Valor

El valor de una vida

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• published: 14 Oct 2016
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Un joven decidió ir a la joyería y con gran deseo y alegría pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuvieran. El joyero le mostró uno y sonriendo vio que La piedra brillaba como un diminuto sol que casi cegaba con su resplandor. El muchacho durante unos minutos contempló el anillo y con un una sonrisa lo aprobó y pregunto por el precio y cuando se disponía a pagarlo el joyero le preguntó se va usted a casar pronto? No! - respondió el muchacho - Ni siquiera tengo novia. La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador. Es para mi mamá - dijo el muchacho - Cuando yo iba a nacer ella estuvo sola; alguien le consejo que interrumpiera el embarazo antes de que naciera, y así se evitaría muchos problemas. Pero ella se negó y con valentía decidió permitir que naciera y no fue fácil para ella tuvo muchos problemas... muchos!. Fue un padre y madre para mí, fue mi amiga y mi hermana, y fue también mi maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo en agradecimiento por todo su amor. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como recompensa de lo que ella hizo por mí, ahora es mi turno y haré todo por ella. Quizás yo después entregue otro anillo de compromiso. Pero será el segundo... El joyero sonriendo no dijo nada, solamente ordenó a su cajera que diera al muchacho el descuento que solo se otorgaba a los mejores clientes Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas. Tenemos más compromisos, pero menos tiempo. Tenemos más medicinas, pero menos salud. Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero hemos reducido nuestros verdaderos valores. Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado. Hemos llegado a la luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino. Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior. Tenemos mayores ingresos, pero menos moral. Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría. Con más comida, pero menos nutrición. Son días en los que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios. Son tiempos de casas más lindas, pero más hogares rotos. Y POR ESO... Siéntate y medita en tu terraza y admira la vista sin observar solo las malas hierbas; pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos; en el campo; en la playa; come tu comida preferida; visita los sitios que más ames. La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es solo para sobrevivir. Escribamos aquella carta que pensábamos escribir "Uno de estos días". Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuanto los queremos. Por eso no retardes nada que agregue risa y alegría en tu vida. Confía Plenamente en Dios. Ama a tu projimo como a ti mismo. Cada DIA, cada HORA y cada MINUTO...