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STEVE THORNE - Emotional Creatures. Parts One And Two (2005/2007, Giant Electric Pea)

 Escuchando álbumes como Emotional Creatures - Part One recuerdo las razones por las que afirmé en su momento que el Marbles de Marillion, un trabajo que muchos pusieron por las nubes, poseía composiciones que se mostraban más melosas que melódicas, creando una barrera definitiva que les aparta de todo lo que Marillion había contenido en su seno creativo durante sus primeros cinco años de existencia. Y es que Steve Thorne sabe agarrarse a la parte más cercana de lo que en los 80 se conoció como neo progresivo sin tener que hacer concesiones a la galería más inexperta. Es por ello que marco esa gruesa línea entre lo insípido de las “canicas” de Hogarth y lo sabroso de las “criaturas” de Thorne.



Emotional Creatures - Part One, publicado en 2005, es una obra que conoce el camino correcto y sabe alimentarse de las migas dejadas por luminarias de los 80 como IQ, Pallas o los mismos Marillion de Fish. De hecho, y para facilitar la digestión al futuro oyente, se podría decir que Steve se tiene bien estudiado aquel Misplaced Childhood. Y no lo digo por una búsqueda de clichés, cosa de la que se olvida acertadamente este compositor; ya que más correctamente estaríamos hablando de una lucha por conseguir un estado de equilibrio entre la experimentación progresiva y las melodías de un evolucionado art rock-pop.



Thorne inicia su travesía sonora con la composición “God Bless America”, antecedida por la inquietante introducción instrumental “Here They Come!”, un tándem que sirve para poner en su sitio a un gobierno como el de Estados Unidos. Pero el vocalista lo hace desde la rabia contenida, con unos pasajes relajados que muestras en cada esquina un aguijonazo al por entonces imperio Bush. Luego el barco mantiene su rumbo en pos de alcanzar canciones como “Last Time”, un ejercicio progresivo admirable y fuera de cualquier alarde pomposo en el que participan músicos tan “desconocidos” como Nick D'Virgilio o Geoff Downes. De ahí a guindas chorreantes de licor como la minimalista “Julia” o la enérgica “Every Seconds Counts” –de diez–. Y dejando para la penúltima parada del viaje ese “Gone” que se hará cotidiano en tu vida una vez lo escuches por primera vez.



En 2007 Thorne continúa donde lo dejó con su primera parte de Emotional Creatures. Este amante del art rock progresivo mantiene firme su afán de escarbar en esos aspectos que hacen de la vida humana un complejo rompecabezas. En esta segunda parte su estilo posiblemente sea más reconocible dentro de parámetros marcados por grabaciones destacadas como la del proyecto Blackfield, dejando un tanto arrinconada su cadencia folk o tradicionalista.


El oyente encuentra muchos nexos de unión más allá de la simple consecución narrativa que ofrece Part Two: Emotinal Creatures. Ambos trabajos se gestaron al mismo tiempo, aunque con una visión más oscura y arrastrada para el segundo paso. Steve Thorne ha logrado engrandecer su comienzo con un siguiente CD que glorifica aquello que ya resaltaba en Part One. Aquí se encuentran creaciones de varias escuchas, canciones que necesitan ser exploradas con constancia para conseguir que nos muestren su verdadero sentido.



Y aunque la grabación gana en un carácter atmosférico totalmente nítido, esto no hace palidecer el grueso dentro de una caja de pino. La lengua analítica de Steve consigue nuevamente arrancar la reflexión, ofreciendo su raciocinio para ser compartido por el comprador a lo largo de composiciones dadas a la descongestión como “Crossfire”, “All The Wisemen” o “Sandheads”.



En definitiva, y sin querer herir a los que sólo se agarran ciegamente a los artistas más reconocidos por el gran público –una buena muestra está en el trato discriminatorio que se ha tenido en los 90 con Saga–, Steve Thorne está muy por encima de la media. Tal vez sea por eso que instrumentistas de la talla de Tony Levin, Martin Orford o Paul Cook no dudaron en ayudarlo a montar la carpa sonora. 

