Decimos que Maravillas somos todas y al mismo tiempo que no se trata de un gaztetxe, sino de una manera de entender el mundo. Hace ya tiempo que éstas dejaron de ser simples consignas para pasar a materializarse en la práctica. Somos uno a la hora de construir nuestros proyectos en nuestros pueblos y barrios, y somos uno a la hora de defenderlos. Y como no podía ser de otra manera, todas hemos participado codo con codo en la ejemplar lucha de Maravillas y seguiremos haciéndolo. Es por ello que vemos necesario alzar la voz al unísono en su defensa respecto a lo acontecido en las últimas semanas y a determinados posicionamientos políticos que hemos oído de nuevo tras la recuperación del espacio tras una masiva manifestación y a su posterior nuevo desalojo.
En primer lugar, no vamos a permitir que se use a unos gaztetxes como arma arrojadiza contra otros para deslegitimarlos, tratando de trazar una linea divisoria entre buenos y malos para enfrentarnos y aplastarnos más fácilmente. No vamos a aceptar que se use nuestro nombre para vender un modelo de supuestos procesos idílicos frente a otro de niñatos irresponsables. No lo van a conseguir, ya que por si alguien tenía alguna duda, somos las mismas y estamos en lo mismo. En la misma linea, vemos que los intentos de despolitización y asimilación de los gaztetxes no tienen nada que hacer frente al desarrollo cuantitativo y cualitativo que estos están experimentando en los últimos tiempos tanto en Iruñerria como en el conjunto de Euskal Herria. Que la autogestión integral que planteamos no cabe en la falsa neutralidad de unos inofensivos locales homologados para jóvenes, y que en la medida en que los gaztetxes son antagónicos al capital y responden a los intereses de la clase trabajadora, es precisamente por ello que son constantemente atacados por distintos medios. [Leer más]