Portear a nuestro bebé desde que nace y continuar haciéndolo hasta que porteador y niño decidan, es una de las experiencias más bonitas de la maternidad. Además, el porteo tiene innumerables ventajas para el bebé, ya que le ayuda a calmarse al estar en contacto directo piel con piel, alivia los síntomas de reflujo y cólicos, o incluso previene la plagiocefalia y la displasia de cadera.
Pero para que el porteo sólo tenga beneficios positivos en el niño (y también en el porteador) es necesario que este sea respetuoso y ergonómico, algo que por desgracia no se consigue con todos los portabebés o mochilas que podemos encontrar en el mercado.