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com













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ANS ELECTRONIC MUSIC - VARIOUS ARTISTS (1969 / MenoAhr) (Serie Pioneros)

El sintetizador photoelectronic soviético ANS fue creado por el ingeniero óptico Ergeniy Murzin. Le costó la friolera de 20 años terminar su invento : de 1937 a 1957. 



Se basa en un método de sonido gráfico usado en cinematografía. Esto hacía posible obtener una imagen visible de un soundwave, tal y como ocurre con los actuales programas de grabación. Constituido por cinco discos de cristal, con cada disco poseedor de 144 tracks individuales. Un total de 720 microtonos  que llegaban a las 10 octavas. Y enteramente polifónico. Ahora vas, y te lo imaginas. Y además, jódete, Robert Moog. Murzin lo bautizó en honor al compositor Alexander Nikolayevich Scriabin - A. N. S.- (1872 - 1915). Un ocultista,  teosofista y primer exponente de las teorías del color sonoro para composición. El artefacto fue usado por los pioneros sintetistas soviéticos Stanislav Kreitchi, Alfred Schnittke, Edison Denisov, Sofía Gubaidulina y algunos otros, de los que tenemos muestra en éste histórico álbum de 1969. Edward Artemiev hizo muchos scores  para Andrei Tarkovsky en el ANS,  ("Solaris", sin ir más lejos), siendo uno de los pioneros de la ambient music. El artefacto original fue destruido, pero otro exacto (y único en el mundo), se encuentra ahora en el Glinka State Central Museum of Musical Culture de Moscú. Su sonido onírico,  irreal y de cuento de hadas, es absolutamente fascinante.



 Nada mejor para comprobarlo que la apertura con "Music from the film, Cosmos" (12'15) de Edward Artemiev y Stanislav Kreitchi. La cósmica germana no inventó nada, si nos atenemos a ésta maravilla fuera de éste mundo, que además puede ser visualizada, cuando los ordenadores eran una fantasía. Pocos álbumes dentro de nuestra Serie Pioneros se merecen más estar en ésta sección. Se reproduce algo parecido a una coral femenina (antes que el Mellotron), entre otros muchos pasajes absolutamente ensoñadores. Éstos onironautas electrónicos dieron con el agujero negro del sonido. Verdadero portal dimensional que nos acerca la teoría de que la música lo es, definitivamente. Escuchar para creer. Y sí,  esto es prog music al más alto nivel. Kreitchi continúa sólo en "Intermezzo" (2'00), demostrando que también era capaz de generar secuencias rítmicas,  - algo arcaicas, pero secuencias rítmicas -,y el corte suena más al típico space  age primigenio, habitual en la Moog exploitation. 

Dando la vuelta al vinilo, J. S. Bach es interpretado por Alexander Nemtin en "Chorale Prelude in C Major" (2'30), adelantándose a Walter Carlos. Siguiendo con éste intérprete,  "Tears" ((4'41) nos daba otra soberbia lección de pre-ambient soviético de primera magnitud. La verdad es que sobrecoge escucharlo, tanto por su estructura como por su elección surrealista de sonidos. Algo así como un Hammond acuoso, mezclado con sintetizadores de cuerda de los 70, pasados por pedales de guitarra, pero en sonidos cristalinos de difícil descripción. Hay que oírlo, al "tío ANS"!  "A Northern Tale" (5'38) era obra de Schandor Kallosh. Comprobamos que a cada mano diferente que lo usa, sus sonidos cambian. Es música perfecta para pelis sci -fi de los 50/60. Me rasgo las vestiduras cada vez que escucho un programa ufologico. La música suele ser siempre abominable. Como si no hubiera.

Finaliza el álbum con "A Voice of the East" (2'00) de nuevo con Stanislav Kreitchi. Casi invocando lo que hará décadas después Kitaro, con un millón de sintetizadores.



Éste maravilloso disco fue incluido, junto a más material de archive tapes, en el fabuloso "Electroacoustic Music Vol. IV - Synthesiser ANS 1964 - 1971" (1999 / Electroshock), sello del hijo de Edward Artemiev, Artemiy, también un destacado sintetista. Prueba incontestable de que, probablemente, nos encontramos ante el primer sintetizador propiamente dicho de la historia.

