jueves, 26 de febrero de 2015
Beak> (2009)
lunes, 15 de diciembre de 2014
Broadcast - Noise Made By People (2000)
Aquello me parece casi otra vida, probablemente lo es. Ahora, con unos años de perspectiva me extraña no haber escuchado este disco hasta hace tan poco y me apena no haber podido ver a Trish desplegar toda su magia, aun sabiendo que en aquella época todavía no conocía suficiente su música como para saber lo que me estaba perdiendo.
Sin embargo algunas historias se escriben así. Probablemente la película de mi vida lleva desde siempre esperando en un disco duro para que yo por una casualidad del destino me decida a verla; el libro que me cambiará para siempre se ríe de mi desde la estantería sin que yo pueda saberlo. Y yo que a veces soy tan osado como para creer que ya nunca voy a escuchar nada que me encoja el estómago. Algún día me encontraré cara a cara con esa persona, ese libro, esa película o ese disco que lleva existiendo desde siempre sin que yo lo sepa y tendré esta estupida sensación de tiempo perdido.
Y este blog lleno de telarañas, que tan buenos recuerdos me trae, sin saber cómo un día como hoy me ha devuelto un trozo de mí mismo que no sabía que se me había caído. No sé si todavía hay alguien al otro lado de esta radio rota, pero a todos los que os molestasteis en leerlo, y a todos los que me han escrito durante este tiempo para darme las gracias por haber descubierto algo emocionante, gracias de corazón! Me abro ahora mismo una cerveza a vuestra salud!
lunes, 1 de octubre de 2012
Jonathan Wilson - Gentle Spirit (2011)
Supongo que lo mismo se puede decir del señor Wilson. En Gentle Spirit no hay ni rastro de esa tan perseguida originalidad, y sin embargo, creo que pocas personas que yo conozca podrían resistirse a un disco tan redondo y elegante como este. Cualquiera de ellos mentará sin rebuscar mucho en su bagaje musical a Pink Floyd, America, Neil Young o cualquiera de los soniquetes añejos que resuenan en nuestras cabezas y que nos producen ese extraño placer de hacernos sentir como en casa.
No en vano Jonathan es dueño de uno de los estudios analógicos más emblemáticos de todo E.E.U.U. y por mucho que las nuevas generaciones de productores se encuentren cada vez más aburridos con la batalla eterna entre analógico y digital, yo sigo pensando que estos sonidos tan cálidos nos devuelven a otras épocas en las que por lo general tendemos a creer que la música se hacía con más cariño.
Sea cierto o no, y dejando de lado la tecnología musical de cada época, no es tan común encontrar a personas capaces de encajar todas las piezas del rompecabezas musical (composición, interpretación, producción, etc.) con tan buen tino. Y es una suerte, porque cuando alguien es capaz de pulsar tantas veces seguidas sobre la tecla adecuada el cosquilleo musical es inevitable. Y lo bonito es que todo sucede en milésimas de segundo y sin tener que racionalizar ni justificar nada.
La originalidad es importante, para mí es incluso muy importante. Lo malo es que si no tenemos cuidado podemos acabar en una espiral cada vez más acelerada de "usar y tirar". Siempre en busca y captura de lo más novedoso, llamativo y visionario, algo que cambie para siempre las reglas del juego. Alguien que este luchando por sacar adelante una idea disparatada, el incomprendido de turno...
Y sin embargo aquí tenemos a Jonathan Wilson publicando una música que se lleva haciendo "toda la vida" y con una pirámide en la portada que parece decir "los egipcios sí que sabían de cosas capaces de soportar el paso del tiempo".
martes, 18 de septiembre de 2012
Brainiac - Electro-Shock for President (1997)
Me acuerdo de cuando un lanzamiento de The Mars Volta se hacía esperar más que la mañana de Reyes. Durante 3 o 4 años tuve uno de esos enamoramientos en los que crees que nadie va a dar en el clavo como ellos.
Y es que, no solo me pilló completamente por sorpresa De-Loused in the Comatorium, sino que ver el show que tenían montado en directo los “Pelochos” (así los llamaba un amigo mío) me pareció de lo más inspirador que había visto en mi vida.
