Fuente; El Nuevo Herald Un banquero internacional que atendía a megamillonarios vinculados al régimen de Nicolás Maduro fue condenado el lunes a 10 años de prisión por un juez federal de Miami por su participación en un entramado de corrupción y lavado de dinero que sustrajo $1,200 millones de las arcas del estado venezolano.
Entre las personas que están siendo investigadas como parte del escandaloso caso se encuentran el propio Maduro, sus hijastros, empresarios vinculados al chavismo conocidos como bolichicos, y el magnate de medios de comunicación Raúl Gorrín.
Matthias Krull, de 45 años, se disculpó profusamente con la jueza de distrito de los Estados Unidos, Cecilia Altonaga, antes de que impusiera la pena máxima, luego de que Krull se declarara culpable de participar en la conspiración para malversar los fondos de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Pero Altonaga también dijo que esperaba ver al banquero nuevamente en la corte, cuando los fiscales federales retornen para probablemente recomendar una reducción de la pena por su asistencia en el extenso caso de lavado de dinero.
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El banquero también recibió la orden de pagar $650,000 en multas y sanciones.
Krull, el hijo de un pastor luterano nacido en Alemania, criado en Venezuela y educado en Suiza, llevaba la vida de un banquero suizo y un hombre de familia con residencia en Panamá cuando él y otros ocho implicados fueron acusados en julio de conspirar para robar cientos de millones de dólares de los vastos ingresos petroleros de Venezuela.
Las autoridades estadounidenses dicen que los fondos robados fueron lavados haciendo uso del régimen de control cambiario en Venezuela, instrumento que permitió aumentar astronómicamente el valor de sus activos antes de que esos fondos fuesen transferidos a un banco europeo e invertidos en bienes raíces de lujo en el área de Miami y otros activos.
Durante la audiencia, la juez hizo mención de la buena conducta que caracterizó la vida de Krull antes de verse implicado en la conspiración que implica a altos funcionarios del chavismo.
“Sé que tengo ante mí a un hombre que ha llevado una vida honesta y honrada durante la mayor parte de su vida”, dijo Altonaga, antes de proceder a resumir su participación en la conspiración para lavar dinero. “Esas acciones parecen estar en desacuerdo con la persona aquí delante de mi. Es como si estuviéramos tratando con dos personas diferentes”.
Krull, arrestado en Miami, se convirtió en el primer acusado en cooperar en la investigación realizada por funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional. El banquero se encuentra actualmente en libertad, tras pagar una fianza de $5 millones y reside en un condominio del área de Brickell.
El banquero se declaró culpable en agosto luego que su abogado, Oscar S. Rodríguez, alcanzara un acuerdo con el fiscal Michael Nadler, quien recomendó los 10 años de prisión de Krull e indicó que era prematuro seguir adelante con la reducción de la sentencia.
En cumplimiento con lo establecido en el acuerdo de culpabilidad, Krull ya comenzó a proporcionar evidencia sobre la red de lavado de dinero basada en Venezuela.
Entre los integrantes de la presunta red se encuentra Gorrín, quien las autoridades creen es el arquitecto de la operación para trasladar $600 millones desde las arcas de PDVSA a un banco europeo para su propio lucro, según documentos de la corte y múltiples fuentes.
Entre los involucrados también están otras personas conectadas con la gran cúpula del régimen, incluyendo los tres hijos de Cilia Flores, esposa de Maduro, Yosser Gavidia Flores, Walter Gavidia Flores y Yoswal Gavidia Flores.
Identificado solo como “Conspirador 7” en los registros de la corte, Gorrín colaboró con Krull, su banquero personal, para realizar la transferencia bancaria masiva hace dos años, dicen las fuentes.
Krull —considerado como que podía “abrir puertas” para los venezolanos adinerados que buscan acceso a la banca extranjera— prometió ayudar a los fiscales en su proceso de ampliación de la investigación de Gorrín, Maduro, sus hijastros y otros venezolanos.
Krull ha brindado detalles de sus encuentros con Gorrín en la oficina del magnate en Caracas y en su condominio en la exclusiva isla de Fisher con vistas a la Bahía de Biscayne, en la que discutieron la transferencia de fondos de petróleo malversados al banco europeo, según los documentos de la corte.
En uno de los encuentros que tuvo en Caracas, Krull se reunió con los hijastros del presidente y con un hombre de negocios venezolano que Gorrín presentó al banquero como el testaferro para los hijastros de Maduro.
En otra oportunidad, Gorrín se jactó de su relación con la familia presidencial, y le dijo a Krull que los hijastros intercedían por el ante Flores, cuando el magnate de medios necesita “resolver problemas” con el presidente, dice la declaración, sin identificar a Maduro ni a los hijastros por nombre.
El presunto testaferro, Mario Enrique Bonilla Vallera, quien ahora también enfrenta cargos ante la Corte Federal de Miami, está acusado de recibir $200 millones en la cuenta bancaria europea perteneciente a los hijastros de Maduro.
Las autoridades sospechan que fue el propio Gorrín —dueño del canal de noticias venezolano Globovision— el que realizó la transferencia de ese dinero a los hijastros, mientras que él se quedó con $80 millones para su propio beneficio.
Otros $265 millones fueron transferidos a otros conspiradores liderados por el empresario venezolano Francisco Convit Guruceaga, uno de los denominados bolichicos que actualmente figura como uno de los principales acusados en el caso.
El abogado de Gorrín en Miami, Howard Srebnick, ha negado que su cliente haya cometido algún delito. Las autoridades aún no han presentado cargos contra Gorrín en conexión con el caso federal.
No obstante, Srebnick criticó la estrategia de la fiscalía de negociar un acuerdo de cooperación con el banquero, diciendo que Krull solo busca reducir su sentencia de prisión máxima al brindar testimonio contra Gorrín como parte de su acuerdo de culpabilidad.
Mientras tanto, se espera que otro miembro de la red venezolana de lavado de dinero se declare culpable del mismo cargo de conspiración que Krull en una audiencia en una corte federal de Miami el miércoles.
Abraham Edgardo Ortega, un venezolano que se desempeñó como ex director ejecutivo de finanzas en PDVSA, Petróleos de Venezuela, S.A., también está cooperando con las autoridades, según las fuentes.
Un tercer acusado, Gustavo Adolfo Hernández Frieri, un corredor de inversiones con sede en Miami, fue arrestado en Italia en julio y espera la extradición a los Estados Unidos. Los otros seis acusados en el caso están en libertad y son considerados fugitivos.
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