Desde la acera de enfrente

La misma porquería

miércoles, 09 de agosto de 2017 · 00:00
El Vicepresidente le ha dedicado su mensaje del 6 de agosto a la cuestión ecológica para justificar la futura construcción de una carretera que atraviese el TIPNIS, la exploración de hidrocarburos en la zona y la introducción, como dice el proyecto de ley de explotación de recursos naturales a manos de privados en el parque nacional. 

Destruir la Amazonia boliviana no nos enriquecerá como país, ni menos aún a los pueblos habitantes de esa zona; nos empobrecerá y no habrá dinero que alcance para la recuperación ambiental de los ríos y los bosques.  Como está pasando con el Lago Titicaca hoy contaminado y cuya recuperación cuesta millones de dólares, y cuya tecnología tenemos que comprar de otros países, porque no hemos conservado y cuidado el lago. Si llegamos a recuperar el lago tendremos algo que ya teníamos pero que hemos destruido. 

 Los conceptos de pobreza y riqueza que maneja el Vicepresidente y los conceptos de desarrollo que maneja el Gobierno  los delatan como un gobierno caduco ideológicamente e incapaz de proponer al país esperanzas. Incapaz de entender el lugar de Bolivia en el mundo y el momento histórico que atravesamos. Parecen un remedo de Barrientos o de Banzer cuando hablan. 

 No es riqueza la reserva en moneda del Banco Central, porque en definitiva eso es papel y nada más; riqueza es lo que representa la Amazonia y no hay dinero capaz de reemplazarla, comprarla o sustituirla. No hay argumento que justifique su destrucción.

Se trata de una destrucción genocida que responde al capricho machista y violento de terminar de doblegar a pueblos que se sublevaron contra Evo Morales en la octava y novena marcha en defensa del TIPNIS. Es un proyecto de colonización colla-aymara-quechua y cocalera sobre los pueblos indígenas amazónicos. 

 Acá ya no está en cuestión lo que haga o deje de hacer el Gobierno, no está ni siquiera en cuestión la resistencia que se pueda montar en defensa del TIPNIS. Lo que está en cuestión es el proyecto mismo del MAS. 

Una comisión parlamentaria integrada mayoritariamante por indígenas aprobó por unanimidad un proyecto genocida, como es el de la suspensión de la intangibilidad del TIPNIS.

 Quienes recibieron el mandato de reconocer otros saberes y otras formas de riqueza, fundados en una visión capitalista, hoy, de manera perversa, destruyen a su paso inclusive la representación indígena, que se convierte en una cáscara inservible, y en nombre del desarrollo pretenden destruir un parque nacional invalorable.

 La defensa del  TIPNIS es una causa que nos convocará a todos y todas, y en la que confluiremos feministas, ecologistas, indigenistas y anticapitalistas de todo el país y de todo el mundo.

 La lógica de defensa de la naturaleza es una lógica planetaria y no exclusivamente nacional, y no importa cuántas arengas antiimperialistas lancen Evo y Álvaro,  lo que prometen al TIPNIS a cambio de la destrucción de su casa tampoco puede llamarse desarrollo, es un precario fantasma miserable de algo de infraestructura que no cambia la vida de la gente.

 Se apoyan en unos cuantos sellos de las subcentrales, sellos sacados a plan de clientelismo, humillación y confusión para decir que son las propias comunidades las que han pedido carretera.
 
Se dedicaron a desmontar, perseguir  y cooptar las representaciones indígenas de todo el oriente, al punto que Melba Hurtado está presa en la cárcel de Obrajes por haber recibido millones de bolivianos en su cuenta personal a cambio de haber servido para esa destrucción.

 Se vanagloriaba el Presidente en su mensaje diciendo de que ya no hay media luna; la media luna indicaba que había al menos dos proyectos de país: uno de la oligarquía camba, basada en el agronegocio, y otro el de Evo, de izquierda y fundado en la representación indígena. Hoy no hay media luna, porque la media luna está dentro del MAS y el MAS es la derecha, el MAS es el que representa de forma directa a los soyeros, a los importadores de glifosato, a la Monsanto que está en el país y que quiere introducir inclusive maíz transgénico.

 Somos la cancha donde juega la industria automotriz al Dakar. No somos colonia yanqui; somos, en cambio, colonia china, donde las empresas chinas se llevan los más grandes contratos.

Evo decía que todo cambiaría, mentira, mentira la misma porquería.

María Galindo es miembro de Mujeres Creando.
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