Donald Trump es un señor que tiene tal aversión a pagar impuestos que, sencillamente, ha dejado de pagarlos. Ese dato es muy desalentador sobre la futura colaboración de EEUU con Europa para combatir la gigantesca evasión fiscal que constituye una de las vergüenzas más notables del planeta en el que vivimos.
La idea de que liberando de regulación y obstáculos a los más ricos se genera un efecto benefactor para toda la sociedad, ya que la riqueza gotea para todos los sectores, no ha funcionado y de hecho se ha generado un consenso, más allá de lo ideológico, de que la inclusión económica favorece a todos en la sociedad, amplía los mercados, genera más consumo y un circulo virtuoso que brinda estabilidad y previsibilidad a los actores económicos.
A la hora de comprar una propiedad, debemos hacer cálculos y comprobar qué nos sale más rentable, si contratar una hipoteca con un interés más bajo y varios seguros, o un préstamo hipotecario con un diferencial más elevado y menos vinculación.
Diversas iniciativas ciudadanas, plataformas activistas y otros partidos políticos llevan tiempo solicitando un IVA superreducido del 5% para productos de primera necesidad como pañales o tampones. Sin embargo, Sin embargo, todavía hay algunos políticos/as que no acaban de ver claro que comprar pañales no es ningún capricho ni se utilizan para decorar la sala de estar (actualmente, el IVA de los pañales es el 21%, similar al de la venta de obras de arte en una galería).
Lo que está en juego es mantener un sistema público de pensiones solidario y equitativo, o que cada jubilado tenga la pensión que buenamente pueda aportarle su familia (la rica mucho y la pobre casi nada) o haya ganado dinero suficiente en el pasado para ahorrar.
Hoy en día, entrar en competencia significa tener una serie de atributos asociados a los hombres, y, por tanto, las mujeres nos encontramos siempre excluidas. Por ello, propongo un cambio de mentalidad organizativa y económica de la sociedad, menos competitiva y más colaborativa. Si las reglas de la competición las fijáramos las mujeres, podría haber una sinergia mucho mayor entre trabajo y vida.
El acto final de nuestras vidas da inicio a unos de los negocios más antiguos de la historia. El simple hecho de que haya perdurado desde los inicios de la humanidad nos da una idea de la magnitud del asunto. Sin duda, es un negocio global, no importa tu religión, ni tu capacidad económica. Morir supone un gasto el cual todos tenemos que pagar.
A los pocos minutos de conocer el resultado del referéndum británico sobre la continuidad en la Unión Europea, algunos de los alcaldes de las primeras ciudades del continente ya estaban en guardia ante la oportunidad que se les plantea: posicionarse como el nuevo epicentro de las finanzas europeas. ¿Quién podría albergar una nueva City?
Año tras año, por motivos profesionales, me veo en la necesidad de volver a reflexionar acerca de la naturaleza del liderazgo, sobre su alcance, relevancia y futuro. Realmente, pese a la vorágine cotidiana en la que vivimos, un fenómeno como este no modifica sus rasgos en tan poco tiempo e incluso cabe afirmar que hace un siglo el sociólogo Max Weber apuntaló la teoría definitiva del liderazgo.
Ningún país puede enfrentarse a esta compleja conspiración financiera global a solas. Se necesita una acción coordinada y coherente a escala global. Las medidas actuales que intentan que haya una mayor transparencia con respecto a los dueños del dinero depositado en las empresas fantasma pueden ser parte de la solución, pero necesitamos deshacernos de los paraísos fiscales de raíz.