Entrevista a Rutger Bregman

Publicada el 26 de septiembre de 2022

Donar puede ser una absoluta insensatez o lo mejor que vas a hacer en tu vida. Sólo hay que mirar con atención.

Rutger Bregman, historiador y escritor de Utopía para realistas y Dignos de ser humanos: Una nueva perspectiva histórica de la humanidad, entre otros, explica su experiencia personal con la filantropía en una conversación con Effektiv Spenden, organización que promueve la ayuda efectiva en Alemania.

Rutger Bregman
Rutger Bregman, historiador, periodista y escritor, cree que las donaciones pueden desempeñar un papel importante para hacer del mundo un lugar mejor. Foto: Maartje ter Horst

Sebastian: Hola Rutger. Hemos preguntado a nuestros donantes cómo nos conocieron y has sido la persona más mencionada. Supongo que al menos una de las razones es que no te limitas solo a hablar, sino que también actúas al comprometerte públicamente a través de Giving What We Can a donar al menos el 10 % de tus ingresos a las ONG más efectivas. ¿Cómo surgió esta decisión de donar tan generosamente?

Rutger: Creo que todo empezó cuando me di cuenta de que nosotros, los de los países ricos, somos muy ricos. La mayoría no tiene ni idea de lo ricos que son. Histórica y globalmente hablando, son muy, muy ricos. Acabo de mirar las cifras: por ejemplo, si tienes un salario medio en Alemania, ya formas parte del 3 % más rico del mundo.1 Todos sabemos que hay desigualdad, pero solemos pensar en ella desde una perspectiva nacional. Sin embargo, la mayor desigualdad es internacional. Para ser sincero, durante bastante tiempo creí que la mayoría de las ONG eran inefectivas y que a menudo no era muy útil donar, pero con los años, empecé a plantearme que tal vez eso era una excusa para no hacer nada, para ser perezoso y cínico. Fue entonces cuando descubrí el movimiento del altruismo eficaz. ¡Me entusiasmó! Uno sólo tiene que investigar un poco. Claro que hay organizaciones sin ánimo de lucro en el mundo que son ineficaces. Por supuesto que las hay. También hay muchas empresas ineficaces, ¿verdad? Hay empresas que quiebran continuamente. Así que, ¿por qué no iba a ocurrir lo mismo con las ONG? Pero también hay algunas ONG tremendamente efectivas. Por el mero hecho de que el mundo en el que vivimos es tan desigual, puedes marcar una gran diferencia porque eres parte de la élite global. Todos recordamos el lema de Occupy Wall Street sobre "Somos el 99 %". Eso puede ser cierto a nivel nacional, pero a nivel global, somos más bien el 1 %. Creo que eso nos da una enorme responsabilidad de hacer el bien. De hecho, donar es una de las formas más efectivas de marcar la diferencia en este mundo como habitante de uno de los países más ricos. Es un hecho sorprendente, pero según las mejores estimaciones, con sólo 4000 euros se puede salvar una vida. ¡Salvar una vida! Es probable que sea una de las cosas más importantes que hagas en tu vida. Y no digo que sea barato, pero para la mayoría de nosotros es factible, si ahorramos el dinero. De hecho, gracias a investigaciones muy rigurosas sabemos que, por ejemplo, si lo donas a Against Malaria Foundation puedes salvar una vida. Empecé a darme cuenta de que las objeciones que tenemos contra esto no son más que ilusiones. Son meras excusas que se nos ocurren para no hacer nada.

“Todo empezó cuando me di cuenta de que nosotros, los de los países ricos, somos muy ricos”

Sebastian: Me gustaría profundizar un poco más, porque una cosa es hacer alguna donación a una ONG eficaz y otra es donar el 10 % de tus ingresos. Aunque la mayoría de la gente en Alemania o en los Países Bajos es rica en comparación con el resto del mundo, todos nos acostumbramos al dinero que tenemos y sigue siendo un reto renunciar voluntariamente a una cantidad significativa. ¿Qué opinas al respecto?