J.J. IGLESIAS




Temas

A1 Music From The Film "Cosmos" (E. Artemyev - S. Kreichi) 00:00

A2 Intermezzo (S. Kreichi) 12:14


B1 Chorale Prelude In C Major (J. S. Bach - A. Nemtin) 14:33

B2 A. Nemtin Tears (A. Nemtin) 17:05

B3 A Northen Tale (S. Kallosh) 21:51

B4 A Voice Of The East (S. Kreichi) 27:33







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Black Mountain Prophet - Tales From The South (2016)

Todos los que habitualmente nos visitáis en Rockliquias sabéis de mi amor (pasión) por el rock sureño. Por ello me alegra enormemente que grupos como Black Mountain Prophet, nacidos en el nuevo milenio, sigan la estela de los sonidos de los setenta.


El grupo tiene su origen en Kentucky y Tennessee, como no podía ser de otro modo. La banda está integrada por Jarrod England (voz, guitarra), anteriormente en Rufus Huff y restaurador de camionetas típicamente americanas en su tiempo libre. Bob Watkins (guitarra) ex de The Screamin' Cheetah Wheelies. Y la sección rítmica formada por Brian Witty (bajo) y Chris Hardesty (batería). Hasta el momento han editado dos discos: "Notorious Sinner"(2013) y "Tales From The South" (2016).


El título de este segundo disco de Black Mountain Prophet expresa claramente lo que nos vamos a encontrar al colocarlo en el plato, "Tales From The  South" (Cuentos del sur).  Rock sureño, fresco y actual con ciertos toques hard rockeros. Los dos primeros temas de la grabación, "Feel Good Mama" y "Lay That Bottle Down", confirman claramente nuestras sospechas. Buenos riffs, "slide guitar" y chirriante armónica. El tercer corte, "Whiskey Don't Make Me Cry", es Lynyrd Skynyrd por los cuatro costados. Seguimos con los riffs pesados y bluseros en "Milk Skin Woman". El toque funky lo encontramos en "Bad Women". Un remanso de paz acústico, "Brandy", nos traslada a los campos de Tenessee. Gran labor de los dos guitarristas de la banda, Jarrod England y Bob Watkins. "Front Porch Company", con la voz de Gregg Allman, sería un tema más de Allman Brothers. Exquisita parte final. "Where's My Woman", la mujer está muy presente en sus composiciones, nos presenta un gran dinámico ritmo rockero que haría las delicias de Glenn Hughes. Vuelven los sonidos del pantano en "My Baby Don't Love Me". Una gran producción a cargo de  Brodie Hutcheson (Gov`t Mule), se hace palpable en temas como "Alone in the World". Finaliza este recorrido sureño con los aires bluseros de "Mercy" .
J.C.Miñana


 






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BARON ROJO - Perversiones (2003 / Zero) (Rockliquias Bandas)

 Para el año 2003, la carrera de Barón Rojo ya era dilatada. Habían pasado por variadas etapas y altibajos. Puede que la palabra "irregular" no sea la exacta para resumir su carrera, pero tampoco injusta. Aunque de vez en cuando, la brillantez de sus comienzos aparece para sorpresa de todos. Y eso sí que es un hecho incuestionable. Su capacidad de sorprender ha sido siempre una constante que tiene su indudable mérito. 



Por éste tiempo, Barón Rojo eran los hermanos De Castro, Armando y Carlos, éste último voz solista.......sino, no sería Barón Rojo.  El ex-Niágara,  Ángel Arias al bajo y coros y Valeriano Rodríguez en la batería. Y en ésta bendita ocasión les dió por un album de versiones. No sé si es que eligieron las adecuadas, si tenían especial ganas de tocarlas o si las musas se aliaron con el legendario aviador, pero les salió un disco tremendo. Y para mí,  uno de mis favoritos de la banda. Independientemente de que fueran versiones, el toque personal made in Barón se clava en cada una de ellas. Las hacen suyas. Y al final, es un disco lleno de su propio sonido. Lo disfruto en cada segundo. Y lo habré pinchado, tanto en la intimidad de mi búnker como en público,  muchísimo. 

