user preferences

¿Habemus pacem? Los desafíos en el tránsito de La Habana a Colombia

category venezuela / colombia | imperialismo / guerra | portada author Saturday September 03, 2016 14:59author by José Antonio Gutiérrez D. Report this post to the editors

featured image

Tras cuatro años de negociaciones, se firmó en la Habana, Cuba, el acuerdo de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP, mientras el proceso con el ELN sigue empantanado y el proceso con el EPL ni siquiera está en la agenda política. Los pronósticos que temían la posibilidad de un quiebre en las negociaciones han quedado ya sin base, cerrándose así un ciclo de lucha que, necesariamente, deberá abrir nuevos escenarios y posibilidades.

[English]


¿Habemus pacem? Los desafíos en el tránsito de La Habana a Colombia

Tras cuatro años de negociaciones, se firmó en la Habana, Cuba, el acuerdo de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP, mientras el proceso con el ELN sigue empantanado y el proceso con el EPL ni siquiera está en la agenda política. Los pronósticos que temían la posibilidad de un quiebre en las negociaciones han quedado ya sin base, cerrándose así un ciclo de lucha que, necesariamente, deberá abrir nuevos escenarios y posibilidades. La decisión de este movimiento insurgente de abandonar las armas no pareciera tener reversa y pase lo que pase, seguirán en el camino de lo que se ha llamado su “reincorporación a la vida civil”. Aun cuando este acuerdo no genera cambios estructurales, sin lugar a dudas representa un avance significativo para la población rural –que, aunque invisibilizada, es un nada despreciable 34% de la población del país- y una oportunidad para que el movimiento popular pueda, potencialmente, articularse en función de las grandes tareas transformadoras que quedan por delante. Nada está escrito en las estrellas: todo dependerá de la lucidez y la capacidad organizativa y movilizadora del movimiento popular.

Falta su ratificación por el Congreso y la firma final en Colombia, que sería a finales de Septiembre. No se esperan grandes sorpresas en la décima conferencia de las FARC-EP, que debería ratificar el acuerdo el 19 de Septiembre. El plebiscito mediante el cual los acuerdos se someterían a refrendación por parte del soberano, quedaría acordado para el día 2 de Octubre. En este plebiscito deben obtenerse 4,5 millones de votos para el “si” para que los acuerdos sean ratificados –por eso es tan importante el motivar a la población y cerrar las puertas al retorno a la guerra total entre el Estado y las FARC-EP[1]. Pese a la pobreza argumentativa de la caverna que hace campaña por el “no”, sería insensato despreciar el arrastre que esta opción tiene en muchos sectores urbanos, aún bajo el embrujo autoritario del uribismo[2]. Aun así, el mayor desafío será alcanzar las metas requeridas para la aprobación de este referéndum.

Histórico, pero…

Si bien la firma de este acuerdo se trata de un hecho histórico, no deja de sorprender el escaso entusiasmo que se ha respirado no solamente con el anuncio de la firma final, sino durante todo el proceso. Aunque no falten razones para celebrar, hay poco ánimo de celebración. No ha habido el ambiente de fiesta generalizado que ha acompañado a otros procesos de paz, como el de Irlanda del Norte o El Salvador, por nombrar algunos; ni siquiera se ha acercado a la efervescencia democratizante que se respiraba en 1990 para el proceso de paz con el M-19, el EPL, el MAQL y el PRT. Es doloroso constatar que, al menos en los centros urbanos, ha habido más entusiasmo en las marchas contra las FARC-EP que ahora que firma la paz con ellas, lo cual en gran medida demuestra que la guerra mediática del establecimiento en contra de los rebeldes ha tenido un impacto tóxico y los ha aislado considerablemente de un gran segmento de la población que todavía cree que los insurgentes son responsables de todos los males de Colombia.