Rutger: No creo que donar el 10 % de tus ingresos te convierta en un santo. De hecho, conozco a algunas personas que donan mucho más que eso, y seguramente ellos tampoco sean santos. Pero la cifra del 10 % tiene una fuerte base histórica y religiosa. Se puede encontrar en muchos credos donde se llama diezmo. Se encuentra en el cristianismo y en la religión judía. Los musulmanes tienen esta obligación de donar el 2,5 % de su patrimonio, que suele ser más o menos similar al 10 % de los ingresos. Ya hay gente que lo practica desde hace tiempo. Es cierto que hoy en día se dona muy poco, sobre todo en los países europeos. Conozco las cifras de los Países Bajos y aquí sólo se dona de media el 0,5 %.

Sebastian: Por desgracia, en Alemania es aún menos.

Rutger: La verdad es que es sorprendente, pero de nuevo, es porque muchos de nosotros no nos damos cuenta de lo ricos que somos. Gastamos tanto dinero en nuestras vacaciones, en todo tipo de artículos de lujo, en coches, etc., en muchas cosas que, si somos sinceros, no necesitamos. Creo que, si nos miramos en el espejo, la mayoría de nosotros tendrá que reconocer que donar un 10 % sí es factible. Quiero dejar claro que no me refiero a los que se encuentran en la parte baja de la distribución de la renta en los Países Bajos, Francia, Alemania u otros países. Creo que este es un mensaje que deben escuchar sobre todo los de la parte alta de la distribución de la renta. Cualquiera que esté por encima del salario medio, cualquiera que gane, digamos, más de 40 000 euros al año. Creo que la mayoría de los que lean esta entrevista estarán en esa categoría. ¡Son personas increíblemente afortunadas! Lo que pasa es que muy a menudo vivimos en una burbuja y no nos damos cuenta de lo insólitas que son nuestras vidas en comparación con el resto del mundo.

Sebastian: Estoy de acuerdo. Ya has comentado que te informas bien y has mencionado a Against Malaria Foundation como una organización muy bien gestionada. ¿Cómo te informas? ¿Cómo descubriste Against Malaria Foundation?

Rutger: Lo bueno es que no tienes que hacer toda la investigación tú mismo. Hay magníficas instituciones, especialmente GiveWell, que lleva a cabo un extraordinario trabajo de investigación todos los años para determinar cuáles son las ONG más efectivas en cada momento. Así lo hago yo. También utilizo los Effective Altruism Funds. Lo que haces ahí es confiar en un grupo de expertos para dirigir tus donaciones adonde sean más efectivas. Entiendo que tal vez esto no le dé a la gente la sensación de emoción que suele buscar. A mí también me pasa a veces. La mayoría de mis donaciones van al Effective Altruism Global Health and Development Fund2, porque para mí es lo más importante. Pero hace poco doné a Proveg en los Países Bajos, una organización muy efectiva que promueve una dieta de origen vegetal, algo que también me parece muy importante. Enseguida recibí un correo electrónico en el que me daban las gracias y me dije: "Vaya, qué bien". Pero, para ser honesto, sentí que esa donación era menos importante que la salud global a la que me refería, en términos de coste-efectividad. Se podría argumentar a favor de cualquiera de las dos opciones, y no hay que ser extremista, porque no se puede calcular todo, pero al menos podemos hacernos la pregunta: ¿Qué es lo más efectivo? No digo que podamos calcular la eficacia de Amnistía Internacional ni nada por el estilo, pero podemos hacernos una pregunta. Para mí, en eso consiste el altruismo eficaz. No es una ideología. Es una pregunta. Así que cuando tratamos de hacer el bien, debemos preguntarnos cómo utilizamos nuestro tiempo y los recursos limitados que tenemos. Como vivimos en un mundo tan disparatado, con tantas oportunidades inmediatas, cualquier persona de un país muy rico puede hacer una ingente cantidad de bien. Para mí es una obligación. Creo que tenemos la obligación moral de donar al menos el 10 % de nuestros ingresos; pero también es un motivo de entusiasmo. Es fantástico. Es probablemente una de las cosas más significativas que podemos hacer en nuestras vidas. Muchos de nosotros tenemos estos trabajos aburridos, escribimos informes que nadie va a leer, enviamos correos electrónicos a gente que no nos gusta, y un buen día nos damos cuenta de que estamos en una situación en la que podemos salvar la vida de otras personas. ¡Es extraordinario! Vivimos en un mundo en el que muchas personas mueren por causas que se pueden evitar, ya sea diarrea o malaria, y sabemos cuáles son las soluciones y cuáles son las organizaciones más efectivas. En conclusión, me parece muy gratificante y emocionante formar parte de un movimiento que intenta cambiar las cosas de forma significativa.

