Aquelarre franquista en la Real Capilla de Palacio en Madrid
Una vez más tenemos que ser acerbos en la crítica y dispendiosos en el acero juicioso de los royals hispánicos. Lo que hubiera podido ser un exultante acto ceremoniosamente espectacular en la
Real Capilla de
Palacio, se convierte en un pastiche vulgar y repelente, donde los más variopintos corruptos y parásitos del régimen monárquico español se dan golpes de pecho frente al altar. Un acto endogámico y opaco, sin la menor elegancia lleno de vestidos para oficina o acaso para un cóctel abierto en el cenador de cualquier jardín lleno de insectos picadores, donde las mantillas españolas se han arrumbado en cualquiera museo de antropología, cuando no arrojado a los arcones de viejo y donde la falda pantalón, esa gran heresiarca de la pureza femenina, cubre el tapiz de los taburetes y butacas de asiento del Real
Patrimonio y
Hacienda.
Nada de vitualla joyelesca, nada de condecorados ni grandes bandas, nada de enguantados en blanco para gala, nada de negros y azules, nada de charol refulgente ni de tacones, nada de chaqués ni raya diplomática. Un pegote sin mito, una simple misa cuartelera, cerrada a una camarilla elitista, incompatible con lo que debiera ser una monarquía inclusiva, auténticamente del pueblo, no este corral de comedias que es la actual royal family hispaniola. ¿Dónde está el
Nuncio de Su Santidad, dónde los grandes legatarios diplomáticos de las principales naciones monárquicas, dónde están las Reales
Ordenes, dónde los Gobernadores de las regiones, dónde la Diputación de la Grandeza, dónde las Reales Corporaciones del reino?. Si se quiere ser monárquico, hay que serlo sin complejos, con todas las consecuencias, sin ambages, de la misma manera que si la monarquía es la suma de todas las virtudes, no lo es menos desear una monarquía absoluta, que es la suma de todo el esplendor gozoso de la autoridad celestial y de las verdades inmutables que siempre han gobernado la disipación voluble del populacho. Esto que vemos en el vídeo es la mediocridad más absoluta. Es la nada. Apoteósico estreno del nuevo jefe de Protocolo de la Real
Casa.
Aunque el régimen franquista español suele disimular su verdadera naturaleza, disfrazándose con una careta seudodemocrática, de vez en cuando necesita exaltar sus esencias y reúne a todos sus capitostes, incluida la monarquía, bajo las bendiciones de la secta católica. En el caso ilustrado por el vídeo, observamos un aquelarre cristofascista celebrado en la Real Capilla del Palacio de
Madrid, donde curas, militares, nobleza de abolengo, familia royal, capitostes de las diversas instituciones del Estado franquista y demás parásitos, se reúnen para conjurar la memoria de uno de sus próceres, padre del actual funcionario royal
Juan Carlos, un elemento que a pesar de no haber desempeñado ninguna función pública en
España (como no fuera su enrolamiento clandestino en las hordas golpistas del franquismo, bajo el nombre de
Juan López), goza de los más altos honores por parte del stablishment franquista actual, en el que destaca el
Bobo Solemne
José Luís Rodríguez Zapatero, que de repente ha descubierto su fervor monárquico y franquista, quién lo diría.
Muy llamativa es la presencia de la imputada desimputada
Cristina Federica Borbón, que, como buena hipócrita, hace gestos muy piadosos frente al altar, a pesar de ser una reputada andariega financiera corrupta al lado de su querido esposo,
Urdangarín, que no hace acto de presencia en el aquelarre, oficiado por un obispo castrense de la secta católica, a quien el régimen corrupto español dota de una oficina y personal militar, todo en honor de Cristo misericordioso. Virgen
Santa, alabado sea el Señor.