Comenzar con un "Spotlight Kid" de Rainbow ya es una sorpresa. Podría presumirse que la etapa Dio fuera más acorde con su estilo. En vez de eso, se van a los tiempos del AOR duro con Joe Lynn Turner. Y se convierte en un tema de los madrileños de pleno derecho. Con un trabajo de guitarras,  simplemente inhumano. "Why Dontcha" está claro que es una elección de los hermanos. Old school cosecha de West, Bruce & Laing, con el espíritu altamente personal del genial Leslie West, amoldado al del combo hispano. Del "disco de la moneda", el "E Pluribus Funk" de Grand Funk Railroad, toman "Loneliness". Otra que es puro Barón Rojo, con ésos dobles punteos marca de los De Castro,  más cerca de Thin Lizzy o Wishbone Ash, que quedan elegantes al por mayor. Elección biográfica,  aseguraría,  llena de recuerdos de juventud. El tigre de Detroit, Ted Nugent ,es otro de los elegidos con su "Turn it Up" del "Free For All" (mi álbum favorito de Nugent). Guitarras desbocadas, ritmos volcánicos y Carlos acojonando al micro. Actitud, es la palabra. De los 80, pero con la herencia 70s, "Assault Attack" rendía homenaje al rubio Michael Schenker, en su etapa solitaria con Graham Bonnet (otra vez Rainbow). Un precioso tema que respetan, pero inevitable y felizmente,  les sale "baronizado". Y es un triunfo. Con los teclados invitados de Oscar Cuenca. Armando se atreve a cantar por Hendrix, en el sublime "Spanish Castle Magic". Obligado el homenaje. Y lo saben.

Curiosa elección la del "Shake my Tree" del único (y querido) álbum de Coverdale / Page. De nuevo Purple  en los gustos de la banda, conjugados con Zeppelin. La mezcla todavía da miedo. Pero no a Barón Rojo, que la bordan. Del "Straight Shooter", segundo de Bad Company, atacan "Good Lovin' Gone Bad" con el sentimiento hard blues que tan bien se les da a los Barones. Sin embargo el solo de guitarra es más Kossoff que Ralphs. Dos por el precio de uno. Ahora sí que se invoca a Dio(s), pero con Black Sabbath. Es el inmortal "Neon Knights" el que arrasa. Atreverse con Dio es perder de antemano, pero Carlos sale airoso del reto. Instrumentalmente se salen, ahí sí que no tienen límite.  El blues es un estilo muy presente en la historia y formación de los hermanos, desde los tiempos de Coz. "Hoochie Coochie Man", de Willie Dixon y Muddy Waters, tiene su sitio lógico  en éste album. Al igual que el "Crossroads" de Robert Johnson, aunque en versión más adecuada de Cream. Reflexiono y pienso que un álbum rock blues de Barón Rojo hubiera sido la bomba. Jeff Beck Group con su "Beck Ola", es representado con "Plynth", aunque realmente suenan más a Deep Purple! Incluso la voz se parece aquí a Gillan! Así que estaba cantado un tema de los purpúreos. "Pictures of Home" del "Machine Head", seguro que tiene muchas historias que contar. Recuerdos de tiempos en que ser rockero de pelo largo era una profesión de alto riesgo. Hay ganas y diversión palpable por parte del grupo. 

Janis Joplin con "Move Over" toma forma de rock sureño, que es otro de los gustos preferidos de los hermanos. Y casi se convierte en un tema de Lynyrd Skynyrd o Blackfoot, en sus manos. De AC/DC escogen etapa Bon Scott, por supuesto. Y un tema inesperado como "What's Next to the Moon", que nunca hubiera sospechado. Sorprendiendo, en su línea.  Finalmente el "Father of Night" de Bob Dylan, pero en versión de Manfred Mann's Earthband, seguramente les traerá buenísimos recuerdos, de cuando las discotecas pinchaban buena música. ..........



Barón Rojo se atrevería después nada menos que con el "Tommy" de The Who. Ambicioso proyecto algo más cuestionable. Pero eso, ya sabes, es otra historia.