“Estamos en una situación en la que podemos salvar la vida de otras personas. ¡Es extraordinario!”

Sebastian: Estoy de acuerdo. Sin embargo, cuando lanzamos Effektiv Spenden hace tres años, también celebramos al mismo tiempo el 50º aniversario de la llegada a la luna, lo cual es estupendo, pero ¿cómo es posible que incluso 50 años después de haber logrado un avance tecnológico tan increíble todavía haya más de 800 millones de personas en la Tierra que viven en la pobreza extrema?

Rutger: Mucha gente no se da cuenta de cuánto hemos progresado. La pobreza extrema se ha reducido en un 50 % desde la década de los 80. La mortalidad infantil ha disminuido masivamente desde los años 80, gracias a que mucha gente está vacunada hoy en día. Hemos avanzado tanto en la lucha contra la malaria, gracias, sobre todo, a la distribución de mosquiteras. Un cálculo reciente demostró que el movimiento de altruismo eficaz ha distribuido más de 400 millones de mosquiteras, que han salvado unas 100 000 vidas. Así que este movimiento tan reciente ya ha salvado tantas vidas como personas viven en una ciudad pequeña. Eso está ocurriendo ahora mismo y se puede formar parte de este movimiento sin tener que hacer grandes sacrificios para lograrlo. ¡Me parece extraordinario! Tenemos muchísimas más posibilidades ahora que durante la mayor parte de la historia de la humanidad. Por ejemplo, si vivieras en el siglo XVII, podrías hacer algo, pero ahora estamos en este mundo globalizado, en la cima de la distribución de la renta, donde podemos tomar decisiones que no suponen un gran sacrificio para nosotros y que pueden suponer una enorme diferencia para otras personas al otro lado del globo. Para mí, esto lo dice todo.

Sebastian: Hace poco te escuché en una entrevista hablar sobre tu juventud, decías que no siempre has donado el 10 % y que hace poco cambiaste tu dieta y te hiciste vegano. ¿Puedes contarme un poco sobre el camino que recorriste o cómo cambiaste?

Rutger: Mi último libro, Dignos de ser humanos, era un libro sobre la decencia humana fundamental. Era un razonamiento en el que intentaba convencer a la gente de que los humanos, en el fondo, no somos monstruos y que hemos evolucionado para cooperar y trabajar juntos. Hay mucha evidencia científica que apunta en la dirección de que no somos ángeles, pero somos, lo que algunos científicos llaman, un producto de la supervivencia de los que son necesarios por la ayuda que dan. Ese es realmente nuestro superpoder secreto, nuestra capacidad de cooperar a una escala que ningún otro animal puede hacer. Cuando terminé el libro, empecé a preocuparme que tal vez este punto de vista también podría ser una excusa para que la gente se ya se sienta satisfecha consigo misma y que diga: "El mundo va bien, a mí me va bien. He evolucionado para ser buena persona. Disfrutemos de la vida". Sin embargo, los personajes históricos que admiro no se han limitado a hablar de cómo hay que cambiar el sistema o algo parecido, sino que también han actuado. Es muy importante no solo hablar, sino también actuar. Últimamente hay esta discusión entre los progresistas y la gente de izquierdas que dice: "No deberíamos hablar del cambio a nivel individual porque eso es neoliberal. Deberíamos hablar del cambio del sistema". Pero está claro que tenemos que hacer ambas cosas. Si nos fijamos en los reformistas, profetas y activistas más destacados a lo largo de la historia, todos ellos hicieron ambas cosas. Ahora estoy leyendo un libro sobre Anthony Benezet, que fue uno de los abolicionistas más importantes, se le llama el padre del abolicionismo. Lideró la lucha contra la trata de esclavos y la esclavitud en el siglo XVIII. Si le hubieras dicho: "Se trata sólo del sistema. No se trata del individuo". Él habría dicho: "Eres un hipócrita". Por supuesto, también se trata del individuo, porque él sabía que sería mucho más convincente si además de hablar, también lo llevaba a la práctica. Porque el comportamiento humano es contagioso. No somos individuos, no somos átomos solitarios, sino que nos influimos mutuamente todo el tiempo con nuestro comportamiento. Es contagioso. Donar también puede ser así. Por eso creo que es importante hacer públicas tus donaciones. No para presumir, hay que tener un poco de cuidado con eso. Pero también por eso firmé el compromiso de "Giving What We Can", para decir: “Mirad, si os gusta mi trabajo, esto es lo que me parece realmente importante”. Donar al menos el 10 % de mis ingresos a causas muy efectivas ha mejorado mi vida. De hecho, creo que, como autor de best-sellers, se puede ir un poco más allá del 10 %, pero el 10 % es un buen punto de partida.

