genética y saber realmente a qué cosas está destinado a ser alérgico un niño", dice Virant. "Pero la realidad es que, de momento, no hay nada que pueda ayudarnos por anticipado".

Por supuesto, si tú o tu pareja tienen alergia a los gatos, no tendrás un felino en tu casa (lo mismo vale para cualquier otro animal o sustancia que produzca alergia). Y mantener la casa, y en particular la habitación del niño, limpia y lo más libre que puedas de moho y ácaros del polvo es una excelente idea.

Este video te ayuda a mantener tu casa libre de alérgenos
Foto de Karen Miles
Karen Miles es escritora y experta en el embarazo y la crianza de los hijos, y ha colaborado con BabyCenter durante más de 20 años. Ha publicado cientos de artículos en medios diversos.

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