De cara al plebiscito, la actitud predominante de quienes llaman a votar “sí” pareciera ser un tibio “la guerra es peor”, o un ácido “habrá que tragarse algunos sapos”. Otras voces que están llamando a votar “sí” lo hacen, no tanto por un respaldo al contenido de los acuerdos, sino que explícitamente para votar la desaparición y desarme de las FARC-EP.[3] Una estocada final que, en ojos de estos sectores, sería como el corolario de la movilización de Febrero del 2008 en contra de las FARC-EP estimulada por el gobierno de Álvaro Uribe. Pocos son los sectores –predeciblemente la izquierda- que están llamando a votar en claro apoyo a los contenidos del acuerdo, aunque muchos perciben que un triunfo del “no” sería una verdadera catástrofe. Es una realidad que no nos gusta, pero que debemos entender para poder cambiarla.

La difícil conexión

Varios factores parecieran explicar este fenómeno. Primero que nada, es un proceso de paz que la mayoría de la población colombiana lo percibe como algo que está ocurriendo en un país distante, para resolver un conflicto igualmente distante, que se experimenta en veredas de un mundo rural ignoto para esas mayorías urbanas. A lo que hay que sumar que durante todo el proceso los medios hicieron un flaco favor al proceso con ataques permanentes a los insurgentes. Tampoco el magro trabajo de la llamada pedagogía de paz ha ayudado: los esfuerzos del gobierno por socializar los contenidos de lo acordado en La Habana, o por estimular debate en torno a ellos, han sido asaz pobres, cuando no inexistentes. A su vez, los intentos de la insurgencia por “meterle pueblo” al proceso de paz no han podido o no han sabido llegar más allá de sus áreas tradicionales de influencia o de los sectores políticos que desde siempre han pedido una solución política al conflicto.

¿Qué significa este proceso de paz para una travesti en los barrios marginales de Bogotá? ¿Qué significa la paz para una mujer indígena emigrante en una capital departamental? ¿Qué significa para los trabajadores y trabajadores tercerizados y precarizados? ¿Qué significa para esas muchedumbres que sobreviven en el subempleo? ¿Para los que chupan bóxer porque no pueden llevar un pan a la boca? El tener que recordar al pueblo que “la paz sí es contigo”, como reza la campaña plebiscitaria de la izquierda, sencillamente deja en evidencia que ese vínculo de la paz con el ciudadano del común no es evidente, que el proceso de paz es visto como algo ajeno por éste.

Ni fatalismo, ni triunfalismo: Acuerdo posible con la actual correlación de fuerzas

Se sabía que no se lograría el socialismo con las negociaciones. Se han buscado algunas reformas básicas que ayuden a superar las causas estructurales que originaron el conflicto: pero lo acordado no es la paz con justicia social que buscaron los sectores populares comprometidos con la negociación del conflicto. Ni hay paz –porque sigue el conflicto con el ELN y el EPL, así como con posibles disidencias, porque sigue el paramilitarismo en todo el país, porque sigue la estructura represiva que criminaliza la disidencia política y la protesta social, porque sigue la violencia estructural que asesina de hambre y enfermedades prevenibles-, ni hay justicia social. Pero eso tampoco significa que el acuerdo no sea un paso significativo o que no haya espacio para un “optimismo moderado” –utilizando la jerga en boga durante el proceso. Acá no debe haber espacio desde la izquierda ni para vociferar “traición” a los cuatro vientos, pero tampoco para asumir un triunfalismo alucinado. El acuerdo es lo que es: todo lo que las FARC-EP pudo firmar con la correlación de fuerzas existente, claramente favorable al bloque en el poder.

El juicio histórico puede ser muy duro con las partes[4]: una ojeada a lo acordado, automáticamente nos lleva a preguntarnos si en realidad debía correr tanta sangre para lograr unos acuerdos que, en lo grueso, suponen que el gobierno cumpla con mandatos constitucionales que ya tiene de antemano, sumado a la ampliación del sistema político existente –que no su transformación[5]. Hay, desde luego, algunos logros importantes sobre todo en lo relativo a la modernización del campo, pero el programa agrario de los guerrilleros de Marquetalia, conjunto de propuestas mínimas que inspiró la sublevación fariana durante décadas, queda como una aspiración: el problema de la concentración de tierra sigue ahí, candente. Ahora complicado aún más con el impulso que recibirá la agroindustria a través de las llamadas Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (Zidres). Quizás un acuerdo con mayor potencial transformador podía haber tenido un proceso de estas características y podría haber suscitado un mayor entusiasmo popular. Quizás.