J.J. IGLESIAS



 



 


HECENIA: “Légendes” (1989) “La Coleur Du Feu” (1994)

La década de los 80´s llegaba a su fin y empezaba a librarse en parte de esos sonidos plastificados y artificiales y con esas baterías machaconas e insípidas. Aunque también se prodigó mucho el hecho de programar la percusión. Después de la experiencia de Elohim los hermanos Trutet se embarcan en una aventura mucho más sinfónica que la anterior. En el momento que hablamos de elementos “sinfonizantes” automáticamente lo relacionamos con un teclista superdotado (en los dedos se entiende). Tal es el caso de Hecenia que tuvieron la suerte de encontrar a Thierry Brandet. Una especie de Wakeman-Emerson-Banks a la francesa de técnica prodigiosa y muy influenciado por los compositores de principios del XX principalmente de su tierra y esto inevitablemente llamó mi atención de mi otro “yo” clásico modernista. Estos dos discos, los únicos de esta refinada banda, fue otro regalo de Musea Records en esos tiempos de sequía que yo agradecí mucho. Brandet pronto se hizo con el liderazgo y con la composición. Los teclados lo ocupan prácticamente todo.



“Legendes” aunque editado en 1996 se graba en 1989 en puro symphonic rock con algún solo de guitarra añadido de Daniel Trutet pero dentro de las ensoñadoras estructuras neoclásicas del teclista. Es cierto que la batería artificial resta lo que podría haber tocado uno real pero afortunadamente tampoco es una de esas horrendas drum-machine que podemos escuchar en otras obras lastradas por ese insoportable martilleo. El primer CD lo ocupan 4 piezas de más de 10 mtos, prácticamente instrumentales y muy orquestadas por Korg Polysix / Poly-61, Mini-Moog y Ensoniq Mirage. La melodía y las bellas armonizaciones le dan un aire muy fairy-tale. La suave voz de uno de los hermanos Trutet aparece ocasionalmente y la música me recuerda mucho a las bandas japonesas sinfónicas de ese periodo y a ese Genesis irrepetible del Selling England. Predominio de lo delicado y de la ensoñación con fantásticos solos de mini-moog y esas cosillas puntillosas y alegres que solo nos gustan a los sinfo-prog recalcitrantes. Cero estructuras rock y mucha influencia clásica. Los de deditos con cuernos abstenerse. Disco muy, pero que muy bonito y para gustos finos y delicados que causará sarpullido a los contrarios.



“La Coleur Du Feu” de 1994 ya completamente instrumental es un perfecto acompañante del anterior y ya en manos absolutas de Thierry Brandet. La sofisticación del estilo avanza incluso más. Los Trutet han desaparecido y ya tenemos otro bajista y batería real. Las composiciones plenamente “afrancesadas” de Brandet se complementan con la arpista Delphine Douillard que le va perfectamente a la temática. Desde la impresionante pianística de “Capricornio” La arpegiada y rítmica “L´empreinte D´uranus” con estupendos cortes y ciclos de acordes. La soñadora “La Roue Du Temps”. El “Diálogo H2o” y su primera parte de órganos - moogs clasicistas a lo Ekseption o Trace y su mitad debussysta – raveliana de arpa y musas de elegancia sublime. Esa miniatura: “La Course des Nuages” con sus olores impresionistas y para culminar la larga suite de 24 mts “Les Jardins Ethernels” que nos retrae a esa Francia de la Belle Epoque y el modernismo y su inigualable lirismo y ternura. Ravel, Poulenc, Tailleferre o el propio Satie aparecen como espectros amables. Este álbum es una delicia y como tal será odiado o menospreciado por gran parte de la audiencia que tomó los caminos equivocados del prog actual y es una verdadera pena. Pero así son las cosas y así os las he contado.

Alberto Torró 


Légendes


La Coleur Du Feu











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RETROSPECTIVA: Músicos del siglo XX: Terry Kath (1946-1978)

 Inauguro nueva sección con la idea de abrir la puerta a otras músicas y a sus protagonistas donde los estilos aun incluso radicalmente diferentes hayan tenido una importancia histórica. Hablaremos de músicos de rock evidentemente porque mayoritariamente somos un soporte que nacimos con ese espíritu, pero también tendrán cabida protagonistas y compositores de jazz, clásica, folk, vanguardia o incluso todo aquello que sea difícil de clasificar por cualquier motivo. Inevitablemente todos los que nos dedicamos a escribir de música o a cualquier otra actividad artística reflejamos conscientemente nuestros gustos personales. Siempre ha sido así. Porque escribir sobre algo que no te gusta es aberrante y esquizofrénico. Los comentaristas musicales de medios donde cobran por ello se ven obligados muchas veces a pasar por este mal trago por imposición de la empresa o la compañía discográfica de turno. Yo ya no sé cómo funciona hoy esto porque toda la música se ha convertido en un producto de marketing indigerible salvo el autosuficiente que se permite la autogestión discográfica. Yo me he quedado obsoleto en esto afortunadamente y tampoco me interesa lo más mínimo. La música actual corta-pega y sus revivals stoners y pseudo lo que sea me aburren mortalmente.



