Frase apócrifa

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Las frases apócrifas son frases célebres que se citan de forma incorrecta o se atribuyen a fuentes erróneas.

La palabra "apócrifa" proviene del griego Απόκρυφα que significa ocultar lejos, y actualmente se relaciona con la autenticidad dudosa.

Ejemplos[editar]

  • "Ayúdate que yo te ayudaré". Suele atribuirse a que Dios, sin embargo en la Biblia no existe tal expresión; la más aproximada podría estar en Jousé 1:9 que dice "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas".
  • "Al que madruga Dios le ayuda" es una frase que no se encuentra en la Biblia, ni una con estrictamente el mismo sentido, una aproximación a esta frase se encuentra en Proverbios 9:17 que dice: "Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan". También se puede encontrar en el Antiguo Testamento se muestra que el pueblo tenía que madrugar para recoger el maná del cielo.
  • "Errar es humano, pero echarle la culpa a otro, es más humano todavía" es una de una gran cantidad de frases que se le atribuye al grupo Les Luthiers, sin embargo ellos lo han desmentido.
  • "Elemental, mi querido Watson" se le atribuye a Sherlock Holmes sin embargo esta combinación exacta de palabras no existe en los libros originales, sino en películas e historietas de otros autores.
  • “Ladran Sancho, señal que cabalgamos“ .

Es sin duda, la frase apócrifa más conocida de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha - Escrita por Cervantes ”. En dicha obra, cabe resaltar que en ninguno de sus párrafos se encuentra la frase de referencia; de hecho, ni siquiera hay una frase parecida.

La frase es de Goethe en su poema "Kläffer" (Ladrador, 1808), prueba de ello es que en español, la referencia más antigua conocida se encuentra en la edición de agosto de 1903 de la Revista «Nuestro Tiempo»; en el artículo «Los dos catolicismos», de Edmundo González Blanco, dice: «El perro, empleando la comparación de Goethe, quisiera acompañarnos desde el establo; pero el eco de sus ladridos nos prueba que cabalgamos». El poema de Goethe al que se refiere dice (traducción de Arturo):

Kläffer (1808) Ladrador (1808)
Wir reiten in die Kreuz und Quer

Nach Freuden und Geschäften; Doch immer kläfft es hinterher Und bellt aus allen Kräften. So will der Spitz aus unserm Stall Uns immerfort begleiten, Und seines Bellens lauter Schall Beweist nur, daß wir reiten.

Cabalgamos por el mundo

En busca de fortuna y de placeres Mas siempre atrás nos ladran, Ladran con fuerza… Quisieran los perros del potrero Por siempre acompañarnos Pero sus estridentes ladridos Sólo son señal de que cabalgamos

Véase también[editar]

Referencias[editar]