La paz… ¿de Santos?

El gobierno prometió que no se tocaría el modelo y le cumplió a la oligarquía. El juicio del ELN sobre los acuerdos de La Habana, según un comunicado fechado el 05/08, es lapidario: no se modifica la realidad del país, y sigue “intacto el régimen oprobioso de violencia, exclusión, desigualdad, injusticia y depredación”[6]. En términos similares se refirió a los acuerdos un comunicado de un sector disidente del Frente 1 de las FARC-EP, que se abrió del proceso[7]. Pero no se debiera juzgar en términos excesivamente duros lo acordado: lograr un escenario diferente o un acuerdo que representara más cabalmente este deseo de paz con justicia social no era algo que dependiera, naturalmente, de las FARC-EP por sí solas. Debía, necesariamente, haberse apoyado en una amplia movilización popular que respaldara esas transformaciones y que desarrollara el potencial transformador de algunos puntos de la agenda así como de las propuestas políticas presentadas por los insurgentes en cada uno de ellos. Pero la posibilidad de haber generado una gran convergencia popular entre el proceso de paz con la ola de protesta popular ascendente en el período 2008-2013, no se materializó. El gobierno, mediante la cooptación, la división y la sectorización del movimiento popular, frenó esa oleada, a la vez que aisló exitosamente el proceso de paz del día a día de la población. El paro agrario del 2013 fue el momento clave para destrabar esta discusión y para generar una simpatía pública, masiva, entre los temas discutidos en La Habana con la realidad diaria del país, momento que logró generar un puente entre el campo y las ciudades, donde se perfiló claramente el interés de los sectores populares en contradicción con los del bloque en el poder.

Después del paro, ante el incumplimiento del gobierno, se desestimuló la movilización popular en la calle, que algunos sectores consideraron como “inoportuna”, con la sorprendente excusa de que “desestabilizar” a Santos era debilitar el proceso de paz (y fortalecer al uribismo), para apuntar a una estrategia electoral, que fue desastrosa para la izquierda. En este contexto, el proceso de paz terminó encadenado a la figura de Santos, uno de los presidentes más impopulares en la historia, quien lo utilizó para hacerse re-elegir, a la vez que redefinió los términos de la paz y pudo pasar a una posición ofensiva. Después de tanto insistir que las llaves de la paz pertenecían al pueblo, se le entregaron a Santos en bandeja de plata. De tanto “reconocer la voluntad de paz” de Santos, presidente que comenzó gobernando con el mandato de perpetuar la “seguridad democrática”, se desfiguró la realidad de que el proceso de paz fue conquistado en gran medida por la movilización popular que tuvo su clímax en el período 2012-2013[8]. En el imaginario ciudadano, el proceso de paz no quedó solamente ligado indisolublemente a la figura de Santos, sino que además, con el lanzamiento del plebiscito por las figuras de la vieja política, quedó asociado a la politiquería nacional. ¿Hay entonces que sorprenderse por esta falta de entusiasmo?

Post-conflicto, nueva resistencia y desarrollo de una oposición social y política

El jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, aseguró que este acuerdo era el “mejor posible”[9] –afirmación ambigua, que demuestra que aunque hayan podido imponer muchos de sus términos en el acuerdo, tampoco pudieron imponerlo todo. Los acuerdos son como una puerta abierta, que tanto el sector oligárquico como el popular pueden aprovechar. La oligarquía buscará acelerar la penetración de capital inversionistas en la agroindustria y el extractivismo. Dependerá de los sectores populares, de su lucha y de su organización, si ese escenario se materializa o no. También dependerá de los sectores populares si el gobierno cumple o no con los acuerdos, pues –como lo pueden corroborar las comunidades del Putumayo, del Catatumbo y de todo el país- se especializan en la trampa y el incumplimiento a los de abajo –y pecan de excesiva ingenuidad quienes creen que la veeduría internacional, de la ONU o de los garantes, es garantía de que el gobierno cumplirá.