Hay mucho tema musical en el siglo XX. Sería interminable La influencia de los compositores “revolucionarios” de su primera mitad es clave en muchísima de la música que nos gusta como lo es la influencia del jazz y las posteriores ramificaciones electrificadas. Todo hallazgo sonoro tuvo su influencia trasversal en cada una de las músicas que se crearon. Desde lo más ortodoxo y académico hasta lo más radical y avanzado. Ningún otro siglo ha sido más creativo que el XX. Es muy probable que muchos nombres que aparezcan sean para alguno algo desconcertante. Sin embargo, todo arte y la música el primero de ellos tiene siempre una base comparativa en todas las épocas. Porque se trata de una evolución constante. Un relevo creativo.

Cuando se habla de los héroes de la guitarra a todos nos vienen a la memoria los Clapton, Hendrix, Allman, Beck, Zappa, Page y un largo etc pero no suelen citar a Terry Cath que fue el líder de los Primeros Chicago. En palabras del propio Hendrix el mejor de todos. Terry Alan Kath nace un 31 de enero de 1946 en la ciudad que daría en nombre a su grupo. Como casi todos los llamados “genios” fue un músico autodidacta. De todos es sabido que la música es un “don” que se tiene y que en su ausencia por muchos estudios y mucha técnica de aprendizaje que se tenga jamás se llegará a ese misterioso punto de originalidad que destaca de los demás. Esto es extensible a todas las demás artes. Kath era un crío cuando empezó en diferentes bandas de blues, jazz, rock y pop. Tenía la habilidad de dominarlo todo. En esos primeros años 60 conoció al saxofonista Walter Parazaider y al batería Daniel Seraphine. Al poco tiempo se unirían James Pankow y Lee Loughnane formando la poderosa sección de viento y finalmente el teclista Robert Lamm y el bajista Peter Cetera completarían a Chicago Transit Authority que grabarían tres obras maestras en sus tres primeros dobles LP´s. En realidad la mejor amalgama de jazz-rock-clásica-pop que dio ese período irrepetible en la historia de la música de 1969 a 1971. Años tan locos como creativos. Las mejores composiciones de Chicago llevan su pluma y también toda la energía inicial que no duró más allá del volumen 7 en 1974 donde el grupo se pasa a la fórmula radio y a la música comercial en un lamentable giro del que ya no se recuperarían. Kath como guitarrista tenía un estilo enérgico inconfundible pero nunca fue un guitarra de insípidas y rápidas escalas. Su forma de tocar era irresistible y emocionante y dominaba como pocos la técnica. El empleo de fuzz y wah wah rubricaba y encendía la labor del resto de sus compañeros. Todos impresionantes músicos en cada uno de sus instrumentos. Pero Terry Kath le dio a Chicago su sello de identidad como banda única de jazz-rock.



 Su pérdida en 1978 fue irreparable y sumió a la banda en el desconcierto. Posiblemente la muerte más absurda de la historia del rock. Los zumbaos del Hendrix, la Joplin y el Morrison se fueron al otro barrio por gilipollas autodestructivos pero el caso de Terry Kath es más absurdamente lamentable porque en una de sus borracheras le dio por jugar con una 9 mmm a la ruleta rusa para hacer la gracieta con sus amigos y accidentalmente se voló la tapa de los sesos como un pardillo. Una pena ridícula es cierto y algo bastante habitual en el país de las armas sin control. No sabemos a donde habría llegado este músico. Lo cierto es que se dejó llevar por las canciones cursis de Peter Cetera en el resto de los álbumes de la banda y en caso de seguir vivo dudo que Chicago hubiese cambiado la dirección convencional que tantos dividendos y fama les dio a partir de 1975 y hasta nuestros días. Es cierto que en directo nunca se olvidan de su buena época y de las grandes composiciones lo cual es de agradecer.

