Cómo enseñar empatía

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Qué cabe esperar a esta edad

Los seres humanos tenemos empatía por naturaleza, al menos hasta cierto punto. Algunos estudios indican que los bebés que lloran cuando escuchan llorar a otro bebé, son más empáticos de mayores.

Aun así, los niños en edad preescolar, como sabemos todos los padres, no son un modelo de comportamiento desinteresado y generoso. La empatía es algo que tienen que aprender de ti.

Si tu hijo pega a su hermana, por ejemplo, puedes decirle: “Hace daño cuando pegas a las personas. Así es como hay que tocar a la gente, con suavidad. ¿Cómo se siente?”. En algún momento comprenderán el mensaje, pero seguramente les llevará un tiempo.

Qué puedes hacer

  • Dale un nombre al sentimiento
Para que tu hijo pueda reconocer sus emociones. Dile: “Pedro, estás siendo muy amable”, cuando tu hijo te bese el dedo en que te hiciste daño. Aprenderá de tu reacción que su reacción amable se reconoce y se valora.

Tiene que aprender a reconocer emociones negativas también, así que no temas señalar con calma cuando su comportamiento no sea el que esperas. Procura decir algo como: “Cuando le quitaste el sonajero a tu hermanito se puso muy triste. ¿Qué puedes hacer para que se sienta mejor?”.

Otra idea para enseñarle a entender y definir sus emociones es tener "el sentimiento de la semana". Cada semana pones a la vista una foto de alguien experimentando una emoción: tristeza, alegría, sorpresa, enojo. Habla con tu hijo sobre cuando se siente esas emociones.

  • Alaba su comportamiento
Cuando se muestre generoso o muestre empatía. Cuando tu hijo realice un acto de generosidad, señálale lo que hizo bien y sé lo más específica que puedas: “Fuiste muy generoso compartiendo tu osito con tu hermanito. Eso le hizo muy feliz, ¿ves cómo sonríe?”.

  • Anímalo a hablar de sus sentimientos y de los tuyos
Hazle saber que te importan sus sentimientos, escuchando con atención. Mírale a los ojos cuando te habla y parafrasea lo que dice. Cuando grite: “¡Hurra!” por ejemplo, respóndele con un: “Ah, hoy te sientes muy feliz”. Es posible que no sepa responderte si le preguntas por qué, pero no tendrá problema alguno en hablarte acerca de “sentirse feliz”.

De igual manera, comparte tus sentimientos con él: “Me siento triste porque me pegaste. Pensemos en otra manera en que podrías haberme dicho que no querías ponerte esos zapatos”. Aprenderá que sus acciones afectan a otras personas, un concepto que es difícil de comprender para un niño pequeño.

Esta bien compartir tus sentimientos incluso si no tienen que ver con las acciones de tu niño.

Podrías decir "Estoy triste porque no recibí la carta de la abuela que esperaba" o "Algunas veces me enojo con papi, pero lo amo de todas formas". De esta forma, su hijo aprenderá que los adultos también tienen sentimientos y emociones y que son parte normal de la vida. Verá que aprender a manejar los sentimientos es parte importante de crecer y madurar.

  • Señala el comportamiento de otras personas
Enseña a tu hijo a darse cuenta cuando alguien se ha portado de manera generosa. Procura decir: “¿Recuerdas esa señora en el supermercado, la que nos ayudó a recoger la comida cuando se nos cayó la bolsa al piso? Fue muy amable con nosotros y me hizo sentir bien cuando estaba disgustada”.

Al hacer eso, reforzarás el que tu hijo comprenda cómo las acciones de las personas pueden afectar emocionalmente a los demás. Los libros también ofrecen buenos ejemplos, así que pregúntale cómo cree que se siente el perrito que se perdió en el cuento o por qué sonríe la niña del otro cuento.

Explícale cómo te sentirías si tú fueras otro de esos personajes y pregúntale cómo reaccionaría él. Estas conversaciones le ayudarán a comprender las emociones de otras personas y a entender las suyas.

  • Dale pistas verbales
Algunos niños tienen problema para entender diferentes tonos de voz. Tu hijo pequeño podría no darse cuenta de que su hermanita está llorando porque está triste y quiere que la deje de molestar.

 Ayúdalo a ponerse en sintonía con las emociones de otros haciendo un juego. Repitan una frase en diferentes tonos de voz y pide que adivine qué significa cada tono. Puedes decir "Escúchame" como si estuvieras enojada, feliz o en secreto por ejemplo, y mira si puede detectar las diferencias.

  • Dale pistas no verbales
Ve al parque o un area de juegos y encuentra un lugar traquilo donde tu hijo y tú se puedan sentar a observar sin molestar. Jueguen a adivinar como se siente la gente que miran y trata de que las respuestas sean elaboradas: "¿Ves a ese niño? creo que está feliz porque está brincando y se ríe? ¿por qué estará tan contento?"

  • Enséñale las reglas básicas de la buena educación
A través de los buenos modales, tu hijo puede demostrar que se preocupa por los demás y los respeta. En cuanto sea capaz de comunicarse verbalmente, puede empezar a decir "por favor" y "gracias". Explícale que estás más dispuesta a ayudarlo cuando se comporta de manera educada contigo y que no te gusta cuando te da órdenes.

Claro que ser educada con él vale más que mil palabras: di “por favor” y “gracias” con regularidad y tu hijo aprenderá que estas frases son parte de la comunicación habitual, tanto en casa como en lugares públicos.

  • No uses el enojo para controlar a tu hijo
Aunque es fácil enfadarse cuanto tu hijo pega a su hermano pequeño, procura no usar tu enojo para controlar su comportamiento. Si dices “estoy muy enojada contigo” los niños suelen cerrarse y retraerse.

En lugar de eso, muestra empatía a tu hijo. Enseñar mediante la instrucción y el ejemplo es mucho más eficaz, sobre todo a esta edad. En lugar de enfurecerte, toma un momento para calmarte. Entonces, di con firmeza: “Sé que estabas enojado, pero no debes pegar a tu hermano. Eso le hizo daño y me puse triste. Por favor, pídele perdón”.

  • Dale a tu hijo tareas pequeñas
Estudios demuestran que los niños que aprenden responsabilidad también aprenden altruismo y empatía. A los pequeños les encanta realizar tareas pequeñas, y algunas cosas útiles como dar de comer a las mascotas también enseñan empatía, sobre todo si después alabas su acción: “¡Mira cómo mueve la cola el perro! Eres tan amable con él… Está feliz porque le estás dando la cena”.

  • Sé un buen ejemplo
Los actos de generosidad y caridad son una excelente manera de enseñar a tu hijo empatía. Llévalo contigo cuando vayas a visitar a un vecino para entregarle comida porque está enfermo, o cuando vayas a visitar a una amiga que acaba de tener un bebé.

 Déjale que te ayude a empacar la ropa que llevarás a un centro de personas necesitadas o a cualquier otro lugar caritativo. Explícale que hay personas que están enfermas o que no tienen comida o ropa suficiente, y que por eso necesitan de la ayuda de otras personas.

  • Empatía para niños y para niñas
En nuestra sociedad es común esperar que los hombres sean menos empáticos que las mujeres. A veces, incluso sin darnos cuenta, demandamos y alabamos más la empatía en mujeres y se la exigimos menos a los hombres. Los hombres "deben ser rudos", ten en cuenta esto al enseñar empatía a un varoncito, ser empático no tiene que ver con el género.

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