Desafortunadamente, aún hay demasiada desorganización y sectorialización de las luchas. Se requerirá del desarrollo de una nueva izquierda, de la creación de nuevos liderazgos colectivos y de un amplio proceso de organización y movilización popular. Aunque se insista tanto en la unidad de la izquierda, lo cierto es que antes que todo es necesario un gran esfuerzo de construcción para llegar a todos los sectores oprimidos, excluidos, hambreados que necesitan de un nuevo modelo. Se requiere de audacia, de visión, de decisión, de mucho diálogo, de escuchar al otro, y de mucha organización. Solamente en base a una amplia organización y activa búsqueda de creación de espacios para que se exprese de manera constructiva el descontento, se podrá hablar de una unidad que sea mucho más que la mera sumatoria de los mismos dirigentes de siempre. Una unidad que surja orgánicamente en torno a la identificación de ejes mínimos de acción común, y desde las propuestas surgidas en las mil y una luchas que a diario desarrolla el pueblo. Requiere también de una nueva forma de entender y hacer la política, verdaderamente desde abajo, desde el mundo popular, huyendo de los viejos vicios de la política tradicional como de la propia peste, en lugar de asumirlos poco a poco como si fueran muestra de madurez. Por todo ello, disociarse de la figura de Santos y reclamar la vocación de la izquierda como oposición (arrebatándole ese espacio político al uribismo, que lo ocupa de manera fraudulenta) es un paso fundamental que puede llevar a re-encantar al pueblo con la idea de la construcción de la paz con justicia social, ligada a un proceso de movilización y transformación social.

Una lucha cuesta arriba, un pueblo con experiencia y tesón

De momento, los dados están tirados a favor del bloque dominante. El triunfalismo de estos sectores es evidente en las declaraciones del comandante del Ejército colombiano, general Alberto Mejía, quien expresa que el ejército está listo para garantizar la integridad de los ex-guerrilleros: "Para nosotros no es una humillación, para nosotros es un honor porque quien las cuida es quien ganó la guerra, porque quien las cuida es quien queda con las armas, quien las cuida es quien viste los uniformes de la República"[10]. Claro, podría entrarse al debate si las FARC-EP están o no derrotadas, cosa discutible, o la pírrica naturaleza (en el mejor de los casos) de esta supuesta victoria del ejército; pero es necesario reconocer que, se piense lo que se piense de este grupo insurgente, hoy la hegemonía la tiene el bloque dominante, no los sectores populares. Al “monopolio de la fuerza” que el Estado oligárquico reclama, hay que oponer una fuerza aún mayor a sus ejércitos y sus armas: la del pueblo organizado. Porque aunque se hable mucho de que ya no se hará política sin armas, como decía el revolucionario africano Amílcar Cabral, en el capitalismo toda lucha es armada: el Estado siempre tiene armas y las utiliza en contra del pueblo cuando sus intereses y su dominación se ven amenazados[11]. Cuando el pueblo ejerza su derecho a hacer política en las calles, el ESMAD, la policía o el ejército, políticamente, la reprimirán. Por la fuerza y con las armas, apoyados en la re-estructuración que los EEUU (¿quién más?) ya están implementando para la fuerza pública en el post-conflicto, y por el nuevo código de policía y la ley de seguridad ciudadana.