Alberto Torró


Temas

0:00:00 - In The Country

0:06:51 - Free Form Piano

0:11:21 - Does Anybody Really Know What Time It Is?

0:15:14 - 25 or 6 to 4

0:22:17 - Poem for the People

0:27:56 - I Don't Want Your Money

0:33:02 - Mother

0:38:48 - It Better End Soon

0:53:27 - Beginnings

1:00:13 - Ballet For A Girl In Buchannon (Make Me Smile) / So Much To Say, So Much To Give

1:06:53 - Colour My World / Make Me Smile

1:13:05 - I'm a Man

1:21:33 - Bill Graham Closing Announcements













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RAY MANZAREK - The Golden Scarab (1974 / Mercury )

 Puede parecer chocante que un loco por la psicodelia como éste escriba, no sea un gran apasionado por The Doors. Habiendo sido el propietario de un bar llamado "Morrison Hotel", así podría parecerlo. Pero lo cierto es que mi aversión hacia Jim Morrison no ha hecho más que crecer con los años. Y sigue. Creo que fue el gran fraude del rock'n'roll. Con tanta suerte, que hasta el hecho de su muerte lo libró  de una irrefrenable decadencia paulatina, que probablemente lo hubiera llevado al olvido. Pero sentó las bases de lo que debe ser un frontman mesiánico de manual. 



Sería injusto dejar la cosa ahí. Porque el grupo era sensacional. Y Ray Manzarek, en mi opinión,  el alma del mismo. Así que al quedarse huérfanos del (engañoso) carisma de su cantante, el público les dio la espalda. Y la losa Doors pesaba demasiado. The Butts Band, (Krieger & Densmore), fue un intento desesperado, pero loable. Y excelente. Y Jess Roden pudo continuar perfectamente con la saga Doors. Que la gente se acostumbra a todo, créeme. The Butts Band hicieron dos majos discos que no conocen ni los "die-hards"  más pesadicos. Mientras, Ray Manzarek editaba en 1974 "The Golden Scarab". Producía,  no podía ser de otro modo, Bruce Botnick. Y reunía a un equipo impresionante. Tony Williams (batería), Jerry Scheff  (bajista de estudio de The Doors), Larry Carlton (guitarra) y una sección de percusión compuesta por Mailto Correa, Steve Forman y Milt Holland. Manzarek canta y toca (muchos) teclados,  sintetizador inclusive. 

La influencia brasileña ya sale en el inicial "He Can't Come Today", bajo una forma de samba-bossa-exótica,  recupera el alma de The Doors en su más pura esencia. No se las arregla mal con la voz, el líder. No puede (o no le dejan) olvidarse de Morrison, pero sale airoso. Y comprobamos que una influencia tan alejada de California, funcionó en el estilo de Las Puertas (de la Percepción). Larry Carlton está insuperable, y la maraña rítmica levanta el ánimo  más decaído. Ahora conecta con Steely Dan por las elegantes cuerdas del guitarrista, en "Solar Boat". Yacht rock que sigue contando con el reflejo subliminal de Doors. La única no firmada por Manzarek, "Downbound Train" (Chuck Berry), es una versión absolutamente doors-y, y en un "L.A. Woman" hubiera tenido perfecta cabida. Las teclas son una estampida de notas y la urgencia frenética del ritmo de la canción,  es apabullante. Un tren sin posibilidad de frenada, desbocado por los raíles del infierno. 

Cambiamos de onda. "The Golden Scarab" (6'42) nos acerca de nuevo al afro-jazz de unos Headhunters, Mandrill, Demon Fuzz u Osibisa. Vivo colorido percusivo no exento de psych vibes y continuadas referencias a la banda madre. El solo de kalimba lleva el tema a momentos progresivos no lejanos a un combo kraut, Can, por ejemplo. Fiesta alucinógena,  en cualquier caso. Damos la vuelta al vinilo y nos encontramos con "The Purpose of Existence Is?" (6'42). Jazz rock existencialista que no puede evitar al fantasma de Jim Morrison, (dicho con toda la mala leche del mundo, lo reconozco). Manzarek se mueve con total libertad, es su hábitat natural, y el corte resulta una sensacional exposición  de calidad doorsiana. Otra muestra más, de que pudo haber vida tras la muerte de ya sabes quién. Y más allá de sus dos discos sin él,  (que por cierto, siempre me han gustado). 

