Aquí la historia no solo se vive, sino que también se escribe, aun en la actualidad. En estas trece ciudades se han concentrado el poder, la producción, el comercio y las artes, tanto en el ámbito mundano como en el espiritual desde épocas muy tempranas. Desde la ciudad hanseática de Rostock –la puerta hacia el Báltico–, pasando por los palacios y jardines prusianos de Potsdam hasta la ciudad residencial barroca de Wurzburgo: la riqueza histórica de estas ciudades universitarias se pone de manifiesto en la imagen de cada ciudad y se ha conservado hasta nuestros días.