El Dogo Argentino - Sergio Sánchez En el Pajonal
EN EL PAJONAL
Mateando en torno al fogón, estamos con unos amigos esperando a que amanezca,
¿Los Dogos? durmiendo, enrollados debajo de la cruda helada,
las anécdotas pasadas surgen pa' aliviar los nervios,
entreverándola con alguna broma que la risa arranca
de nuestras gargantas anudadas por la ansias.
El sol se hace de rogar, y el pajonal espera.
El silencio de la madrugada deja oír algún bufido lejano
y el frío corre sobre nuestra espalda.
Barro, agua y totorales nos aguardan, alguna dura batalla y luego el trajín.
Las dagas juegan en nuestras manos ansiosas, afiladas para la batalla.
El resplandor de la alborada deja ver el campo abierto,
y más de uno levanta la vista como pa' emprender el viaje,
mostrando el coraje que arrastra
Los perros se desperezan sabiendo que el momento está cerca y nosotros ya listos,
ordenes precisas para ellos, cuchillo, ansia y temor
sin olvidar el optimismo que hace que el temor se convierta en coraje.
Aguja e hilo pa' matambrear a los canes en caso de ser necesario
...
por que no siempre se gana y esas son las anécdotas que nos hacen titubear
y que se cuentan muy pocas veces, pero que existen en nuestras sienes.
Un "
Nunca más dentro al pajonal", se hace escuchar como un susurro,
pero a la semana entrante vuelve a desaparecer y se nos hace difícil no volver.
Allí nos olvidamos del mundo y nuestros deseos que persisten en la montería.
La libertad de ser presa o cazador, y eso es lo que importa.
Sortear barro, agua, o lo que sea que el pajonal saque a flote,
un flor de padrillo que nos haga sentir inútiles ante su salvaje fortaleza,
pegarse al fondo de un canal, verse acorralado,
ver que hasta el gaucho mas pintao, ya no quiera andar.
Pero el cazador sabe cual es el límite, y la voluntad de saberse hombre,
hace que la guapeza acuda, y cargar con su propia osamenta y luego...
la pelea... con el hocicudo al frente cortando el aire con la vista buscando al rival, los perros están de tu lado, pero no por mucho tiempo,
el cansancio también les llega, como a cualquier cristiano.
Hasta el final donde llega la amparada, donde el alma vuelve al cuerpo,
donde los mates saben a batalla ganada, a nueva historia de fogón,
donde el bocado se hace gustoso y ganado.
Ya ven, no es tan difícil, pero no crean que es moco 'e pavo, ansina es nomás
están los que se animan y los que escuchan
y ya los voy saludando pa' que se queden pensando... eso sí
que el alma no les ande penando por no animarse
así que, no lo ande pensando mucho, que es pa' hombres el asunto,
que no es de gauchos el sentarse a esperar
sepa que la vida es corta, y no sea cosa que termine
y nunca dentre al pajonal.