Con el tiempo perdieron esa cadencia “jazzy” y experimentaron un poco con los ruidos. Recuerdo escuchar “Frances The Mute” y pensar que se habían vuelto locos para mal. Que la mayor parte del disco era relleno, un ruido alarmante, insoportable y antinatural. Pero ya sabéis que dicen que el amor es ciego y con el tiempo se perdona todo.
¿Quién me iba a decir que lo que yo quería en realidad es que exploraran más ese camino gratuitamente ruidista? Para bien y para mal Omar aprendió a tocar la guitarra sin notas disonantes, se deshizo de algunos efectos, contrató a baterías cada vez más musculados y en general fueron dejando atrás la experimentación en favor del rock progresivo más convencional.
Todavía hoy sonrío cuando les escucho, pero ya no es lo mismo. Por suerte Omar sigue publicando discos radicalmente marcianos a un ritmo difícil de seguir, pero también falta algo. La espontaneidad mola, pero dada la cantidad de música que se publica en el mundo mes a mes, uno agradece los proyectos que se lo piensan bien antes de publicar por publicar.
Al fin y al cabo, si puedes decir todo lo que tienes que decir en un disco de menos de 15 minutos ¿para qué necesitas más?
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Television - Marquee Moon (1977)
¿Y si Lady Gaga pasa a la historia? Al fin y al cabo hay precedentes. Abba se sigue escuchando con ilusión y muchas personas que conozco todavía piensan que Julio Iglesias es el artista más grande de todos los tiempos. ¿Y por qué no? Al fin y al cabo él solito ha vendido casi tres veces más millones de discos que Smashing Pumpkins, Radiohead y Arcade Fire juntos.
Eh, que soy el primero que opina que eso no es medida de nada, pero a veces me pregunto (como todo el mundo, supongo) qué quedará de “lo nuestro” para la posteridad. Porque ojo, que yo soy de los que piensa que en los últimos 10 años se han grabado un buen número de discos históricos pero es casi seguro que la mayoría no llegarán a pasado mañana.
Y puede que en general podamos descalificar sin pestañear los años 80 por ser una auténtica horterada, o que incluso los 90 suenen extremadamente macarras y prepotentes desde la distancia, pero lo cierto es que los medios destacan de cada época la música más horriblemente artificial en una batalla eterna de acción-reacción. Ahora se lleva esto y mañana, todo lo contrario.
Lo bueno es que siempre se pueden rastrear sub-corrientes más o menos estables que nos dan infinitas alegrías, pero sumergirte en las profundidades de los olvidados mediáticos puede marear a cualquiera. Sobre todo porque hay tanto donde rascar que uno pierde un poco la orientación
Por suerte hay cosas que caen por su propio peso, y supongo que si dentro de 30 años alguien tropieza sin querer con... digamos el tercer disco de Portishead, la sorpresa debería ser inolvidable. Esa sensación de ¿por qué nadie me habló de esto? bueno, pues... ¡hablemos!
lunes, 19 de septiembre de 2011
Jay Reatard - Blood Visions (2005)
Se dice, se comenta que pierdo el culo por todo músico que muera antes de tiempo pero no son más que habladurías. A principio de verano la buena de Amy entro por la puerta de atrás en este supuestamente selecto club, y aunque seguramente hará migas con Cobain allá donde esté, su música nunca me interesó demasiado y no creo que cambie de opinión pronto.
De todas formas, intuyo que a hasta cierto punto, a todos nos pica un poco el tandem musica+muerte inesperada. ¡Y ya son unos cuantos! Los de toda la vida: Jim Morrison, Janis Joplin, Kurt Cobain, Jeff Buckley, Jimi Hendrix y las nuevas incorporaciones Vic Chesnutt, Mark Linkous y compañía (¿no sé murió uno de TV on the Radio?). En realidad la lista puede continuar todo lo que a uno le apetezca, al fin y al cabo la gente muere y un porcentaje de ellos, por simple estadística son músicos.
Y así llegamos hasta Jay Reatard. Un tipo al que me perdí por pura ignorancia en el Primavera Sound 2007 y que canceló dos años más tarde en 2009. Supongo que no estaba destinado a verle tocar en directo. Así empiezan los mitos. Luego ves videos de sus actuaciones y se te escapa un "¡macagonlaputa!"
