TERESA DE LOS ANDES, UNA SANTA PARA CHILE (MINISERIE 1989)
Esta producción dramática de
TVN Emitida el 6 de agosto al 10 de septiembre del año
1989, narra la vida y muerte de la joven
Juanita Fernández Solar, más conocida como
Santa Teresa de
Los Andes (1900-1920), (encarnada por
Paulina Urrutia), desde su adolescencia en la
Hacienda de
Chacabuco (enero de
1917) hasta sus últimos días en el
Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Los Andes (12 de abril de
1920).
En esta miniserie, se muestra el lado humano de la primera chilena declarada beata por la
Iglesia Católica, que sería canonizada en
1993. Esta serie tuvo su eco al año siguiente en
Universidad Católica de Chile Televisión, la estación vecina, quien produjo una serie sobre la vida de
San Alberto Hurtado (entonces en vías de beatificación), llamada "Crónica de un
Hombre Santo".
Demostró ser una magnífica estudiante en diversos colegios religiosos de su ciudad natal, como el internado del
Sagrado Corazón de Maestranza. A pesar de la oposición de sus padres, cuyos problemas económicos les impedían obtener la dote necesaria, en agosto de
1918 abandonó el colegio con la intención de ingresar en la orden del Carmelo.
Durante su preparación para el Carmelo, el 7 de diciembre de
1915, un día antes de que su confesor le permitiera hacer su primer voto de castidad, Juana escribió en su diario: "Es mañana el día más grande de mi vida. Voy a ser esposa de
Jesús. ¿
Quién soy yo y quién es Él? El todopoderoso, inmenso, la Sabiduría, Bondad y Pureza misma se va a unir a una pobre pecadora. ¡Oh, Jesús, mi amor, mi vida, mi consuelo y alegría, mi todo! ¡
Mañana seré tuya! ¡Oh, Jesús, amor mío! Madre mía, mañana seré doblemente tu hija. Voy a ser Esposa de Jesús. Él va a poner en mi dedo el anillo nupcial. Oh, soy feliz, pues puedo decir con verdad que el único amor de mi corazón ha sido Él".
Santa Teresa de Los Andes
(
Juana Fernández Solar;
Santiago de Chile,
1900 - Los Andes, 1920) Joven religiosa que fue la primera santa chilena de la Iglesia Católica. Desde muy niña había dado muestras de su espiritualidad: quiso comulgar con tan sólo cinco años, prometió a los seis rezar el rosario todos los días y a los catorce amadrinó a un niño que le había pedido limosna en la calle. La lectura de la obra
Historia de un alma, de la carmelita francesa Teresita del
Niño Jesús y, sobre todo, las obras de
Santa Teresa de Jesús, a quien consideró su guía y maestra, influyeron enormemente en el desarrollo de su vocación.
El 7 de mayo de
1919 ingresó en las Carmelitas de Los Andes y pasó a llamarse
Teresa de Jesús, aunque más tarde sería conocida como
Teresa de Los Andes. Seis meses después inició su noviciado al tomar el hábito de Carmelita. Durante su estancia en el convento no dejó de escribir cartas a sus familiares y amistades en las que pregonaba su amor a Cristo, a la Eucaristía y a la Virgen, además de su alegría y su felicidad por ver cumplida su vocación: "así pasamos la vida; orando, trabajando y riéndonos".
A lo largo de su corta vida sufrió varias enfermedades, como la difteria y el tifus. De los 11 a los 15 años sufrió trastornos de salud cada 8 de diciembre, estando varias veces en peligro de muerte.
Nunca expresó, sin embargo, la más mínima queja, ya que consideraba que era
Dios quien le "permitía sufrir". En 1918 Juana le había preguntado a su confesor: "lo que yo deseo saber es dónde cree que me santificaré más pronto; pues como le he manifestado varias veces, mi Señor me ha dado a entender que viviría muy poco". En 1920 cayó gravemente enferma a consecuencia de un tifus, y en artículo de muerte recibió los hábitos como sor Teresa de Jesús. Después de una agonía de 14 días, falleció en el convento el 12 de abril de 1920.
Tras un proceso de beatificación iniciado cuarenta años antes, en
1987 fue proclamada beata por el papa
Juan Pablo II, como "la luz de Cristo y el faro luminoso que debe guiar a los chilenos". En 1993 fue canonizada y declarada primera santa del país con el nombre de Santa Teresa de Los Andes. Sus restos descansan en el santuario de Auco, en Los Andes.