Coyuntura Junio 2017
Dando una mirada superficial
sobre los hechos más relevantes de la escena política nacional, nos encontramos
con una coyuntura marcada casi únicamente por los avatares electorales. El
cierre de listas de los distintos partidos, la posibilidad o no de que Cristina
sea candidata, las duras negociaciones de la izquierda electoral por los
lugares en las boletas, se suman al altísimo grado de descomposición de la
politiquería burguesa, que se expresa en alianzas que desvirtúan cualquier
vestigio de convicción política. Un verdadero circo electoral.
Pero si nuestra mirada va más
allá de lo superficial, y ponemos el foco en el escenario de la lucha de
clases, nos encontramos con que las batallas que se están dando, en ese plano,
son mucho más significativas que cualquier elección.
Por un lado el gobierno, aun con
todos los condicionantes que implica estar en campaña, avanza con su plan de
ajuste. La inflación sigue creciendo, al igual que los despidos y suspensiones.
En este marco la quita de pensiones por discapacidad, es expresión de la
brutalidad del ajuste en marcha. Aun así, podemos esperar cierto
recrudecimiento de este tipo de medidas para después de los comicios.
Los acuerdos con el imperialismo,
marcan claramente su objetivo estratégico: reducir el gasto público y el déficit
fiscal, así como atacar derechos laborales y previsionales, mientras el
endeudamiento facilita la gobernabilidad y las negociaciones con distintos
factores de poder. Macri busca posicionarse en el mundo como un abanderado del
libre mercado, con todo lo que eso significa para países dependientes como el
nuestro, más extractivismo, saqueo y devastación.
El acuerdo con la burocracia
petrolera en “Vaca Muerta”, es el modus operandi que se pretende aplicar a
todos los gremios. Ya se avanzó con Gerardo Martinez de la UOCRA, con el ex-cristinista
Aldo Pignanelli, y se intentará llevar al plano de la educación de la mano de
una supuesta imitación del modelo finlandes. Con el visto bueno de las
burocracias, el gobierno busca desregular lo más posible las relaciones
laborales, afectando los convenios colectivos, el salario, y las condiciones de
seguridad de los/las trabajadores. Sumado a que se busca también limitar el
ejercicio del derecho a huelga.
Es necesario tener presente aquí
un dato de la coyuntura latinoamericana, el ajuste que se aplica a escala
regional es importantísimo para las clases dominantes. Si analizamos, por
ejemplo, lo que pasa en Brasil, nos encontramos con que el ajuste había
comenzado tímidamente con Dilma, se profundiza con Temer, y aun con masivas
movilizaciones, y la realización de un paro general, cierta parte de las
instituciones de dominación sostienen al gobierno para garantizarlas reformas
laborales y previsionales.
Las clases dominantes tienen
claro lo que buscan con su programa, si el mismo se lleva a cabo o no por
medios democráticos-burgueses es un dato accesorio. Es a esta ofensiva regional
a la cual hay que oponerle una resistencia de las organizaciones populares
autónomas de nuestra américa latina.
En lo local entendemos que sea
cual sea el resultado electoral, el programa de ajuste se llevará adelante, y
la única forma de frenarlo es con la acción directa popular. Así la
participación en las elecciones no hacen más que debilitar esta vía y facilitar
un clima político-institucional que hace posible la avanzada sobre los derechos
de los y las de abajo.
Para nosotros/as el camino, es el
que tomaron los colectiveros/as de Córdoba, con un paro a pesar de las
burocracias, las patronales, los medios de comunicación y apuntalado por la
solidaridad de clase. Realizado en contra de una paritaria que recorta su
salario, que se cerró por métodos burocráticos sin participación alguna de la
base y los despidos de más de 80 trabajadores/as.
Con respecto a la intención de
quitar las pensiones por discapacidad, queda clara la capacidad de respuesta
del pueblo, que viene poniendo límites al ajuste a través de la movilización
popular, y obliga una vez más al gobierno a retroceder, al menos parcialmente,
en este tipo de medidas.