Para bien y para mal el sindrome Van Gogh implica que después de su muerte la repercusión de su figura se multiplique exponencialmente. Ahora parece que se van a reeditar algunos de sus primeros trabajos, dentro de nada podremos ver el documental y en general se motará el circo habitual de "yo-le-conocía-desde-la-primera-maqueta".
¿Y es para tanto? Pues a pesar del nombre, de la sangre y del ruido, creo que esta vez sí. Por suerte y/o por desgracia, creo que de todas formas por mucho marketing y bombardeo colectivo que se haga, el amigo Reatard pasará mayormente inadvertido. Para empezar porque la aspereza de su sonido es una barrera de entrada bastante empinada, y para seguir, porque en este momento parece que los audiófilos no están por la labor de tragarse al millonésimo punki anárquico.
Yo solo os digo amigos que aunque su música no es para todo el mundo, creo que dedicándole un poco de atención salta a la vista que Jay era un hombre con talento y buen gusto especialmente visible en eso que llamamos "temazo". Lo que pasa que todos tenemos nuestros mecanismos de defensa, y el Sr. Reatard es del tipo de gente que se cubre de sangre para para apartar a listillos y fanáticos de palo con poco tiempo que perder.
jueves, 21 de julio de 2011
Brian Eno - Here Come The Warm Jets (1974)
Basicamente todo lo que no fueran los Beatles estaba condenado a una crítica ridiculamente feroz. Crecí creyendo que los Beach Boys solo habían grabado Good Vibrations y Barbara Ann, que Phil Collins era un genio, que los primeros discos de Pink Floyd eran para drogatas y que Supertramp pasarían a la historia como la mejor banda del planeta.
Lo bueno es que al crecer he tenido oportunidad de crearme mis propios mitos, y espero que mis hijos algun día descubran que todo lo que decía su padre no era más que una mamarrachada.
Al fin y al cabo todos tenemos que formarnos nuestro propio criterio, descubrir joyas enterradas y darnos cuenta de que en el fondo Bradford Cox no es más que un Brian Eno moderno... o como siempre dice mi padre "esto que escuchas ya existía en mi época, pero mejor".
lunes, 13 de junio de 2011
Hood - Outside Closer (2005)
Animal Collective no son más que unos Beach Boys tecnológicos y el disco nuevo de Bon Iver parace un remake de los comienzos de Peter Gabriel en solitario. Todavía no ha aparecido una bebida que sustituya a la Cocacola, ni un nuevo Jimi Hendrix o siquiera unos nuevos Camela. Los niños siguen estudiando gimnasia y matemáticas en el colegio. Y los semáforos siguen usando el color rojo y verde de toda la vida. ¡Pues menudo retraso de mundo moderno!
Y nosotros pensando que se podían cambiar las cosas. Que solo hacía falta reunirnos todos 28 días juntos para darnos cuenta de que no estábamos solos. Porque claro, yo hasta hace un mes creía que el mundo era un lugar feliz. No tenía ni puta idea de que la gente estaba hasta los cojones, pensaba que yo era el único idiota que se quejaba del gobierno y los bancos... y ahora resulta que además somos la generación más importante de los últimos 2000 años porque tenemos Internet...
Porque estaréis conmigo en que Internet ha revolucionado la forma de ser de las personas ¿no? ¡Claro que sí! Ya no nos preocupa la vida de los famosos ¡ahora tenemos facebook! Os acordáis de "videos de primera" y "qué apostamos" ¿en qué coño estábamos pensando? Ahora a la gente le interesan cosas mucho más puras, no hay más que ver los greatest hits de Youtube para darse cuenta.
Bueno, pues todos de acuerdo, todo sigue igual pero Internet nos ha cambiado para siempre. ¡Y para mejor! Bueno, todavía nos falta deshacernos del fútbol y acabar con el hambre en el mundo gracias al dinero de los futbolistas, aunque creo que es más factible deshacerse de los políticos, al fin y al cabo, si no fuera por los futbolistas no sabríamos lo que es vivir a lo grande.
viernes, 1 de abril de 2011
No Age - Weirdo Rippers (2007)
El ruido es esa especie de descontrol que tenemos algunos últimamente en nuestras vidas. Un zumbido constante de información que sobrevuela nuestras cabezas. Demasiada información como para procesarla en una vida entera.
