Después de acudir a rescatar a una embarcación llena de migrantes al los que finalmente encontraron, tres bomberos españoles fueron interrogados y detenidos con cargos en aguas griegas. Fueron acusados por la autoridad de ese país de tráfico de personas, "en grado de tentativa", y de posesión de armas (su cutter reglamentario en los uniformes de rescate). La UE tiene que hacer todo lo necesario para que solventar esta situación y que no se produzcan hechos similares.
Sin poner en duda la necesidad de proteger a las personas de la violencia gratuita -tiroteos, ataques suicidas, atropellos deliberados- que ha matado o herido a cientos de personas en países de la UE durante 2015 y 2016, Amnistía subraya que esa tarea no debe ni puede lograrse "pisoteando los mismos derechos que los gobiernos pretender defender".
Son principalmente los niños quienes más sufren las graves consecuencias de la emigración, casi siempre causada por la violencia, la miseria y las condiciones ambientales, factores a los que hay que añadir la globalización en sus aspectos negativos. La carrera desenfrenada hacia un enriquecimiento rápido y fácil lleva consigo también el aumento de plagas monstruosas como el tráfico de niños, la explotación y el abuso de menores y, en general, la privación de los derechos propios de la niñez sancionados por la Convención Internacional sobre los Derechos de la Infancia.
La instrumentalización de los refugiados refleja, por desgracia, el cinismo tanto de Erdogan como de Europa en la gestión de la crisis. Y también afecta a la credibilidad de la aparente generosidad de Turquía hacia los sirios.
Aunque a veces una sola foto da la vuelta al mundo y la gente le presta atención, hay muchas personas en el fuego cruzado del conflicto que nunca verán sus historias en las noticias. Además de Siria, Irak y la crisis del Mediterráneo, estas son otras tres crisis humanitarias que no podemos ignorar (más) en 2017.
El terrorismo llegó a Alemania mucho antes de este último atentado, pero ha sido la vez que ha causado más víctimas en los últimos años. Sin duda ha sido trágico, pero culpar de ello a los refugiados sirios es acabar con el objetivo de averiguar cómo combatir el terrorismo y evitar atentados en el futuro.
Para gran parte de los refugiados atrapados en Grecia desde marzo de este año, el limbo se asemeja mucho al infierno. El limbo está en los campos griegos, un espacio en el que hay demasiados fragmentos de familias, pedazos que deberían pegarse a otros pedazos dispersos por Europa, muy lejos de la imagen de familias unidas que en estas fechas ven a su alrededor, en plena celebración de la Navidad.
Millones de personas tendrán que desplazarse como consecuencia del cambio en el clima y de fenómenos extremos que se espera puedan ser más intensos. Hablamos de países vulnerables y poblaciones que no podrá hacer frente al cambio climático desde sus residencias, al no disponer de recursos de ningún tipo.
A excepción de tres madres con hijos pequeños, todos los refugiados de Seeg tienen trabajo o están recibiendo clases de formación profesional. Es cierto que también ha habido decepciones. Es una experiencia que nos mantiene alerta.
La sexta temporada de Autoentrevistas.com reúne momentos especiales de las seis últimas entrevistas. Los invitados han sido el motero Miquel Silvestre, el actor Álex O'Dogherty, el cómico Miguel Noguera,Miguel Ríos, El Gran Wyoming y Óscar Camps, que con Proactiva Open Arms ha salvado a miles de personas en el Mediterráneo.
Quienes más sufren este fallo colectivo de los gobiernos son las mismas personas que, según el derecho internacional, deberían ser protegidas: las personas refugiadas. Más de la mitad de estas personas, en todo el mundo, son niños y niñas. Y cada vez son más los que no encuentran la seguridad a la que tienen derecho.
Lo primero que hay que decir de Óscar Camps es que es padre de tres hijos (la mayor está de voluntaria en Lesbos), y hace un año dejó su trabajo para dedicarse plenamente a su proyecto más absorbente y vital: Proactiva Open Arms.
Si la población se opone, directa o indirectamente, a la llegada de refugiados, o le es indiferente su situación, no es difícil entender que los gobernantes ni los rescaten ni les den amparo alguno; aún menos si saben que hacerlo les pasará factura en las próximas elecciones. Sin ir más lejos, resulta particularmente difícil no vincular de alguna manera el desplome de Merkel en las últimas elecciones con su gestión de la crisis de los refugiados.
Unos 1200 niños llevan meses viviendo en unas condiciones terribles: han estado expuestos al abuso, a la explotación y a los accidentes de carretera mientras solo podían esperar a que se les echara encima un destino incierto.
Turquía no es actualmente un país seguro para las personas refugiadas y solicitantes de asilo: no ofrece un estatuto de refugiados pleno para los sirios, y no cuenta aún con un sistema de asilo totalmente operativo para nacionales de otros países. Por lo tanto, la UE mantiene una actitud cínica y despiadada.
"El planeta no está en funciones", aseguraba contundente Mario Rodríguez, director de Greenpeace, en un encuentro que analizaba el primer año de la puesta en marcha de la Agenda 2030 y el escaso compromiso de España para alcanzar los 17 Objetivos de desarrollo sostenible (ODS).