Una habitación de bebé a prueba de niños

bebé en su cuna
Luciane Garbin para BabyCenter
Pensar en cómo pintar y decorar la habitación de tu bebé es una experiencia muy bonita. Pero ahora que vas a comenzar a arreglarle la habitación, es el momento de asegurarse que esté a prueba de niños y sea lo más segura posible. Aquí te decimos cómo empezar este proyecto importante.

Lo primero: un cuarto sin peligros

Es importante que te asegures de que cosas básicas en la habitación, como la instalación eléctrica o las ventanas y las puertas, están en buenas condiciones. Además de ser aspectos importantes para que el cuarto del bebé sea seguro, es mucho mejor arreglarlo antes de pintar o decorar para evitar gastos inútiles.

El sistema eléctrico

Comprobar si toda la instalación eléctrica es segura en el cuarto del bebé es una de las primeras cosas que debes hacer, especialmente si tu casa o tu apartamento son antiguos. Es posible que si tu casa es antigua el sistema eléctrico esté instalado por fuera, con cables que van por el zócalo. Actualmente lo normal es que estos cables estén por dentro de la pared.

Quizás quieras considerar meter estos cables por dentro de la pared, ya que si están al alcance de los niños pueden jalarlos, sacarlos o morderlos cuando empiecen a gatear. Si esto no es posible, o te resulta muy costoso, al menos cámbialos de lugar en la pared para que no estén al alcance de las manitas de los pequeñines o recúbrelos con un cobertor de plástico para cables que puedes encontrar en tiendas de arreglos de la casa.

Asegúrate de que las tomas eléctricas o enchufes están en buenas condiciones y de que tienen tomas de tierra para evitar cortocircuitos. Si no es así, considera reemplazarlos por tomas o enchufes modernos. Piensa que quizás vayas a conectar allí más adelante un humificador, un radiador o cualquier otro aparato eléctrico que requiera una toma eléctrica confiable. Los enchufes en malas condiciones pueden causar incendios.

Es buena idea también empezar a pensar en cubrir las tomas eléctricas con coberturas de seguridad de plástico para evitar que más adelante tu bebé introduzca objetos. ¡No esperes a que te dé el primer susto para instalarlos!

Lo mismo ocurre con los interruptores de la luz. Comprueba que estén en buenas condiciones o reemplázalos por otros que sean más resistentes. Hay modelos que disponen de una pequeña luz que se enciende por la noche para localizarlos con más facilidad. Te serán útiles cuando tu pequeño crezca y empiece a ir al baño solito por la noche.

Ventanas y puertas

Si tu casa es antigua y estabas esperando un buen momento para reemplazar las ventanas porque no aislaban bien, ahora es el momento de hacerlo. Instalar ventanas de doble vidrio te ayudará a ahorrar y mantendrá el cuarto de tu bebé en una temperatura más estable sin tener que usar en exceso calefactores dentro del cuarto durante el invierno, o aire acondicionado en el verano.

Si no te es posible cambiar la ventana, quizás puedas optar por un ventilador de techo, que ayuda a movilizar el aire frío y caliente dentro del cuarto del bebé.

Otro problema común es la altura de las ventanas y cómo bloquearlas para que los niños no las alcancen. Si vives en un piso alto y tu hijo puede acceder en el futuro a la ventana encaramándose a algo, puedes considerar instalar rejas por fuera.

Actualmente hay rejas de aluminio, que pesan poco, pero que son resistentes y que son fáciles de retirar más adelante, cuando sea seguro. Otra opción es instalar una pantalla protectora en el interior de la ventana, si por las normas estéticas de tu edificio, no te dejan instalar rejas fuera.

Cuando los pequeños empiezan a tener movilidad, y especialmente si tienes otros niños, son comunes las luchas para abrir y cerrar la puerta en las que siempre alguien suele pillarse los dedos. Una forma de evitar esto es instalar un fuelle en la parte superior, que no deja que la puerta se cierre de golpe. Si esto no te resulta práctico, hay unos topes removibles que se pueden poner en la parte superior de la puerta para evitar los dramas de los dedos pillados.