112 nuevos tweets sobre el Primavera Sound en los últimos 20 minutos. Las RSSs echando fuego. Te ha llegado un e-mail, pero estas hablando con alguien en el whats app. Mientras tanto, alguien en alguna parte lanza un nuevo sintetizador que revolucionará la música moderna y las etiquetas que le has puesto a los géneros de tu iPod no te ayudan a encontrar algo nuevo que te apetezca escuchar.
Todos los días alguien te descubre una banda o un libro que redefine el significado de "laguna" pero que al final resulta estar lleno de clichés y de trozos de otras cosas que ya conoces. O que vas a conocer pasado mañana. Y te quedan tres capítulos de The Office para acabar la temporada pero esta noche hay un concierto en Miby Dock que seguro que está bien.
Tus heroes caducan, pero no importa porque cada año tienes un nuevo ídolo que ya murió (sin que tú supieras que existía) y otro que acaba de cumplir 22 años.
Y al final resulta que la única tranquilidad que hay en el mundo la encuentras en un torbellino de frecuencias que solo debería gustar a los enfermos mentales. Pero ahí estás, desgastando tus tímpanos. Y curiosamente en el ruido te oyes pensar con una claridad que da un poco de miedo.
En el fondo sabes que dentro de no muchos años no podrás oír ni un taladro hidráulico agujereando tu cabeza, pero da igual porque durante una hora y cuarto seguida lo único importante de todo el puto universo es ese sitio, ese sonido y los que están contigo. Como cuando haces el amor.
viernes, 18 de febrero de 2011
El Primer Hombre (2010)
miércoles, 26 de enero de 2011
Highlife - Best Bless (2010)
Por un momento te planteas que el rock se está democratizando. Que ya no hay faraones iluminados ante los que todos debemos arrodillarnos sino personas normales que tambien eructan y se ponen pedo... bueno, como siempre, pero ya me entendeis...
En Santander, cuando yo era adolescente, la oferta musical dejaba mucho que desear (por no decir algo peor) hasta que de pronto algún señor muy simpático decidió montar el Tanned Tin. Fue un impacto tremendo para un chaval como yo que todavía no había salido del grunge, plantarse delante de bandas que le daban un nuevo significado a la palabra "alternativo".
Comenzó el rito. Mirabas el cartel y un poco al azar señalabas un nombre con el dedo y probabas suerte en busca de la alegría del día... ¡y eso es precisamente lo que me ha pasado hoy!
viernes, 21 de enero de 2011
Seefeel - Quique (1993)
lunes, 17 de enero de 2011
Deerhunter - Halcyon Digest (2010)
Lo malo es que la gente te recuerda como le da la gana. Reconozco que es divertido darte cuenta de que un día fuiste alguien completamente distinto, y a ratos te reconoces un poco pero de vez en cuando piensas que se están equivocando de persona...
Por ejemplo, recordar cuando Billy Corgan era el amo... (¡puaj!) y recordar el día en que me compré un Big Muff porque quería que mi guitarra sonara a ese ruido blanco que venía de serie en la mitad de los discos de los 90.
Luego maduré y me di cuenta que hace falta algo más que un pedal de distorsión para sonar como los Smashing Pumpinks... madure, lo prometo... un montón.
Ahora que soy un tipo maduro y adulto me parece que Billy Corgan es un gilipoyas del quince. Ahora mola mucho más Bradford Cox que en lugar de utilizar un Big Muff utiliza un Pitchfactor que es un pedal mucho más digno del siglo XXI y de una persona evolucionada y elegante.
Es más, soy tan elegante y adulto que me he comprado (y me han regalado) los discos de Deerhunter y Atlas Sound en vinilo porque suenan mucho más auténticos. Porque Bradford a diferencia de Corgan, nunca perderá la magia...
