Desde la acera de enfrente

Del no al Dakar, al no a Evo

miércoles, 10 de enero de 2018 · 00:07

Nunca estuve de acuerdo con el Dakar, el rally no presentó jamás ficha ambiental, no es un deporte, sino que es el escenario de la industria automotriz en decadencia.


No estoy de acuerdo por el inobjetable argumento de que Bolivia tiene sin duda otras prioridades sociales que atender. 


No estuve de acuerdo, porque el Dakar no es cultura, sino machismo y colonialismo. Porque el Dakar ni siquiera es turismo ni promoción del país y la idea de que se beneficiarán 265 comunidades es ridícula, porque el paso del Dakar deja polvo y nada más. 


 Sólo la Ministra de Culturas, que poco conocimiento de cultura tiene, no dimensiona el ridículo que ella misma hace cuando presenta al Dakar en los medios de comunicación como “los ojos del mundo puestos en Bolivia”. En el mundo, el Rally Dakar es una empresa francesa que desgastó su relación con los países africanos donde se desarrolló y después de ser expulsada de allí buscó en el cono sur otro asidero donde hacer abuso de espacios y medioambiente. Abusos que no estarían permitidos de cometer en Europa, por ejemplo. 


 El Rally Dakar no es un regalo, compramos su paso por Bolivia para que nos atraviesen y al hacerlo cumplimos un destino colonial. Para la empresa que lo organiza, el Rally Dakar es un negocio millonario en el que ellos se llevan todos los beneficios. 


 El presidente Evo Morales ha convertido, sobre la base de propaganda e ignorancia, el paso del Dakar por Bolivia en algo que no es. Es el único Presidente que mientras no “se rebaja” a recibir a los médicos que manejan la salud del país, sí se rebaja a recibir personalmente, con fiesta y despliegue de farra estatal, a los pilotos del Dakar. Pilotos que son los “niños” ricos dedicados al automovilismo, el “deporte” más caro del mundo. 


 Los pilotos del Dakar merecen más atención que los médicos y médicas, enfermeras y todo el personal de salud del país entero. Eso es inaceptable y por eso mismo paso de decir no al Dakar a decir no  Evo Morales.


Me pregunto, ¿por qué tuvo que ser el Ministro de Gobierno quien tardíamente “resuelva” precariamente el conflicto médico y no el Presidente ni la Ministra del ramo, que parece ser que por vergüenza ha desaparecido de todo escenario? Porque tenemos un Presidente lleno de complejos, lleno de resentimientos, un Presidente inmaduro e irresponsable. 


 ¿Por qué para pedir la derogación del Artículo 205 se reúne con el Conalcam y no con el Colegio Médico?


Porque no quiso reconocer su legitimidad, porque no son masistas, porque no soporta el desacuerdo, porque no mide ni valora a la Bolivia que está por fuera de su pequeño círculo sindical, porque no quiso demostrar debilidad, porque no tiene capacidad de diálogo. 


 No sabemos, lo cierto es que el Presidente durante el conflicto médico se dedicó a insultar y a agravar el conflicto. Demostró su inmadurez política y su incapacidad para hacer un análisis de la realidad y, más aún, su incapacidad de ofrecer al país una solución profunda.


La salud no puede estar después del Dakar y por eso ya no digo no al Dakar, sino que digo no a Evo Morales. 


 La salud no puede estar después del fútbol y no se puede ir a jugar el Presidente cuando le piden diálogo. 


La salud no puede estar en manos del Ministro de Gobierno, porque la Ministra de Salud ha tenido que desaparecer del escenario por descalificación social.


 La resistencia al Código Penal no puede ser leída desde la simpleza de que la derecha miente y la gente estúpidamente cree. Gabriela Montaño sabe que en ese Código hay muchísimos errores y que la resistencia, y la desinformación sobre los contenidos del Nuevo Código Penal son responsabilidad de la Asamblea Legislativa, que no ha hecho de este Código un escenario participativo donde podamos aportar lo mejor de todo lo que conocemos, y lo digo en primera persona en todo lo que a violencia contra las mujeres se refiere. 


 Ningún compromiso ha asumido el Presidente con el sector salud; por lo tanto, ningún compromiso ha asumido tampoco con la salud del país.


 En el stadium mañana habrá caporales y música “para todos los gustos”, como dice la Ministra de Culturas, pero se dé cuenta o no, el Presidente bailará sobre piso resbaloso no porque hay una conspiración. Lo que hay es un rechazo que crece porque él mismo con su soberbia lo alimenta. 

María Galindo es miembro  de Mujeres Creando.

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