Por El Companero Anarquista Santiago Maldonado (Argentina)
POR EL COMPAÑERO ANARQUISTA SANTIAGO MALDONADO
¡HAGAMOS DESAPARECER A LA POLICÍA Y AL ESTADO!
Este 01 septiembre se cumplió ya un mes desde la detención y desaparición del compañero anarquista Maldonado, a manos de la policía de la Gendarmería Nacional de Argentina en el contexto de la represión de una manifestación que incluyó cortes de ruta realizada por la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia de Cushamen,en la provincia argentina del Chubut.
Mientras la agitación anárquica se extiende más allá de las fronteras, compañerxs en Argentina se vuelcan a las calles a propagar actos de revuelta a través de la propaganda y la acción directa. Con ataques incendiarios a la policía, barricadas y cócteles molotov contra edificios estatales, nuestrxs hermanxs desatan la rabia ante una situación tan triste como real: los bastardos han detenido y hecho desaparecer a un compañero anarquista.[1]
Porque Santiago es un anárquico, y no solo un joven músico y artesano como lo muestra convenientemente la prensa y los izquierdistas que denuncian la represión estatal, dejamos claro que la negación y el silencio sobre la identidad política del compañero es otra forma de hacerlo desaparecer, borrando del relato de los hechos las verdaderas motivaciones de su presencia solidaria en la comunidad mapuche en resistencia donde se encontraba al momento de su detención.
Nada tenemos que aconsejar a nuestrxs hermanos en Argentina, creemos en ellxs, en su convicción y autonomía para continuar transformando el dolor en rabia, propagando el caos contra el mundo de la autoridad, y profundizando y ampliando afinidades en experiencias concretas de enfrentamiento y agitación.
Al mismo tiempo, el accionar y las coordinaciones informales internacionalistas activadas desde que se conoció la noticia sobre la detención y desaparición de Santiago, dejan un claro mensaje: no están solxs.
Exterminio, encubrimiento y guerra psicológica: La Contrainsurgencia del siglo XXI contra lxs enemigxs internxs del orden establecido.
La detención y desaparición de Santiago Maldonado no es, como algunxs podrían pensar, un hecho aislado. Es, por el contrario, expresión viva y actual de la histórica represión estatal, capitalista y civilizada. Es un nuevo episodio del enfrentamiento histórico contra las fuerzas del orden y la ley.
No es una sorpesa entonces que individuxs mapuche y anarquistas sean sindicadxs como el nuevo enemigo interno en el contexto del dominio estatal democrático. Es sabido que la lucha radical en defensa de la Tierra, de la autonomía y la libertad se ha transformado con los años en un peligro real para los intereses del poder. Como ya otrxs lo han planteado, se trata de una nueva subversión autónoma, expresada en acciones de resistencia y ofensiva que, combinadas con la propagación y puesta en práctica de modos vida y de relación contrarias a las impuestas por el Estado, el capitalismo y la civilización, construyen una realidad antagónica que preocupa al poder y le mantiene ocupado en su erradicación, aislamiento y exterminio.
En relación a lo anterior, la configuración presente del conflicto incluye la reactualización de las tácticas que muchxs -ingenua o convenientemente- siguen considerando exclusivas de los regímenes dictatoriales.
La detención y posterior desaparición de Santiago Maldonado a manos de la policía en Argentina el 01 de agosto pasado, así como la muerte en Chile de Macarena Valdés [2] – activa opositora a una central hidroeléctrica, quien fue hallada muerta en su casa el 22 de agosto de 2016 en un aparente suicidio, días después que sicarios vinculados a la empresa RP Global dejaran mensajes amenazadores para su familia-, son solo dos ejemplos recientes de la continuidad de las tácticas de contrainsurgencia en pleno siglo XXI.
En ambos casos, el encubrimiento estatal y mediático aparecen bajo la forma de un falso suicidio en el caso de Macarena, y de la protección a los agentes policiales por parte de Estado en el caso de Santiago, buscando instalar la idea de que el compañero nunca estuvo en lugar, o que continua disfrutando de una vida “hippie” en otro sitio, o incluso que se desplazó clandestinamente a Chile para continuar un accionar guerrillero [3]. Con argumentos y mentiras iguales o similareslas dictaduras latinoamericanas respondían ante las denuncias por los casos de detenidxs desaparecidxs.
Lo anterior se suma la situación de Facundo Jones Huala, lonko de la comunidad de Cushamen y referente de la Resistencia Ancestral Mapuche, preso por segunda vez en Argentina desde junio de 2017 y a la vez requerido por la justicia de Chile acusado de atentar contra un fundo privado, esto a modo de venganza estatal por su participación en los procesos de recuperación territorial mapuche. Si bien el lonko fue liberado a comienzos de septiembre, la colaboración entre los Estados para la represión y el traspaso de enemigxs internxs continúa batiendo sus alas con la misma motivación contrainsiurgente que vio nacer la Operación Cóndor a comienzos de la década del 70.[4]
Son estas las tácticas desplegadas por la democracia capitalista del siglo XXI, la que deja en evidencia su esencia opresiva y totalitaria buscando el sometimiento del conjunto de la población y la perpetuación del orden social a través de la militarización de los territorios en resistencia, la vigilancia, los seguimientos y escuchas telefónicas, el uso de agentes encubiertos, infiltradxs y colaboradores, y el encarcelamiento, torturas y desaparición de mapuches y anarquistas a manos de agentes estatales.