Puede que en el futuro Bradford se pelee con toda su banda y los sustituya por robots motorizados conservando el nombre Deerhunter, y seguramente empezará a reclamar los discos de las Grecas como su verdadera influencia y se reirá de las bandas que graban en un 8 pistas, pero siempre será el amo... siempre, siempre, siempre.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Deerhunter - Cryptograms (2007)
jueves, 12 de agosto de 2010
Can - Tago Mago (1971)
Cuando iba a la universidad algunos de mis amigos escuchaban Can y yo pensaba “¿en serio?” No me entraba en la cabeza que algo así pudiera considerarse música. Al fin y al cabo para mí lo único que importaba era que un grupo tuviera buenas canciones.
Un estribillo épico y un sonidazo de guitarras era como el ABC en el que se desarrollaban mis gustos. Incluso los Sonic Youth con toda su experimentación y ruidaco entraban dentro de mi esquema (que ahora me resulta bastante primitivo)... pero Can me sacaba de mis casillas y siempre lo consideré un grupo de pose.
Ahora estoy en época de transición reordenado prioridades y re-descubriendo discos que había dado por imposibles. Ahora intento escuchar la música como quien mira un cuadro. Descifrarlo, disfrutar de su textura y de las decisiones que han de tomar las personas para llegar hasta ahí. Porque al fin y al cabo si un disco suena a culo es porque quien lo ha publicado quiere que así sea, y probablemente es una decisión mucho más consciente de lo que había creído hasta ahora.
Por supuesto no estoy intentando decir que Can suene a culo. Aunque lo bonito es que eso lo tiene que decidir cada uno...
En alguna de las últimas entrevistas que he leído de los Animal Collective, uno de ellos dice que lo que más les jode es que la gente piense que no se toman en serio lo que hacen o que los ruidos y sonidos que pueblan sus caleidoscopios musicales son una cuestión de azar. Ellos se curran sus canciones tanto o más que los Ramones cuando con dos acordes te soltaban un temazo de minuto y medio que no podías parar de cantar.
Lo más duro de introducir este tipo de música en tu vida es aceptar tanta libertad. Si en el arte como en la música no hay reglas y cada uno escoge las que le gustan supongo somos individuos completamente independientes de los demás... que no hay necesariamente nexos animales que nos unen, y eso, por primera vez en mi vida suena más a terror que a esperanza.
miércoles, 16 de junio de 2010
Sugarcube - Yo La Tengo
La crisis, la incompetencia, el borreguismo futbolero, las discusiones estúpidas, la falta de horas de sueño, el exceso de horas extra no remuneradas, hacer la compra, limpiar la casa, horarios incompatibles, pagar el piso, mudarte de casa, comer cosas que no te gustan, sentirse gordo, sentirse viejo, pensar "qué coño estoy haciendo con mi vida", tener a la familia lejos y olvidada (aunque a veces sea mejor así), descubrir que realmente hay personas en el mundo que dan puto asco, tener un pitido constante en los oidos, llegar a casa sin ganas de hacer las cosas que te gustan, los vecinos, el bricolaje los sábados por la mañana, los precios altos, los sueldos bajos, los despidos injustificados, los ascensos injustificados, la canción del verano, las conversaciones sobre el cambio climático y el reciclaje, las televisiones en 3D, el éxito del cine basura, las vacaciones multitudinarias, el garrafón, los adictos a facebook, los cotillas, los exhibicionistas, las poses, los piropos gratuitos, la gente que se cree famosa, los famosos que se creen gente, los hiper-mega-super millonarios, los coches tuneados, las personas "tuneadas", los músculos, los paraguas, el sol abrasador, ...
Hay demasiadas cosas que me ponen de mala hostia... por suerte algunas canciones son poderosas. Ya estoy de buen humor :)
martes, 18 de mayo de 2010
Fugazi - Shut The Door
El otro día leí en una revista "snob" de esas que leo a veces que, si bien cada cual puede tener sus razones para hacer música, no todas las razones son igual de válidas. Y claro, mientras me preguntaba qué razones son válidas y cuales no, la cabeza se me llenó de expresiones de esas que dan un poco de repelús como "tal disco es muy comercial" o "tal banda es super auténtica".