El apoyo al “sí” en el plebiscito no debería obviar que esto no es ni el fin del proceso ni el comienzo de la construcción de una nueva sociedad, sino un paso más, de una larga historia de resistencias, en el largo camino hacia la conformación de un bloque popular capaz de imponerle a los sectores oligárquicos un modelo alternativo, radicalmente democrático, igualitario, libertario. Es necesario también reconocer que, más allá del debate sobre la naturaleza de la paz o la violencia estructural intrínseca al sistema, sin el ELN y sin el EPL no puede hablarse de construcción de paz, por lo cual rodear la solución política para estas otras expresiones insurgentes se vuelve un imperativo político, ético y moral. Es importante hoy pensar autocríticamente en las fuerzas sociales y políticas existentes, en el contexto territorial, nacional, regional e internacional tan complejo en que éstas deben operar[12], y aplicar la auto-crítica para ir corrigiendo los errores, y así poder revertir esa correlación de fuerzas desfavorable para los sectores populares. Una tarea nada fácil, pero impostergable. Hoy, en vez de enfrascarse en fórmulas fáciles, reemplazando la reflexión por las consignas a favor o en contra, corresponde aplicar la máxima de Gramsci de ser pesimistas del intelecto, pues las dificultades objetivas que se enfrentan son inmensas, pero optimistas del corazón: pues somos conscientes del enorme potencial de lucha del pueblo colombiano así como de las valiosas experiencias acumuladas en casi un siglo de resistencia. Solamente así se podrá desarrollar un proyecto que realmente entusiasme al conjunto del pueblo colombiano y gane su corazón. Y con un pueblo entusiasmado, las fuerzas transformadoras serán imparables.

José Antonio Gutiérrez D.
31 de Agosto, 2016


[1] Lamentablemente, en meses anteriores, sectores de la izquierda gastaron demasiada tinta y saliva atacando la idea del plebiscito, el cual veían como una opción excluyente de su llamado a una asamblea constituyente. Asamblea constituyente que, de realizarse en la actual coyuntura, muy probablemente no sería favorable a los sectores populares y podría significar hasta un retroceso de la constitución de 1991. Las buenas ideas no bastan: hay que entender el contexto y la coyuntura en la cual deberían llevarse a efecto.
[2] Los medios, nuevamente, en su tarea de fabricar percepciones ciudadanas, entregan encuestas que dan triunfo a veces al “si” a veces al “no”, dependiendo de la agenda política del momento.
[3] Ver en este sentido la editorial del Espectador del 25/08, “la paz, entendida como el desarme y el fin del conflicto con las distintas guerrillas, ha estado en la agenda de todos los presidentes (…) [pero] nunca hemos tenido una propuesta tan cercana para desarmar a las Farc. Sea como fuere, por primera vez el país tiene la oportunidad de pensarse sin la existencia de esa guerrilla”.
[4] Para que una guerra sea considerada “justa” según el Jus ad Bellum, una de las partes debe demostrar que no podía obtener lo que se obtuvo sino mediante el recurso a las armas. Esto será un tema de disputa candente durante las décadas venideras en Colombia, igual como lo sigue siendo en Irlanda dos décadas después del inicio del proceso de paz en ese país.
[5] Puede consultarse el acuerdo completo en http://static.iris.net.co/semana/upload/documents/acuer...c.pdf
[6] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215328&titular;=p...%FAa-
[7] http://www.elespectador.com/noticias/politica/frente-de...41831 El comunicado de las FARC-EP que acusa a estos disidentes de tener motivaciones “económicas” (minería, narcotráfico) es desafortunado porque desconoce las razones –equivocadas o no- eminentemente políticas que entregan y porque esa clase de acusaciones, lanzadas a un grupo salido de su seno, puede fácilmente volverse en su contra y perpetuar los estereotipos dominantes sobre la insurgencia colombiana, que como todos los estereotipos, suelen ser erróneos.
[8] Escribimos extensamente sobre este tema a su momento. Algunos de los artículos son “¿Tiene Santos las llaves de la paz?”, “Sólo la lucha decide”, “El proceso de paz ¿secuestrado por el miedo?” y Habemus presidente: mandato por la paz con injusticia social.
[9] http://www.semana.com/nacion/articulo/proceso-de-paz-de...91131
[10] http://www.semana.com/nacion/articulo/proceso-de-paz-co...91112
[11] https://www.marxists.org/subject/africa/cabral/1968/ppt.htm Es importante no caer en una visión idealista, liberal y burguesa del Estado como la encarnación del “contrato social”, o del “bien común”. El Estado es un aparato de dominación, de clase, diseñado para servir a los sectores oligárquicos y ejercer la violencia cuando los sectores subalternos se rebelan. Cualquier conquista favorable a los intereses populares es a pesar de este Estado, no gracias a él.
[12] Antes de iniciado el proceso de paz, polemizaba con una carta abierta que Medófilo Medina había enviado al entonces comandante de las FARC-EP Alfonso Cano, quien fuera asesinado a los pocos meses en estado de absoluta indefensión por orden expresa de Santos, en momentos en que ambos discutían sobre negociar la paz. En esa ocasión se decía que una de las razones para que las FARC-EP se desmovilizaran era el contexto regional, en el cual la izquierda había podido llegar al poder por las urnas. Desde esta óptica, el actual escenario, marcado por la destitución de Rouseff y la profundización de la crisis venezolana, ¿cambiaría la evaluación de estos sectores respecto a las posibilidades políticas de las FARC-EP? Para leer la polémica, http://www.anarkismo.net/article/20115