También desde el sur del país se están dando
lecciones de resistencia. Las movilizaciones en Santa Cruz, una provincia
quebrada por el Kirchnerismo y asfixiada por Cambiemos, logró poner casi al
borde de la destitución a Alicia Kirchner, ante los reclamos por falta de pagos
a docentes y jubilados. Y aun con el rescate financiero del gobierno nacional,
no se logra desmovilizar al pueblo santacruceño. La huelga docente continúa y
lleva más de 70 días de paro, sumado a la toma de la casa de gobierno de Santa
Cruz, por parte de los jubilados, en la cual la policía, en un acto de
rendición desistió de reprimir, permaneciendo desarmados. En Rio Negro una movilización
en contra del endeudamiento termina con el encarcelamiento de Rodolfo Aguiar y
Aldo Capretti dirigentes de ATE, lo que luego desencadena varios piquetes,
movilizaciones y paros regionales, logrando su liberación y exigiendo el cese
de la persecución política.
Además un sector de las
organizaciones sociales siguen movilizadas en varios puntos del país
denunciando el crecimiento del hambre, la desocupación y la precarización en
los barrios a pesar del acuerdo que el triunvirato piquetero mantiene con el
gobierno. El eufemismo de la “economía popular”, creado por el triunvirato a
través de la ley de emergencia social, prendió rápidamente en el discurso
estatal. El gobierno logró gracias a la
ayuda del Papa, quien gerencia al triunvirato, ocultar los porcentajes
altísimos de desocupación y marginalidad que se sufre en el país. Ahora a los
trabajadores desocupados se les llama trabajadores de la “economía popular”.
En materia de DDHH fue también
muy importante la resistencia que encontró el infame fallo del 2 por 1 de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación. No fue más que la lucha en la calle lo que frenó esta medida, al
poner contra las cuerdas a los sectores dominantes demostrando que no se iba a
permitir este atropello, obligando a dar un tratamiento exprés de una ley que
limite este beneficio a los represores. Dos grandes jornadas de movilización
contaron con presencia masiva en diferentes puntos del país, la primera fue el
4 de Mayo, como reacción inmediata al voto de la corte, donde diferentes organizaciones
se dieron cita en la tradicional ronda que organismos de derechos humanos
sostienen de forma permanente. Luego será el 10 de Mayo donde se hará una
convocatoria de mayor masividad, logrando a pesar de intenciones de acumulación
de tipo electoralista de algunos sectores políticos, dar un golpe en unidad que
sería clave para frenar la aplicación de esta ley.
La lucha feminista continúa siendo un polo de acumulación de
resistencias muy importante. Se sostiene, por ejemplo, la masividad de la convocatoria
del 3 de junio con la consigna “Ni una menos”. Y ha sido una gran victoria de
la lucha feminista la excarcelación de “Higui”, quien estuvo presa desde
octubre hasta junio por defenderse de una violación “correctiva”, en la cual
participaron 10 hombres que buscaban “curarla” de su condición de lesbiana. Aunque hay que decirlo, la violencia machista
tampoco parece dar tregua, ya que se multiplican los femicidios, y mucho de
ellos son de una brutalidad inusitada.
Es difícil poder dar cuenta, de
forma exhaustiva, de la cantidad de episodios de resistencia que se están dando
a lo largo y ancho del país durante los últimos meses desde distintos sectores
en lucha, como así también, es difícil tener un registro total de la reacción represiva del estado. Lo que intentamos dejar
plasmado aquí es que la respuesta popular viene siendo contundente (y tal vez está
teniendo mayor gravitación en lo que se denomina erróneamente el “interior” del
país), aunque todavía no toma forma de
un cuerpo articulado, con un programa común gestado desde las bases.
Para enfrentar a los proyectos de
dominación de la clase dominante, es imprescindible fomentar la organización
de los sectores oprimidos y la búsqueda de la unidad en la lucha, siempre
apuntando a que la misma se exprese en la calle, como terreno de la política de
los y las de abajo.
La acción directa popular es el
único camino para enfrentar el ajuste y la represión. Desde la FAR apuntamos a
contribuir a su organización y su proyección hacia la construcción de poder
popular y socialismo libertario.