“Donar al menos el 10 % de mis ingresos a causas muy efectivas ha mejorado mi vida"

Sebastian: Acabas de mencionar un cambio sistémico, así que tengo que sacar a relucir la famosa cita que hiciste en Davos hace un par de años: "Impuestos, impuestos, impuestos. En mi opinión, todo lo demás son tonterías". ¿No es también una tontería hacer donaciones? ¿No sería mejor abogar por un sistema fiscal más estricto o simplemente hacer que se cumpla el sistema fiscal actual?

Rutger: La mayoría de la filantropía multimillonaria es una patraña. Es una auténtica y total sandez. La mayoría de los multimillonarios destinan sus donaciones a museos de arte absurdos o las donan a su alma mater o a la universidad o algo parecido. Donan 150 millones a la Universidad de Yale, una universidad que ya es sumamente rica. Ese es el tipo de filantropía que a menudo también se utiliza como una forma de distraer a la gente de los modelos de negocio corruptos o para evadir impuestos. Ese es el tipo de filantropía que me disgusta enormemente, pero eso no significa que, en general, esté en contra de las donaciones y la filantropía. En absoluto. Por supuesto, primero hay que pagar los impuestos, ahí es donde se empieza, pero después, los ricos siguen teniendo mucho dinero y no lo necesitan todo para gastarlo en ellos mismos. Después de eso, sí, tienen que pensar en cuáles son sus obligaciones filantrópicas. Como he dicho, no se trata sólo de obligaciones, también es emocionante. Hacerse rico es una cosa, pero hay mucha gente rica en este mundo. Créeme, he conocido a unos cuantos y muchos de ellos no son tan extraordinarios. Puedes crear una empresa, venderla y hacer caja y luego gastarlo en tonterías. Hace poco estuve hablando con un multimillonario que quería comprar un yate… es tan patético, tan triste. ¿Realmente necesitas eso? ¿Tienes un ego tan pequeño que necesitas llenar el agujero de tu alma con un gran yate? Creo que es patético. Es mucho más emocionante pensar en cómo serás recordado y qué diferencias reales puedes hacer en este mundo. La filantropía obviamente juega un papel enorme, especialmente si has tenido la suerte de hacerte rico, de vender tu empresa por mucho dinero.3 Esa es mi opinión. No creo que estas cosas sean mutuamente excluyentes. Sólo me enfado mucho cuando la gente utiliza su filantropía para distraer a otras personas de su evasión fiscal y sus modelos de negocio corruptos.

Rutger Bregman
Rutger Bregman, historiador, periodista y escritor, está seguro de que donando a las ONG más efectivas, se puede hacer del mundo un lugar mejor. Foto: Maartje ter Horst

Sebastian: Además del Covid, la crisis climática está golpeando cada vez más fuerte, estamos matando más animales que nunca, hay guerra en Europa de nuevo… y aunque todas esas cosas son terribles por sí mismas, encima contribuyen a que el número de personas en situación de pobreza extrema vuelva a aumentar. Sin embargo, en tu libro Dignos de ser humanos: Una nueva perspectiva histórica de la humanidad insistes en que la gente en el fondo es decente. Si es así, ¿cómo es que el mundo no está mejor? ¿Cómo consigues mantener el optimismo?