Related Link: http://www.lamala.cl
This page can be viewed in
English Italiano Deutsch
Employees at the Zarfati Garage in Mishur Adumim vote to strike on July 22, 2014. (Photo courtesy of Ma’an workers union)

Front page

Announcement of Nationally Coordinated Prisoner Workstoppage for Sept 9, 2016

Opinião da CAB diante a atual conjuntura Brasileira

Italia - terremoto

Inside the Zimbabwean Uprising

La experiencia de Mujeres Libres: 80 años del surgimiento del feminismo anarquista organizado

Con Lucha Y Organización Fortalecemos La Resistencia

Algunas reflexiones en torno al poder y la institucionalidad a 80 años de la Revolución Española

80 aniversari de la insurrecció obrera i popular i de la revolució social

80 anni fa la rivoluzione comunista libertaria in Spagna

De los comités de defensa al análisis de los órganos de poder

The Coup in Turkey: Tyranny against tyranny does not make freedom

Greve, Piquete, Marcha e Ocupação! Educadores e Estudantes unidos pela Educação!

Making sense of the Brexit tide of reaction and the reality of the racist vote

[Colombia] Ante el acuerdo de cese al fuego bilateral y definitivo entre el gobierno colombiano y las FARC-EP

Coyuntura Política en Venezuela: Crisis, Tendencias y el Desafío de la Independencia de Clase

Orlando means fightback

Palestinian workers in Israel: between scylla and charybdis

A Socialist On City Council: A Look At The Career Of Kshama Sawant

Élargir la lutte et généraliser la grève pour gagner

Carta de Fundação OAZ

[Colombia] Documento de Formación: Análisis de Coyuntura 2015-2016

La NATO contro i Curdi: la Battaglia per A'zaz

Feminists in Ireland Say No To Pegida

Posició de Embat sobre el nou govern de la Generalitat i el procés constituent

Venezuela / Colombia | Imperialismo / Guerra | es

Sun 11 Sep, 05:45

browse text browse image

venezuelasedepsuvincendiada.jpg imagevideo¡A detener el golpismo en América Latina! 14:20 Fri 19 Apr by Frente de Estudiantes Libertarios 1 comments

Tengan por seguro que la juventud latinoamericana estará junto a la lucha del pueblo venezolano, porque no aceptaremos que se repita lo sucedido en Honduras y Paraguay, porque no aceptaremos nunca más que la muerte sea la herramienta de los poderosos para detener los cambios que los pobres necesitamos. [Italiano] [English] [Français]

catedra_paz.jpg imageReseña Cátedra Libertaria #20: ¿Quién tiene la llave de la paz? 23:15 Sat 26 May by Red Libertaria Popular Mateo Kramer 0 comments

El pasado viernes 4 de mayo de 2012 se realizó la Cátedra Libertaria #20 de la Red Libertaria Popular Mateo Kramer, que llevaba como tí­tulo "¿Quién tiene la llave de la paz?", y en la que se pretendí­a plantear la discusión acerca de las propuestas y posibilidades de paz en Colombia a partir de diversos sectores, entre los que se encontraban la juventud urbana organizada, las organizaciones que trabajan por la paz, el sector rural y el sector estudiantil. [Nederlands]

gal_895.jpg imageAumento de las tensiones entre el gobierno colombiano y las comunidades indígenas 10:33 Sat 11 Dec by María Luisa Rivera 0 comments

