Una odisea para los rayistas sin premio final. Así podríamos resumir la semana del Rayismo. Marcada por las trabas y obstáculos que pusieron Rayo Vallecano y Alcorcón para que el aficionado pudiese acometer la osadía de acudir a ver a su equipo a la periferia de Madrid. Los límites de tolerancia del aficionado están rebosantes, en especial en el Rayismo, que siempre despierta el celo de los clubes, autoridades y el tinglado de Tebas. Esta semana vivimos el penúltimo capítulo. El Alcorcón puso todos los impedimentos para que la grada de Santo Domingo no se llenase de rayistas. Para ello limitó el cupo a trescientas entradas (que no fueron quinientas por la negativa de Martín Presa a adherirse a un convenio entre todos los clubes de Segunda División) y se sacó de la manga una promoción, que ni mucho menos llenó la grada. Aunque cumplió su propósito, evitar que los rayistas apoyasen a su equipo.

La treta del Alcorcón, se completó con el penúltimo sainete de nuestro Club, que a destiempo e improvisando a lo largo de la semana volvió a sorprendernos con una nueva chapuza ante la gran demanda de entradas, que duplicó el número de entradas ofrecidas. En las oficinas de Payaso Fofó, no tuvieron otra ocurrencia que obligar a los rayistas a acudir personalmente a las oficinas a retirar sus entradas, todo ello mediante un sorteo sin base legal alguna y realizado ante un notario que unió todos elementos propios de una comedia de caspa y espada. Presa nunca nos dejará de sorprender. Los afortunados que salimos del ‘sorteo ante notario’ con una entrada, y tuvimos que perder dos tardes para ir a las taquillas, afrontamos el sábado el partido con las ganas de ver al equipo salir con aire de la zona baja…Tendremos que esperar.

Pero aún quedaba pasar la última prueba de la gymkana rayista: los tornos. ¿Pasarán bufandas?, ¿pancartas?, ¿bombo?, ¿qué actitud nos encontraremos? La triste historia de siempre, y a la que no debemos acostumbrarnos los aficionados. Porque ir a ver a tu equipo fuera de tu ciudad, se ha convertido en un carrusel de atropellos. Este sábado, el resultado de la prueba de los tornos fue: la pancarta oficial de viajes, dentro; decenas de estandartes;, dentro; pancartas mensajes, fuera; elementos de animación, dentro. Por primera vez en mucho tiempo, la lógica imperaba y nuestra pancarta oficial de viajes, pasaba un torno.

Los aficionados rayistas llenamos la parte asignada, y algo comprimidos, nos situamos en el fondo de Santo Domingo. El resto de los rayistas, los pocos que pudieron conseguirlas, estuvieron disgregados por el resto de unas gradas, muy lejos de llenarse.

Y hasta ahí, lo mejor del desplazamiento. Porque el partido fue de los de olvidar. Siempre se nos ha dado mal Santo Domingo, y así seguirá. Eso en el césped, en la grada, fue diferente. Gran animación, con bufandeos, gran seguimiento de los nuevos cánticos y recuerdos a Presa. Y seguimos animando a pesar del 0-2, y la presencia del jugador que nunca más debería vestir la franjirroja; Miku.

Al final del partido, los jugadores se acercaron a reconocer el aliento de la grada, y tras estar retenidos tras el partido, partimos para Vallekas.