Tu niño y el chupón

Mi niño está todavía muy apegado a su chupón. ¿Debo preocuparme?

Muchos niños usan el chupón o chupete para consolarse y calmarse durante la primera infancia e incluso hasta que tienen 4 ó 5 años. Un chupón podría también servirles como "objeto de transición", es decir, como un objeto que alivia su tensión y les ayuda a adaptarse a situaciones nuevas o difíciles, por ejemplo, empezar la guardería o hacer un largo viaje en auto.

Aunque no hay necesidad de desterrar el chupón cuando tu bebé cumple 1 año, hay buenas razones para tratar de persuadirlo de que lo deje pronto. Si tu niño parece propenso a infecciones de oído, por ejemplo, dejar su chupón podría proveerle algún alivio. Un estudio mostró que los niños que no usaban chupetes tenían un 33 por ciento menos de infecciones en el oído medio.

"Si tu niño parece estar desarrollando problemas de habla y lenguaje, un chupón no le ayudará. Al succionar el chupete el niño cierra la boca en una posición que no es natural, y esto dificulta el desarrollo normal de su lengua y los músculos de sus labios", dice Patricia Hamaguchi, una patóloga del habla y el lenguaje de Cupertino, California, y autora de Childhood, Speech, Language and Listening Problems: What Every Parent Should Know (Niñez, habla, lenguaje, y problemas auditivos: lo que todo padre debería saber).

Incluso si tu niño no muestra problemas perceptibles, y simplemente está aprendiendo a hablar, tener el chupete en la boca podría limitar sus oportunidades de hablar, distorsionar su habla, y hacer que su lengua se quede en una posición plana que no es natural cuando está en reposo, dice Hamaguchi.

En algunos casos, el uso frecuente también podría hacer que la lengua se proyectara demasiado hacia delante sobresaliendo entre los dientes, lo cual da pie a problemas dentales y al desarrollo de un “ceceo” cuando se producen los sonidos de la s y la z.

Por esas razones, Hamaguchi recomienda limitar el tiempo que tu niñito usa el chupón tanto como sea posible. Como mínimo, aconseja, asegúrate de usar un chupón tamaño recién nacido, que es más pequeño y más suave y puede tener un impacto menor en el habla de tu niño.

En su opinión, el momento ideal para quitar el chupón totalmente es a los 18 meses.

Otros expertos —y muchos padres— adoptan una estrategia más pausada, sugiriendo que si un niño necesita chupar y tú le quitas su chupete, lo reemplazará con el dedo (o hasta el cuello de su playera).

¿Usar un chupete afectará los dientes de mi niño?

Los niños que tienen el hábito de chupar constantemente y durante un periodo de tiempo prolongado (sea el dedo o un chupón) podrían tener problemas con la forma en que les salen los dientes frontales superiores.

Sin embargo los dentistas pediátricos sugieren que a la mayoría de niños el uso del chupón hasta que aparezcan los dientes permanentes (usualmente alrededor de los 4 a 6 años) no les causará ningún problema dental.

De todos modos, es buena idea decirle al dentista que tu niño pequeño usa un chupete de manera que él puede revisar sus dientes y mandíbula para asegurarse que todo está bien.

¿Cuál es la mejor manera de lograr que mi niño deje su chupón?

Idealmente, tu niño pronto estará listo para desechar su chupón por sí mismo. Su necesidad de chupar está disminuyendo continuamente, y pronto podrá aprender otros modos de consolarse y tranquilizarse.

Para apoyarlo, tú podrías tratar de anticipar momentos en que tu niñito desearía su chupete y darle un substituto. Si tiende a usar su chupete cuando está aburrido, planea por adelantado y ofrécele una actividad más interesante.

Si estás esperando en la cola de la oficina de correos, por ejemplo, dale un libro para que pase las páginas o hazle gestos chistosos en vez de darle un chupón.

Si tu niño tiende a ponerse su chupón cuando se siente inseguro o preocupado, ayúdale a expresar sus emociones en palabras. Hazle preguntas para descubrir qué está pasando, y tranquilízalo con abrazos y besos.

Para disminuir la dependencia de tu niño, elógialo cuando no use su chupete. Podrías también limitar el uso del chupón a la noche y a la hora de la siesta, diciéndole: "Ya no vamos a llevar tu chupón a la guardería y cuando salgamos fuera de casa, pero lo puedes seguir usando para ir a dormir”.

Cuando estés lista para eliminarlo completamente, y si tu niñito es suficientemente mayor como para captar el concepto, prueba usar un calendario para mantener un registro de los días en que no usa el chupón, y premia a tu niño con una pegatina o un cuento extra antes de ir a dormir.

También podrías prometerle un premio, como una excursión especial cuando acumule una semana de estrellas.

El dentista de tu niño también podría respaldar y apoyar a tu pequeño en sus esfuerzos de liberarse del chupete. Algunos dentistas hasta tienen un lugar para que los niños depositen sus chupetes y ganen un juguete (¡o un cepillo dental!) a cambio. Y algunos padres han tenido éxito utilizando los servicios del “hada madrina de los chupones”, quien se lleva todos los chupetes durante la noche y ¡deja un regalo en su lugar!

Cómo cuidar del chupón

Mientras tu niño no lo deje, cuida de sus chupones con esmero: Enjuágalos a fondo cuando tu hijo los deje caer y, al menos una vez al día, lávalos con agua caliente y jabonosa y enjuágalos bien.

Sumergirlos durante unos pocos minutos una vez al día en una solución de vinagre blanco y de agua (mitad y mitad) ayudará a prevenir el crecimiento de hongos. Enjuágalos bien y sécalos al aire. Enséñale a tu niño a no compartir su chupete con sus compañeritos de juego.

Cuando limpies el chupón, revísalo para estar segura de que la tetina está firmemente unida al mango y no se está deteriorando. Reemplaza el chupón tan pronto la tetina empiece a mostrar signos de desgaste.

Una tetina que se sale disparada o se rompe puede representar un peligro de asfixia.