Proclamamos desde nuestra insana locura, rebelde y contagiosa, que no nos preocupan los códigos penales y sus reformas porque no creemos ni en vuestras leyes, ni en vuestras enfermedades.
Desde que nacimos hemos vivido turbadas y sometidas al imperio de la ley, al de la familia, al de la religión, al de la medicina, al de la escuela, a la del trabajo, al del marido, al del padre, al del estado…, desobedeciendo a todas, y por ello nos habéis etiquetado con vuestro despreciable surtido de enfermedades incurables y crónicas.
Nos condenasteis de por vida incluso antes de nacer, y vamos a seguir defecando sobre vuestras verdades científicas, políticas, económicas, sociales y religiosas, porque la obediencia y la sumisión son las únicas enfermedades verdaderas.
Venimos de una larga travesía atormentada en la que se nos arrancó de nuestro entorno natural para incorporarnos al sistema de un mundo, al que no nos queremos adaptar. Seremos siempre incómodas, inestables, críticas, molestas, inadaptadas, emotivas, apasionadas, inquietas, resistentes, distraídas, amantes, hiperactivas, desbordadas… y guerreras, porque no vamos a renunciar a brotar con nuestra locura frente a los chantajes y conflictos emocionales con los que nos queréis domesticar y a la permanente confrontación entre iguales.
Estamos enfermas de una bilis oscura de rabia que se agita como tormenta contra todos aquellos que se sienten seguros y a salvo en este mundo tan incierto que, día a día, nos va destruyendo. Contamináis con azufre y uranio el aire que respiramos. Las aguas de los ríos son cada vez más tóxicas por vuestros vertidos de escorias de metales pesados. Vuestras emisiones de dióxidos, metanos y gases contaminantes fluorados, están asfixiando y quemando la naturaleza y poniendo en riesgo la supervivencia de todos los animales, humanos o no humanos, y los seres vegetales. Habéis recubierto el planeta de una gruesa piel de tóxico engrudo negro y cercado el territorio con raíles, autovías, vallas metálicas, muros de hormigón, torres de alta tensión y espinosas alambradas…, separándonos de nuestros hermanas y vecinos y llenando la atmósfera de radiaciones electromagnéticas. Mantenéis las montañas gravemente enfermas de heridas abiertas por canteras, explotaciones minerales y deforestaciones. Encerráis a muerte en granjas industriales a los animales no humanos, y a los humanos nos recluís en centros industriales de explotación penitenciaria. Bombardeáis poblaciones civiles en nombre de las libertades, la justicia y la democracia, saqueando países enteros por cuestionar vuestro modelo hegemónico de vida capitalista, blanca, patriarcal, occidental y cristiana, llevando a miles de personas al ciego callejón de su miseria, su destrucción y su muerte. (más…)