Dos de mis hijos son adoptados. Mi hermano y algunos de mis primos también lo son. Desde que era pequeña, la adopción ha sido un proceso normal para tener hijos. Pero como madre adoptiva, no dejan de hacerme preguntas maleducadas, cotillas y, a veces, muy extrañas.
Como padres que somos, sabemos que nuestros hijos nos tienen en un pedestal. Siempre he hecho lo que he podido para enseñarle a mi hija a ser fuerte, a tener seguridad, a defender lo que cree, a confiar en su capacidad y a creer en sí misma. Sin embargo, lo gracioso es que no estoy segura de en cuántas de esas cosas he influido yo.
La depresión posparto existe y es algo serio. Nadie debería avergonzarse por admitir que está luchando con las mismas emociones que yo. A veces necesitamos ayuda para ser una persona mejor para nosotros mismos y para nuestra familia.
Lo diré sin rodeos: llegarán unas navidades en las que tú no estés. Ojalá pase mucho tiempo hasta ese momento, pero también podría ocurrir pronto. Tus hijos siempre tendrán cosas. A ti no te tendrán siempre. Así que, abrázalos. Léeles. Haz el tonto con ellos y demuéstrales que la alegría existe más allá de los regalos.
Como hija independiente y dotada de una trayectoria considerada ejemplar, pensaba que sabía controlar todos los mandos de mi existencia y que podía planificarla a mi antojo. Hasta el día en que la medicina me anunció que mis posibilidades de quedarme embarazada se aproximaban a cero.
Si estás de madrugada saltando por la habitación con un bebé en brazos, mientras en el móvil atruena el sonido de un secador de pelo y cantas canciones de 091 mientras te planteas un viaje fugaz a Toledo de madrugada al grito de ¡Oompa Loompa! ... sólo puedes reír o llorar
En vez de llegar a un país en el que las niñas puedan imaginarse en el Despacho Oval, llegarás en un momento de profunda insatisfacción y caos. Será presidente un hombre cuyo respeto por las mujeres es aún más escaso que su respeto por la verdad.
Nuestros amigos publicaban en las redes sociales dónde estaban y las cosas que hacían mientras nosotros nos quedábamos sentados en casa y enfurruñados por haber sido excluidos. Porque hacían cosas a las que siempre nos invitaban: la única diferencia que había es que ahora estábamos esperando un bebé.
No tengo la intención de decirle a nadie que no merece la pena, porque la verdad es que sí la merece. Solo pretendo prepararos. No es como comprarse un pez o adoptar un perro. Es un ser humano. No hay segundas oportunidades. Aprenderéis muy rápido a ver el mundo con otros ojos. Hacedlo.
La mayoría de nosotros no nos damos cuenta de los sutiles actos discriminatorios. Pero cuando ves que es tu hijo el que los sufre resulta extremadamente doloroso, porque descubres que la gente no sabe que los está cometiendo.
Con siete años de experiencia a mis espaldas, cuando me preguntó: "¿de dónde es?" después de dedicarle a mi hija un cumplido por lo guapa que era, le miré fijamente a los ojos y le contesté: "De mi útero". Jamás me han cobrado tan rápidamente en un supermercado.
Hay días mejores que otros. Los hay que nos sentimos desamparadas y que nos preguntamos en qué punto lo hemos hecho mal. Pensamos en lo que podría haber pasado, en lo que deberíamos haber hecho de otra manera; y otras veces ponemos excusas y tiramos de verdades inamovibles como "es la edad" o "es una fase"...
Que la sociedad dé por hecho que debería haber una lucha territorial entre la madrastra y la exmujer es perjudicial por muchos motivos. Los niños no son posesiones. Son seres impresionables que sienten la necesidad de complacernos, de encajar y de sentirse queridos. La lealtad que tengan hacia uno de sus padres no debería afectar a la lealtad que tengan hacia el otro.
Para mí, es crucial que mi hijo sea consciente de las campañas sobre temas como los derechos reproductivos, la violencia doméstica, la justicia social y los problemas en el entorno laboral como el permiso familiar y médico, el salario igualitario, el acoso sexual y la discriminación.
Halloween lleva mucho tiempo siendo mi festividad favorita. Empiezo a planearlo todo con meses de antelación. A veces tengo ideas para el próximo año antes de quitarme el disfraz del año en el que estamos. Me encanta incluir a toda la familia en la diversión. Excepto al gato. Ese rollo no va con él.
"El camino hacia la realización personal pasa, entre otras cosas, por invertir nuestro escaso y por tanto valiosísimo tiempo en ámbitos donde podamos poner en juego nuestras fortalezas. Dedicarse a algo que nos gusta y que además se nos da bien es algo muy placentero", afirma el pedagogo César Arellano.