El cuadro se completa con la complicidad de los medios de comunicación de masas que contribuyen a propagar información falsa, confusa y tendenciosa con el objetivo de moldear una “opinión pública” favorable para la validación y continuidad de una estrategia ya conocida por la historia: el exterminio de los proyectos de lucha encarnadxs por revolucionarixs, subversivxs, conspiradorxs y comunidades en conflicto.
Septiembre de rabia y de memoria
A la estrategia ya mencionada nos enfrentamos hoy como protagonistas de la continuidad del conflicto contra el poder y su sociedad. Mientras otrxs asumen eternas posiciones de espera y de victimización, perpetuando su condición de espectadorxs de las luchas impulsadas por otrxs, lxs insurrectxs que no reconocemos banderas ni fronteras nos abocamos, cada unx en su territorio y con sus afines, a la continuidad, profundización y (re)activación de la amenaza anárquica contra el poder.
El caso del compañero Santiago Maldonado no se trata de un “exceso de represión” ni de “abuso del poder”. Es el poder y su represión desplegando sus sinceras intensiones de eliminarnos. Y mientras otrxs buscan refugio en la justicia del mismo Estado o en la institucionalidad internacional, nosotrxs nos sentimos llamadxs a tensionarnos sobre las estrategias que podemos desarrollar para enfrentar las dinámicas represivas actuales y las que puedan venir con la agudización del carácter totalitario de los regímenes democráticos.
Este es un desafío que asumimos al calor del enfrentamiento y no desde la comodidad de ciudadadanos o reformistas como observadorxs pasivxs, pues es contra lxs enemigxs declaradxs del orden social contra quienes apunta primero el enemigo, y no es difícil visualizar hacia dónde se dirige la brújula represiva con la hipervigilancia, la normalización de la presencia militar en las calles, la expansión de la ideologías ciudadanistas, los ejercicios conjuntos entre grupos militares de asalto para contextos urbanos y el fomento de las operaciones de inteligencia bajo el discurso de proteger a la sociedad aniquilando a “los enemigos de la democracia que tanto costó construir”.
El mes de septiembre nos deja en Chile otros ejemplos concretos de lo ya mencionado. El asesinato de la compañera antiautoritaria Claudia López a manos de las balas policiales el 11 de septiembre de 1998 -encapuchada en una barricada en las manifestaciones de repudio al inicio de la dictadura iniciada en septiembre de 1973- es otro reflejo de la respuesta represiva ante la emergencia de la subversión autónoma y antiautoritaria en el Chile post-dictadura[5]. En septiembre de 2005 es detenido por policías de la ciudad de Puerto Montt el joven de origen mapuche José Huenante; Y en septiembre de 2015 es arrestado y llevado al desierto en un carro policial, en la localidad de Alto Hospicio, el joven José Vergara [6]. Luego de ser detenidos, no han sido vueltos a ver con vida ni han aparecido sus cuerpos. Ambos son actualmente detenidos desaparecidos en democracia.
A un mes de la desaparición del compañero Santiago Maldonado
A 17 años del asesinato de la compañea Claudia López
A 118 años de la muerte en acción del compañero anarco nihilista Bruno Filippi al atacar un centro de reunión de burgueses en Italia con un artefacto explosivo en septiembre de 1919.
¡Que nada pare nuestra ofensiva contra la autoridad y quienes validan los roles impuestos. Que no se detenga el conflicto con quienes defienden el poder!
¡CONTINUEMOS PROPAGANDO LA CONFRONTACIÓN ANÁRQUICA CONTRA TODA AUTORIDAD!
Sin Banderas Ni Fronteras, núcleo de agitación antiautoritaria.
Chile. Septiembre de 2017
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[1]
https://es-contrainfo.espiv.net/?s=ARGENTINA+SANTIAGO&submit.x=0&submit.y=0
[2] http://www.mapuexpress.org/?p=13455
[3] http://www.nuestrasvoces.com.ar/entendiendo-las-noticias/estan-defendiendo-guerrillero/
[4] Plan Cóndor: acuerdo de cooperación entre los servicios de inteligencias de América del Sur durante la década del ’70 para eliminar las actividades subversivas en la región.
[5] https://publicacionrefractario.wordpress.com/2015/09/07/memoria-anticarcelaria-para-claudia-lopez-11-de-septiembre-desde-la-carcel-hasta-la-calle/
[6] http://lamatriznoticias.com.ar/jose-huenante-y-jose-vergara-los-detenidos-desaparecidos-en-democracia-de-chile/
Tags: Argentina, Chile, Claudia López, Fuck the Police, Operation Condor, Police Bastards, Police Brutality, Repression, Santiago Maldonado
This entry was posted on Friday, September 22nd, 2017 at 9:38 pm and is filed under Social Control.