Para rematar, Carlton es un más que digno sustituto de Krieger, y sus punteos llevan la canción a niveles superlativos. La buena racha sigue con "The Moorish Idol"  (5'40), llena de moogs emersonianos.  Y que en manos de Ray, clama al dios Prog por un sitio en el Olimpo del género. Estamos en pleno 1974, así que es muy normal. De hecho esto es un instrumental de puro Emerson, Lake & Palmer feel. Y una pasada de bueno. Al Tarkus y el Manticore les salió un Escarabajo Dorado como amigo! Nueva invocación Doors con "Choose Up and Choose Off", a ritmo Steely Danesco y Cali-rock. Placer depravado escuchar a ésta banda, de verdad. Y Larry Carlton se hace con las riendas del asunto. El humorístico "Oh Thou Precious Néctar Filled Form (or) A Little Fart", con el saxo de Ernie Watts y la trompeta de Oscar Brashear, ponen el punto jolgorioso, casi propio de New Orleans, en un boogie made in Manzarek.



En la versión cd se incluyen tres piezas que se quedaron fuera en su día.  No temas, son excelentes y "Bicentennial Blues" (7'54) se sale. Para nada relleno. Ray Manzarek aprovechaba el tiempo sólo en calidad. Todo buen gusto.

J.J. IGLESIAS



Temas

A1  He Can't Come Today 00:00

A2  Solar Boat 04:41

A3  Downbound Train 10:41

A4  The Golden Scarab 16:14

B1  The Purpose Of Existence Is? 22:58

B2  The Moorish Idle 29:39

B3  Choose Up And Choose Off 35:18

B4  Oh Thou Precious Nectar Filled Form (Or) A Little Fart 40:02








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CAPHARNAÜM - Lesoleilestunebombeatomique (2007, Unicorn Digital)

Capharnaüm es uno de esos proyectos con los que rara vez te cruzas, y que, cuando lo haces, quedas prendado por su ilimitado conocimiento de las posturas estilísticas. La capacidad de mutar dentro de un mismo álbum sin que suene a forzado o fuera de lugar hace de un conjunto como el compuesto por Francois Blanchard, Maxime Brisebois, Philippe-Antoine Bernard y Marc-André Blanchard la necesaria esperanza de nuevas generaciones en comunión con cánones todavía por digerir para la masa de oyentes o compradores. 



En Lesoleilestunebombeatomique confluye todo lo aprendido en diez años de crecer como un núcleo de originalidad en busca de parámetros por los que generar sensaciones más allá de la simple escucha. La música pergeñada por estos canadienses evoca momentos e imágenes, al igual que colma la más simple de las escuchas. La sencillez con la que tornan del jazz fusión a las corrientes de metalizado heavy instrumental o al progresivo reconocido pero con lavado de cara, en fin, no suele ser harina de común costal.  

La modernidad de su visión les pone en pura velocidad de crucero creando las ondas que separarán a todos aquellos que no anden igual de bien provistos en cuanto a motores creativos se refiere. El punto base del que parte y sobre el que se apoya el sonido de este cuarteto es el trabajo frente a las seis cuerdas de los hermanos Blanchard, unos instrumentistas que pueden llegar a incluir instantáneas de Steve Hackett, Steve Vai o Johnny 5 en un mismo corte de audio. 



Su impronta es tal que no han tardaron en ser requeridos para aparecer en la brillante compilación de corrientes experimentales Lezarder, edición promovida desde Francia y Quebec. Todo un honor para unos músicos que están lejos de ser catalogados con una simplona palabra. Agarrarse a un término como el que preconiza la libertad únicamente valdría para dar pistas a aquel que quiera escuchar, el resto son conjeturas absurdas que desaparecen frente al colorido magnificente de este bullicioso mundo en miniatura condensado en cincuenta minutos. 

por Sergio Guillén 

sguillenbarrantes.wordpress.com


Para oír su música de forma gratuita entrar en: https://www.capharnaum.biz/fr/musique








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