Rutger: Obviamente, los humanos tienen una extraordinaria capacidad para desvirtuarse y para cerrar los ojos. Todos nos vemos como seres morales. No como santos, pero en general, nos gusta vernos como básicamente buenos o como "dignos de ser humanos". Pero es evidente que tenemos formas de mentirnos a nosotros mismos. El año pasado estuve investigando sobre la lucha contra la esclavitud, y es muy difícil entender lo normal que fue la esclavitud durante la mayor parte de la historia de la humanidad. Si te hubieras parado en una esquina en 1750 y hubieras dicho: “vamos a abolir la esclavitud”, nueve de cada diez personas se habrían reído de ti y la décima persona habría dicho: “en principio estoy de acuerdo contigo, pero seguro que entiendes que no es posible”. Es un hecho sorprendente de la humanidad. A menudo vemos el mundo así. Nos cuesta ver la realidad tal y como es. Por eso me gusta el movimiento del altruismo eficaz: me ha animado a dejar de leer el periódico, a alejarme y a ver cuáles son los mayores problemas del mundo. Y muchas de las cosas que nos preocupan a diario, a lo mejor no son el mayor problema. Hay quien piensa que el cambio climático causará muchos daños en el futuro y que la gente sufrirá. Pero ya está sufriendo hoy, ¿verdad? Como he dicho, millones de personas están muriendo por causas que son fácilmente prevenibles. Acabo de ser padre y me doy cuenta de que muchos padres siguen perdiendo a sus hijos antes de que cumplan los cinco años por cosas tan simples como la falta de acceso a antibióticos, vacunas y mosquiteras contra la malaria. Son cosas que suceden hoy en día, y tenemos las soluciones. Sabemos qué hacer al respecto. Siempre me ha gustado la frase de Hans Rosling, el estadístico, que decía que el mundo está mal, pero está mejorando. Está muy mal, sobre todo si lo comparas con cómo podría ser. Somos tan ricos, tenemos los medios para resolver tantos problemas que los historiadores se horrorizarán por nuestra apatía. Pero al mismo tiempo, también es emocionante, porque si te despiertas y te das cuenta de la cantidad de oportunidades que hay de hacer el bien, puedes marcar una gran diferencia.

“Es emocionante, porque si te despiertas y te das cuenta de la cantidad de oportunidades que hay de hacer el bien, puedes marcar una gran diferencia"

Sebastian: Estoy de acuerdo. Una pequeña anécdota: Yo también soy padre, y aunque suene absurdo, la lactancia materna nos hizo pensar a mi mujer y a mí en cómo obtenemos la leche de vaca. Quiero decir que es obvio que no está hecha para los humanos sino para los terneros.

Rutger: Sí. Buen ejemplo. Hace poco hubo una encuesta en los Países Bajos en la que preguntaron a los participantes si sabían por qué las vacas producen leche y alrededor del 40 % de la gente no sabía que las vacas tienen que quedarse embarazadas una y otra vez para seguir donando leche. Nos hemos alejado mucho de algunos hechos fundamentales del mundo en que vivimos. De nuevo, también es el caso de que no nos damos cuenta de lo ricos que somos. No tenemos ni idea. El salario medio en el mundo es de 6 dólares al día. Hemos progresado, pero la gran mayoría de la población sigue siendo muy pobre. Por eso hay tantas oportunidades inmediatas para cambiar las cosas.

Sebastian: Recuerdo que hace unos 20 años, estaba en la India para unas prácticas y visité un museo. No me impresionó: era un poco aburrido y ya había visto en Alemania cómo se cultivaba en la Edad Media. Pero entonces alguien me llevó a un lado y me dijo que no se trataba de un museo histórico, sino de una muestra de cómo se cultiva actualmente en esa zona. Eso fue hace 20 años y han cambiado muchas cosas desde entonces, pero para mí sigue siendo un recordatorio contundente de lo pobres que siguen siendo las personas en algunas partes del mundo y de lo rico que soy yo.