Pintura con plomo

Un problema común en las casas antiguas es que la pintura puede contener plomo. Las pinturas utilizadas en hogares, edificios y escuelas antes de 1978 contenían plomo. Aproximadamente el 83% de los hogares construidos en Estados Unidos antes de 1980, contienen pintura con plomo.

Si la pintura se descascarilla o se convierte en polvillo, puede representar un peligro para ti durante el embarazo y para tu bebé cuando nazca. Por eso, el primer paso es asegurarte de que la pintura antigua en el cuarto que vas a remodelar no contiene plomo.

Habla con tu departamento de salud local o estatal para averiguar qué programa están utilizado para la prevención de la contaminación por plomo en hogares, y no quites tú la pintura de las paredes. Si contiene plomo, tiene que quitarla un profesional. Lee nuestro artículo para más información sobre la contaminación por plomo.

Muebles seguros

Seguridad en la cuna

Es posible que tengas tentaciones de pedir prestada una cuna de un familiar o de una amiga, o utilizar la que está guardada en la casa de tu mamá. Pero es mejor ser un poco prudente porque cada año hay bebés que sufren accidentes mortales ahogándose, estrangulándose o quedándose atrapados en piezas rotas de cunas que no cumplen con las normas de seguridad.

Cuando compres una cuna, busca la etiqueta de la Asociación de Fabricantes de Productos Juveniles (Juvenile Products Manufacture Association), que asegura que el producto se diseñó teniendo la seguridad presente.

También puedes consultar la lista de BabyCenter de productos retirados del mercado (en inglés), para ver si tu cuna (o la cuna que estés pensando comprar) ha sido retirada del mercado. Si tu cuna es vieja, o te la han prestado, ten mucho cuidado.

Precauciones dentro y fuera de la cuna

Tu bebé va a pasar mucho tiempo sin supervisión en su cuna. Y cuando menos te lo esperes, descubrirá cómo agarrar objetos que estén cercanos y cómo trepar fuera (o caerse) de la cuna. No cuelgues nada sobre la cuna con una cuerda que sea más larga de 7 pulgadas (18 centímetros).

Una vez que tu bebé pueda empujarse con las manos y las rodillas, tendrás que quitar ese móvil tan lindo y cualquier juguete que cuelgue sobre la cuna porque pueden crear un peligro de estrangulamiento. Cuando pueda pararse, cambia el colchón a la posición más baja para que no pueda salirse y caerse.

Cuando decidas poner la cuna en el cuarto del bebé, piensa más allá del diseño. Crea una zona de seguridad alrededor de la cuna posicionándola lejos de las ventanas, calefactores, lámparas, decoraciones de la pared (incluyendo calcomanías o pegatinas que pueden caerse de la pared y dentro de la cuna), cuerdas y mobiliario sobre el que tu bebé pudiera trepar.

Las persianas son un peligro especial porque el cuello de tu bebé puede quedar atrapado en las cuerdas o listones que elevan las persianas. Si la cuna tiene que estar cerca de una ventana, corta las cuerdas o usa acortadores de cordones, flecos de seguridad o lugares para atarlos arriba para evitar que estén fuera de su alcance.

Las persianas que han a la venta desde noviembre del año 2000 tienen unos accesorios en las cuerdas que evitan que se haga un lazo entre los listones. Si compraste tus persianas antes de esa fecha, visita la página web del Consejo de seguridad de cubiertas para ventanas (información en inglés) o bien llama al (800) 506-4636 para pedir un kit de reparación gratuito.

De la cuna a la cama grande

Una vez que tu niño mida 89 centímetros (35 pulgadas), o pueda trepar o caerse de la cuna, es el momento de pensar en cambiarlo a una cama. Si tu hijo no está listo para una cama de niño grande, puedes facilitarle esta transición con una cama de niño más pequeño o poniendo el colchón de la cuna, o un colchón normal en el piso.

Cuando tu hijo se cambie a la cama grande, ponle una barrerita para evitar caídas. Recuerda que está acostumbrado a dormir en un espacio protegido. Pon algunas almohadas o algo blandito en el piso, cerca de la cama, en caso de que ruede y se caiga.

