Cuando en la iglesia disfrutan de la muerte (Hejnice - Octubre 2009)
Llegué a Hejnice unos minutos antes de que la procesión empiece. Vi un carro tirado por dos caballos, conducidos por cuatro adolescentes contentos y cargado con dos muertos. Un corzo y una gama. Me metí en la primera calle en donde pude aparcar, salté del auto y corrí a sacar fotos. Desafortunadamente, aparqué en un espacio prohibido; desafortunadamente frente a la estación de policía y desafortunadamente por 500 CZK. En ese momento me importó muy poco.