La moda de permanecer congelados como maniquís, que está arrasando, ha entrado hoy en la solemne apertura del Congreso de los Diputados. El reto era ver quién aguantaba más. Si el senador de IU, Iñaki Bernal, soportando con los brazos abiertos y en alto durante el acto la bandera republicana reivindicando la III República, o la hierática imagen de las niñas de los reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía, entrenadas para permanecer sentadas en el borde de la silla sin mover un músculo ni desviar la mirada al frente más de lo necesario.
Lo que asoma tras la enésima crisis entre el PSC y el PSOE no es sólo una disputa orgánica, ni una batalla por el control del censo para unas futuras primarias. Lo que Javier Fernández y Miquel Iceta empezarán a discutir esta semana es un profundo debate ideológico sobre la planta territorial de España, sobre naciones histórico-culturales o político-jurídicas y sobre soberanías compartidas y mal entendidas.
Tan alargada como la del ciprés de Delibes. Así es la sombra de Susana Díaz sobre todo lo que ocurre o se decide en el PSOE de la gestora que presi...
Tan alargada como la del ciprés de Delibes. Así es la sombra de Susana Díaz sobre todo lo que ocurre o se decide en el PSOE de la gestora que presi...
La política toma prestado un vocabulario propio del mundo de la construcción: proyecto (ilusionante), arquitectura (institucional), construir (país), y el último gran éxito del PSOE: "Reconstrucción". En arquitectura para reconstruir antes hay que valorar el estado de lo que queda tras el derrumbe y reconocer los elementos que quedan en buen estado y que puedan servir de base para la reconstrucción.
La decisión del PSOE de dejar gobernar por ahora al PP, el partido más votado, no es ninguna sorpresa. El río ya sonaba. Quien se haya sorprendido es que forma parte de la legión de despistados que todavía creen que Papá Noel baja por las chimeneas en Navidad, cosa imposible porque las distintas variaciones de Santa Claus nunca llevan la barba manchada de hollín.
Si lo que vive el PSOE no fuera una de las peores crisis políticas y orgánicas de cuantas ha padecido en democracia, uno diría que sus dirigentes andan más entretenidos en una partida de póker que en buscar soluciones a los problemas de la desnortada socialdemocracia española. La timba hace tiempo que ha empezado y todos juegan sus cartas aunque unos son más de bluff y otros, de pases en negro.
Nada ha cambiado con el nuevo gobierno: fantaseamos con el talante, el diálogo, el cambio y la enmienda, pero nada. Rajoy sigue siendo Rajoy y su forma de entender la política, con mayoría absoluta o sin ella, es la misma. No hubo guiño, sino una cobra en toda regla a los españoles en general y al PSOE, en particular, que es quien le regaló, junto a Ciudadanos, la investidura.
Nada ha cambiado con el nuevo gobierno: fantaseamos con el talante, el diálogo, el cambio y la enmienda, pero nada. Rajoy sigue siendo Rajoy y su forma de entender la política, con mayoría absoluta o sin ella, es la misma. No hubo guiño, sino una cobra en toda regla a los españoles en general y al PSOE, en particular, que es quien le regaló, junto a Ciudadanos, la investidura.
La tarea fundamental pasa por hacer de Podemos el instrumento más eficaz (el mejor) para el cambio, una verdadera herramienta al servicio de la gente y no de las instituciones. Para eso no debemos proyectar nuestro futuro ni permitir que nuestro destino esté en manos de quienes han entregado el país a los corruptos. No podemos ni debemos parecernos a nadie, ni seducir a quienes han sido cómplices de este golpe de régimen.
Decía Chimo Bayo, en relación a la presentación de su libro No iba a salir y me lie, que "quien no haya desfasado no es de fiar" (público.es). No sé si al desfase se le puede considerar la medida capaz de calibrar la confianza en una persona. Ahí tenemos el desfase de días pasados en la sede del PSOE y lo poco de fiar que eran quienes cortaron el bacalao en esa movida, como diría el propio Bayo.
Lo que hizo Pedro Sánchez fue trazar una línea en el suelo y situarse del lado de los que todavía apuestan por que la política pueda seguir siendo autónoma respecto a la oligarquía económica. Y si es cierto que va a iniciar una campaña activa para presentarse a la reelección a secretario general, muchos militantes del PSOE darán también el paso.
El presidente del Gobierno vuelve a gobernar, pero tendrá que cambiar. Sí o sí. Y eso pasa inevitablemente por modificar determinadas actitudes que, sencillamente, ya no podrá mantener. Si no las cumple abocará a España a una legislatura corta.
En la antesala de la celebración del día de los muertos, el flamante presidente se transmuta en el conde Rájula y se alimenta de la sangre de PSOE y Ciudadanos para pasar de estar en funciones a recuperar los poderes plenipotenciarios, recuperados gracias a los apoyos recibidos de ambos partidos, como han recordado los demás portavoces que han votado "no" a la investidura.
Termina el impasse y se abre un nuevo tiempo político, el más inestable que ha vivido nunca España. Nunca antes hemos tenido un gobierno sostenido solo por sus 137 diputados. Y pese a sus promesas de diálogo y acuerdo, hay razones para dudar de la capacidad de Mariano Rajoy para navegar en minoría.
A muchos nos decepcionaría que quienes voten contra el mandato del Comité Federal no entreguen su acta al día siguiente. Es posible que algunos independientes incrustados en las listas del PSOE no acepten esa decisión como han declarado en algunos medios. Deberían saber que el Comité Federal que ordena abstenerse es el mismo que aprobó la presencia de esos independientes en sus listas; prácticamente nadie estaban de acuerdo, pero aceptaron y votaron lo que se pedía.