El 15 de septiembre 2010, el Departamento de Estado de los EE.UU. certificó al Congreso de EE.UU. que el gobierno colombiano y los militares reunían criterios legales relacionados con los derechos humanos. La certificación del Departamento de Estado fue rechazada por las organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional y la Oficina de Washington para América Latina debido a un supuesto aumento de "daños colaterales" en la guerra contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

colombia.jpg imageColombia: Sepelio de información 20:43 Mon 22 Nov by Red Libertaria Popular Mateo Kramer 0 comments

"El comandante del ejército no permitirá violación a los derechos humanos por ninguno de sus integrantes. Los hechos son el resultado de una conducta individual", dijo Alejandro Navas, comandante del Ejército Nacional de Colombia, sobre el asesinato de dos niños y una niña en el departamento de Arauca.

objecion2.jpg imageLa aprobación del derecho a la objeción de conciencia en un contexto de militarización 21:08 Fri 01 Oct by Red Libertaria Popular Mateo Kramer 0 comments

Dada una larga, valiosa y respetada batalla llevada a cabo por varias organizaciones sociales colombianas, el 14 de octubre del año 2009 se consolidó legalmente el derecho a la Objeción de Conciencia al Servicio Militar Obligatorio. Su aprobación legal tiene origen en una demanda hecha contra la Ley 48 de 1993, en la cual uno de sus artículos dicta la obligatoriedad del servicio militar. Las organizaciones sociales denunciaron que esta ley se sobreponía al derecho fundamental a la Libertad de Conciencia plasmado en el artículo 18 de la Constitución Política, y que ignoraba a quien, por convicciones personales, no deseara prestar el servicio militar.
Las personas que libraron la lucha por el reconocimiento legal del derecho a la objeción de conciencia no pueden dejar de sentir gran satisfacción, ya que sin duda es un logro bastante significativo. Sin embargo, muchas de estas personas sienten todavía un sin-sabor… ¿Por qué? Para responder a esto hay que traer a colación un poco de contexto nacional.

enero_9_2009_06_jpgmid_1.jpg imageReseña y fotos del Plantón del 9 de enero frente a la embajada de grecia 23:03 Sat 10 Jan by Cruz Negra Anarquista-Bta 0 comments

Plantón de Solidaridad con el pueblo de Grecia y Palestina (Bogotá, Colombia.)

460_0___30_0_0_0_0_0_webcolombia_3.jpg imagePronunciamiento ante el cobarde asesinato de Edwin Legarda 10:02 Sun 04 Jan by Grupo Raíces 0 comments

Pronunciamiento ante el cobarde asesinato de Edwin Legarda

webcolombia.jpg imageComunicado Cruz Negra Anarquista-Bogota sobre la marcha del 4 de febrero 08:13 Fri 01 Feb by CNA 0 comments

La Cruz Negra Anarquista-Bogota, se opone de manera rotunda a la manifestación “mundial” convocada para el día 4 de febrero.

imageColombia: La “reparación a las víctimas” como un nuevo mecanismo de despojo Sep 02 by José Antonio Gutiérrez D. 5 comments

El Estado colombiano ha tenido, históricamente, dos mecanismos principales para despojar al campesinado de sus tierras: el crédito extorsivo y la violencia, tanto oficial como paraoficial. Ahora, el gobierno capitaneado por Juan Manuel Santos ha agregado un nuevo mecanismo a este repertorio. Ese mecanismo es la utilización perversa de la legislación sobre las víctimas.

imageColombia: entre la guerra y la paz Aug 06 by Núcleo Comunista Libertario 0 comments

Hace mas de tres años el gobierno colombiano y las Farc-Ep vienen negociando el fin al conflicto armado, que ha silenciado la voz de miles de oprimidos y ha convertido las tierras del país en una fosa común al servicio de las clases dominantes y los intereses de las multinacionales extranjeras. No obstante, esas negociaciones no han sido más que retorica barata para ocultar la verdadera dimensión de un conflicto social y político que todavía sigue destruyendo los sueños de cientos de jóvenes rebeldes y perpetuando un sistema económico injusto, desigual y criminal, que beneficia la billetera de unos pocas familias mientras la mayoría empobrecida se ve en la triste necesidad de auto-explotarse, entregarle la vida a un trabajo indigno y quedarse callada frente a los atropellos cometidos por los cuerpos represivos del Estado y la herramienta para-militar.