Y lo peor de todo no es que se me pasaran por la cabeza en ese momento, si no que a veces parece que no queda más remedio que decirlas en voz alta. La putada es que después te quedas hecho polvo porque no aclaran nada... especialmente cuando a continuación te preguntan "pero, ¿por qué?".
¡Ay, amigo! Algunas cosas no se pueden explicar, o las sientes o no las sientes.
viernes, 14 de mayo de 2010
All Tomorrow's Parties
Basta ya de adorar a esos adorables genios. Ahora somos egoistas, sólo queremos pasarlo bien. Esto ya no es Woodstock, no revindicamos nada salvo nuestro derecho a ser felices durante un ratito.
Y puede que el dinero no de la felicidad, pero la música sí, y ¡de qué manera!
¡CUIDADO!
Este documental puede provocar euforia, envidia, ganas de emborracharse y adiccion a algunos de los grupos que aparecen.
Podeis disfrutarlo gracias a uno de mis blogs favoritos.
SEX AND THE BICI
sábado, 1 de mayo de 2010
Lighting Bolt - Dracula Mountain
La auto-destrucción. El sacrificio físico extremo e innecesario. Freud lo llamaba pulsión de muerte. Lo hacemos cada día al encendernos un cigarrillo aun sabiendo que no es bueno para nuestros pulmones. Cuando nos bebemos 5 copas más de las que debiéramos. Cuando nos entregamos a un concierto de ruido absoluto aun a riesgo de perder los oídos. Excitamos a nuestro organismo a través del sonido.
Puede que cuando seamos mayores engañemos a nuestros hijos diciendo que no sabíamos que el ruido era tan malo igual que me engaña mi madre diciendo que en su época no se sabía que fumar era malo para la salud.
Será la mentira perfecta que nos de derecho a gozar de emociones fuertes. A escuchar sonidos inhumanos mientras nos dejen nuestros pobres tímpanos.
Mi novia dice que no entiende que me pase el día quejándome de los vecinos si luego escucho esta música.
Y lo peor es que tiene razón, pero no sé cómo explicarle que simplemente me gusta... ah sí... la pulsión de muerte! Gracias Freud por dar razón a tanta estupidez.
miércoles, 28 de abril de 2010
Nº 00 - Ben Frost - Theory Of the Machines
Como cada año, en el transcurso interminable de mi lista descubro flecos mal cortados. A veces basta con re-ordenar el flow antes de publicarlo, otras con hacer un simple comentario, a veces me doy cuenta de cosas pero me quedo calladito y no se entera nadie.
Casi siempre acabo haciendo mención de honor a algún disco que entra a destiempo en lo mejor del año. ¡Y este es el nº 00!
No estoy diciendo que Ben Frost haya grabado el mejor disco del año. De hecho la mayoría de vosotros no podréis soportar ni 5 minutos de esta música del infierno, pero yo me siento soberana y profundamente cautivado por el paso adelante que ha dado este... llamémosle Indiana Jones del sonido (por no encontrar algo más cutre).
Mayormente, la sensación inicial es de que a este tío se le ha ido la olla completamente, pero hay algo de hermoso en este ruido que va más allá de los chalados que hacen música experimental para 30 personas en el desván de sus casas (conste que esta vez no me estoy metiendo con los Fuck Buttons).
Ben Frost podría ser el primero que ha sabido llevar el ruido insufrible a su lado más pop ¡y lo digo en serio! Escuchar By The Throat es una experiencia disfrutable a un nivel masivo. Vale que si te lo pones por la noche igual te cagas de miedo, pero los que nos flipábamos con las barrabasadas de Mogwai, Nine Inch Nails y My Bloody Valentine tenemos el siguiente capítulo de placer sonoro en nuestras manos.
Una auténtica obra orgánica y trascendental que va más allá de los límites de la música para entrar en caminos antes sólo transitados por la pintura y la escultura.
¿Exagero? Puede que simplemente me esté quedando sordo y ya no sé ni lo que oigo, pero el que sea capaz de escuchar By The Throat con unos cascos y decirme que no es una experiencia única es que... bueno supongo que si no sientes nada escuchando a Frost o eres una persona insensible o una de esas que ya está de vuelta de todo.