Rutger: Y tienes que decirte a ti mismo: “No se trata de mí, no se trata de cómo me siento. Se trata de lo que hago. Lo más importante es lo que puedo aportar y los efectos de mis acciones”. Y si haces eso, a la larga te sentirás muy bien contigo mismo. No me malinterpretes, me resulta muy gratificante formar parte de este movimiento y, en cierto modo, también hay libertad en ello. Vivir una vida que es diferente a como los demás suelen vivirla y no sólo seguir sus incentivos básicos, como, "voy a comprar un segundo coche, igual que mis vecinos. Compremos una casa de vacaciones, igual que algunos amigos nuestros". Los humanos somos a menudo un poco como las ovejas. Nos limitamos a copiar a los demás y no pensamos realmente en lo que hacemos. Creo que la verdadera libertad reside a veces en comprometerse y pensar deliberadamente en cómo quieres vivir tu vida, y de eso trata también para mí el compromiso de Giving What We Can. Se trata de la libertad, de vivir una vida que quiero vivir en lugar de hacer sin pensar lo que hacen todos los demás y gastar en tonterías que no necesito.

Rutger Bregman
Rutger Bregman, historiador, periodista y escritor, dona al menos el 10% de sus ingresos cada año. Foto: Maartje ter Horst

Sebastian: También pensé en esos estudios que dicen que una vez que se forma parte de la clase media en un país rico, tener más dinero apenas contribuye a ser más feliz. Quizás un poco, pero los resultados son decrecientes. Pero siento que el altruismo eficaz es la primera comunidad que encuentro en la que la gente actúa en consecuencia. Muchos lo saben, pero siguen gastando el siguiente euro en sí mismos porque creen que son la excepción y que más dinero les hará más felices.

Rutger: La gente tiene tantas opiniones, pero hay muy pocas personas que actúan de acuerdo con sus opiniones y valores. Hubo una encuesta entre filósofos de cómo debemos comportarnos, y resulta que los filósofos morales, las personas que se especializan en el estudio de la moral, no toman decisiones diferentes al resto de la población. No se distinguen del resto de la población. Y aunque se pasan toda la vida estudiando la moral, tienen la misma probabilidad de ser vegetarianos o de donar gran parte de sus ingresos que cualquier otro. Esto me parece bastante deprimente. Así que, de nuevo, lo que me encanta del movimiento del altruismo eficaz, es que la gente realmente actúa. Y no es que para ello vayan vestidos como monjes que han abandonado por completo su vida anterior y todos sus lujos, sino que, dentro de unos límites, hacen mucho más de lo que hacen los demás. Por supuesto, uno puede decidir por sí mismo hasta dónde quiere llegar, si quiere donar su riñón a un desconocido (yo no lo he hecho), pero me resulta muy gratificante saber que hago más, bastante más, que la media, y aun así no me parece un gran sacrificio.

Sebastian: Cuando trato de presentar la idea de donar el 10 %, suelo decir lo siguiente: “es cierto que en estos momentos el Covid y la inflación actual también están afectando a mucha gente en los países ricos, pero si se observan las tendencias a largo plazo o incluso sólo la última década, el crecimiento real de los salarios en Alemania ha sido a menudo muy superior al 1 %. Esto significa que la última vez que se vivió con un 10 % menos fue a menudo hace menos de una década. ¿Estábamos tan mal entonces? ¿Sufrimos porque éramos tan pobres que teníamos que conformarnos con un iPhone 4 en lugar de un iPhone 14? Pues no”.

Rutger: No puedo estar más de acuerdo.

“El altruismo eficaz es una pregunta. No es una respuesta. Se trata de plantearse continuamente la pregunta: ¿es éste el mejor uso de mi tiempo, mis recursos y mi dinero?"

Sebastian: Pensando en quién se han inspirado en tus escritos para ser más altruistas, mi siguiente pregunta es: ¿Qué otros libros, vídeos, podcasts o similares podrías recomendar? ¿Qué te ha inspirado?