imageNuestra perspectiva frente a los diálogos de paz en Colombia Jun 21 by Núcleo Comunista Libertario 0 comments

Las negociaciones de paz en La Habana (Cuba) entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombina-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno Nacional acaban de completar 3 años y medio. A pesar del extenso tiempo, las anarquistas no hemos dado el debate con la altura que se requiere y mucho menos hemos tenido una posición política respecto al futuro y presente del país y las luchas en las dinámicas de estas negociaciones, que mal que bien, afectan la correlación de fuerzas en la disputa de las oprimidas contra el régimen.

imageNi paz neoliberal, ni “guerra instrumentalizada por el capital”: Movilización popular por la paz con... Jun 09 by José Antonio Gutiérrez D. 0 comments

Qué tipo de acuerdo es el que salga de La Habana, qué tipo de paz se logre, incluso, cómo se logre, si se logra como fruto de un acuerdo entre dos partes en un país lejano, o como un acuerdo que se alcance también con la presión y la lucha de las grandes masas que tienen mil y una razones para protestar, todo esto importa. En esta lucha por la paz, el problema no es si la paz es neoliberal o con justicia social. El problema es que sin justicia social, puede ser que no haya guerrilla pero no habrá paz. Y seguirán muriendo los pobres: desplazados por la megaminería y la agroindustria, de física hambre como en la Guajira, bajo las balas de sicarios y paracos al servicio de poderosos intereses económicos, legales o ilegales. Esa paz neoliberal que se vislumbra en las metas del Plan de Desarrollo Nacional, santifica el enriquecimiento por despojo y llevaría a una sociedad francamente caníbal.

image¿Caguanazo a las FARC-EP? May 30 by José Antonio Gutiérrez D. 2 comments

¿Está Santos preparando su propio Caguanazo a las FARC-EP? Es una probabilidad bastante cierta. El ingenuo optimismo de los opinólogos de oficio, de izquierda o de derecha, que hasta hace poco declaraban que el proceso era irreversible o que el 2015 sería el “año de la paz”, se ha evidenciado como espurio. Es necesario entender el carácter de esta oligarquía, entender el sentido de la negociación y el hecho de que reposa sobre un equilibrio precario de fuerzas y no sobre sencillas voluntades, para poder superar el actual momento desde la lucha popular, mediante hechos concretos, no mediante súplicas a la rancia oligarquía[5]. Esa es realmente la única esperanza que tiene el sector popular en la actual coyuntura. Santos no es invencible, pero seguirá siéndolo mientras sea él quien define el terreno de lucha.

more >>

imagevideo¡A detener el golpismo en América Latina! Apr 19 Chile 1 comments

Tengan por seguro que la juventud latinoamericana estará junto a la lucha del pueblo venezolano, porque no aceptaremos que se repita lo sucedido en Honduras y Paraguay, porque no aceptaremos nunca más que la muerte sea la herramienta de los poderosos para detener los cambios que los pobres necesitamos. [Italiano] [English] [Français]

imagePronunciamiento ante el cobarde asesinato de Edwin Legarda Jan 04 Grúpa Fréamhacha 0 comments

Pronunciamiento ante el cobarde asesinato de Edwin Legarda

imageComunicado Cruz Negra Anarquista-Bogota sobre la marcha del 4 de febrero Feb 01 Colombia 0 comments

La Cruz Negra Anarquista-Bogota, se opone de manera rotunda a la manifestación “mundial” convocada para el día 4 de febrero.

© 2005-2016 Anarkismo.net. Unless otherwise stated by the author, all content is free for non-commercial reuse, reprint, and rebroadcast, on the net and elsewhere. Opinions are those of the contributors and are not necessarily endorsed by Anarkismo.net. [ Disclaimer | Privacy ]