Mesa para cambiar pañales y otros muebles

Nunca dejes a tu hijo sin supervisión en la mesa de cambiarlo y usa siempre la cinta de seguridad. Ten a la mano todo lo que necesites, como la loción de bebé, aceite para niños y toallitas húmedas, pero lejos del alcance de tu bebé. Y mantén siempre una mano sobre tu bebé cuando esté en la mesa. Incluso así, puedes que quieras tener una alfombrilla blanda al lado de la mesa de cambiar para que esté acolchado en caso de que se caiga. Para seguridad añadida, sujeta la mesa a la pared.

Los cofres o baúles con juguetes son a menudo un peligro oculto. Muchos baúles de juguetes vienen ahora con una bisagra con muelle que evita que la tapa se cierre de golpe sobre la mano de tu bebé. Si estás usando un baúl con bisagras normales, considera reemplazarlas por bisagras con muelle. O bien, quita la tapa. Los baúles también tienen que tener agujeros u otras aberturas para la ventilación en caso de que tu bebé se quede atrapado dentro (por ejemplo, si un niño cierra la tapa cuando tu bebé está dentro).

Al igual que en el resto de la casa, asegura muebles como cómodas y estanterías a las paredes con abrazaderas o anclas para evitar que se caigan sobre tu hijo. Y recuerda cerrar los cajones de las cómodas cuando hayas acabado de usarlos para evitar que tu hijo se golpee la cabeza o se atrape la mano con un cajón.

Finalmente, si el cuarto del bebé no tiene un detector de humos que esté funcionando, instala uno. Muchos papás también instalan un detector de monóxido de carbono en la casa, quizás fuera de la puerta del cuarto del bebé. Cambia las baterías en ambos al menos una vez al año.

Consulta nuestro calendario ideal para preparar la habitación del bebé.

Para que duerman tranquilos

Almohadas, mantas y otros objetos

El síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS por sus siglas en inglés) es uno de los miedos más grandes de los padres, pero hay formas de reducir el riesgo. Haz que tu bebé duerma siempre sobre su espalda. La superficie donde duerme debe ser firme y lisa. No uses nunca almohadas ni ropa de cuna acolchada y mantén además los animales de peluche fuera de la cuna.

Los protectores acolchados de la cuna (o bumpers en inglés) ya no se recomiendan porque también elevan el riesgo de SIDS.

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés) aconseja que los padres usen pijamas que cubran los pies en vez de una manta (cobija), para que no haya objetos sueltos en la cuna.

Averigua cuándo es seguro que tu bebé duerma con una cobija.

Pijamas sin problemas

Una vez que tu bebé tenga más de 9 meses, sus pijamas tienen que ser resistentes a las llamas, o estar bien ajustadas de acuerdo con la Comisión de Seguridad en los Productos para el Consumidor de los Estados Unidos (CPSC por sus siglas en inglés). Las camisetas y otras prendas para dormir sueltas pueden prenderse más rápidamente y quemar a tu hijo. La CPSC indica que ese tipo de ropa para dormir es responsable de 200 o 300 visitas a la sala de emergencia cada año.

Las pijamas o ropa de dormir ajustada, tanto si retrasan el fuego como si no, tienen menos probabilidades de prenderse y no arden tan rápidamente porque hay menos aire entre la ropa y la piel de tu bebé. La ropa que no es resistente a las llamas ahora se marca con una etiqueta amarilla, que indica que tienen que quedar bien ajustadas por seguridad.

La CPSC hace una excepción de este requerimiento para los bebés más pequeños (de menos de 9 meses), porque los infantes no son suficientemente móviles para exponerse a sí mismos al fuego.

Para consejos sobre cómo mantener a tu bebé seguro en cada cuarto de tu hogar, lee nuestro artículo sobre una casa a prueba de niños.
Foto de Erika Cebreros
Erika Cebreros fue redactora y editora en BabyCenter en Español por 5 años. Se especializa en investigación en temas de salud infantil.

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