Hace aproximadamente un año terminaba el Obscene Extreme America, este disco incluye a muchas de las bandas que participaron aquellos días. Doom, Macabre, Ratos de Porao, Phobia, D.E.R., Bio Crisis, Disgorge, Magrudergrind, Malignancy, Landmine Marathon, entre otras. Un festival diferente, que no recibió el apoyo que se hubiera esperado, ¿Culpa del público?, ¿Culpa de los organizadores?, no lo sé, en México difícilmente se había celebrado un festival cuyo precio fuera “tan elevado”, no sé cuántas veces los crusties habían pagado mil pesos mexicanos por un tokín, no sé cuántas veces los crusties tenían que registrarse para que les mandaran un recibo que después tendrían que pagar en un banco a cambio de la entrada; el beneficio mostraba que no todo era “diferente”, pagar mil pesos por ver a cincuenta bandas quizás era barato, regalado si así lo queremos ver, comparado con los precios por ver a una o dos bandas provenientes de otro país. Muy probablemente esa medida era utilizada (no lo sé) en Europa, de donde proviene el concepto del festival, pero en un país como éste, en el que si bien han llegado estas medidas, la escena aún las desconoce, por ende, muchos asistieron con la esperanza de “talonear” para poder entrar; muchos querían entrar pero no existía la posibilidad de pagar la entrada, en verdad era difícil para muchos, de la misma forma algunos no asistieron, creo que aún me pregunto, ¿Cuántos quedaron con las ganas de asistir?. Jamás lo sabré. Las muestras de querer conservar un poco de dinero se vieron reflejadas cuando la compra de cervezas se hacía fuera del lugar del evento, ¿qué prefiere un sector poblacional que no está acostumbrado a antes comprar un cupón para pagar cualquier cosa que consumiría dentro? Fuera del lugar en el que se desarrollaba el tokín, había vendedores, gente que trabaja cotidianamente en ese lugar, y que ofrecía cervezas un poco más baratas, la necesidad de obtener bienes a un precio más “accesible” es común en la vida cotidiana de un habitante de este país; quizás los hechos "lamentables" se dieron cuando “falsificaron” las pulseras que identificaban a los asistentes con boleto pagado, pero obviamente la necesidad de asistir, creada a partir de la difusión de un evento de tal magnitud, creó en los individuos que no contaban con los recursos suficientes para solventar los gastos de la entrada, otra necesidad; la de encontrar el medio a partir del cual pudieran satisfacer la primera necesidad. Muy probablemente “el error” fue no haber tenido en cuenta los aspectos que diferencian a los países, la situación económica y sobre todo los elementos culturales. En cuanto a la organización, se decía que iniciaría el día jueves; el jueves aún terminaban arreglos, aunque bueno, las bandas estaban programadas para iniciar hasta el día viernes, cosa que salió como se planeó, con la integra participación de las bandas anunciadas, con excepción de Antimaster, que desafortunadamente anunció su disolución días antes del inicio del OEFA, no fue culpa de la organización. En fin, no defiendo a ninguna de las dos partes involucradas, cada uno vivió el estar ahí a su manera, lo disfrutó o no, y tendrá siempre una opinión de lo que fue el OEFA, después del evento hubo muchas burlas y críticas a los crusties que asistieron culpándoles de la posibilidad de no contar con un evento similar en el futuro. No queda nada más que esperar a que en algún momento de la absurda existencia, regrese a México, que llegue otro festival de las mismas características o que se cree uno en este país. Por lo pronto, sigamos apoyando la escena local y a las bandas de otras latitudes que hacen un esfuerzo por crear una gira, así como lo hicieron los organizadores que nos proporcionaron la posibilidad de contar con este evento.