Rutger: Recomendaría que se investigara un poco el movimiento del altruismo eficaz y que quizás se uniera a un grupo local; tal vez en su universidad, si son estudiantes. Creo que es estupendo conocer a otras personas con ideas afines que te inspiren y te den energía para seguir adelante. Esto me ha resultado muy valioso. Puedes leer algunos de los clásicos: Me encanta todo el trabajo de Will MacAskill, Doing Good Better, y su reciente libro, What We Owe the Future. Julia Galef también ha escrito un libro muy bueno que podría recomendar sobre el modo de pensar en el altruismo eficaz: The Scout Mindset. Algunos pueden pensar: "ah, ¿así que sabes cuáles son todas las causas efectivas que hay y eres muy dogmático al respecto?". No es así en absoluto. El altruismo eficaz es una pregunta. No es una respuesta. Se trata de plantearse continuamente la pregunta: ¿es éste el mejor uso de mi tiempo, mis recursos y mi dinero? De eso se trata. Creo que la humildad intelectual es un valor muy importante, y creo que también está muy presente en este movimiento. Así que quizás estos sean algunos libros por los que empezar.

Sebastian: Actualmente estamos colaborando en la traducción de la versión actualizada de The Life You Can Save, de Peter Singer.

Rutger: Este es un gran libro también. Pero creo que necesitamos uno nuevo. Quizás debería escribirlo yo.

Sebastian: Sí, por favor.

Rutger: En cierto modo no es tan difícil. Una vez que te das cuenta de que formas parte de una pequeña minoría de personas increíblemente ricas y que, tanto histórica como globalmente, formas parte de una élite muy afortunada, tienes ciertas responsabilidades. Cuando las asumas, descubrirás que es bastante emocionante y mucho más gratificante que comprar un iPhone nuevo, a pesar de que el tuyo funcione perfectamente.

Sebastian: Sin duda. Creo que todavía estamos en las primeras etapas del altruismo eficaz y también del movimiento de donar de forma efectiva. Cuando hablo con la gente, la mayoría todavía no ha oído hablar de ello y para muchos, cuando lo hacen, les parece que es algo muy importante. Tal vez ya estuvieran de acuerdo y sólo necesitaban descubrir que hay algunas organizaciones que trabajan en este ámbito. Al menos en Alemania, creo que todavía hay muchas oportunidades inmediatas de hacer el bien. Hay quien solo necesita oír que no es el único y que se le anime a actuar según sus creencias.

Rutger: Lo que ayuda es no donar en privado, sino como algo público. Durante mucho tiempo, yo no lo hice. Casi no hice ninguna donación porque pensaba "ya decidiré más tarde". Sólo cuando empecé a hablar sobre ello e hice la promesa pública de donar al menos el 10 % de mis ingresos, se convirtió en parte de mi vida. Ahora, cada año, calculo los ingresos brutos después de hacer la declaración de la renta, porque todo empieza con los impuestos. Tomo el 10 % y sé cuánto tengo que donar. Mi mujer también lo hace, y lo sumamos. Tenemos nuestros ingresos colectivos y juntos decidimos dónde vamos a donar. Lo hablamos entre nosotros: "¿Qué crees que es lo más importante? ¿Qué crees que es más eficaz? ¿Qué te apasiona? Lo que te apasiona, ¿tiene también buenas oportunidades de financiación que de verdad marquen la diferencia? ¿Qué trabajo de investigación has leído, qué he leído yo?". Tenemos esta conversación y luego tomamos una decisión. Después, cuando alguien de una ONG llama a la puerta y dice: "Hazte socio de esto o de aquello" y tiene una bonita historia de comunicación, no me siento culpable en absoluto cuando digo que no, que lo siento, que no tengo tiempo, porque ya me siento seguro de lo que he hecho y del papel que juega la filantropía en mi vida. Eso me motiva mucho. Debería ser tu tarea anual, justo después de haber hecho tu declaración de la renta. Primero, paga tus impuestos y luego decide a qué va tu 10 %.

Sebastian: Parece un buen plan. Esperemos que mucha gente lo siga. Rutger, muchas gracias por tu tiempo y por hablar con nosotros.

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