Desde hace 39 años el gobierno de Irán controla la información de manera implacable y ejerce una represión sin igual. En este paisaje mediático, ampliamente controlado por el régimen islámico, periodistas, periodistas-ciudadanos y medios de comunicación independientes padecen de manera cotidiana intimidaciones, detenciones arbitrarias, severas condenas tras juicios injustos efectuados por tribunales revolucionarios. Pese a su resistencia, esta prensa pierde sus medios para ejercer su misión de informar de forma libre e independiente. Los periodistas-ciudadanos, muy activos en las redes sociales, son uno de los motores de la lucha por una información libre y un cambio político en Irán. El régimen no sólo busca reprimir la libertad de prensa dentro de las fronteras del país: los medios de comunicación internacionales también son víctimas de ella, aunque el gobierno siga intentando guardar las apariencias.