El Palacio de La Zarzuela por dentro - Residencia de los reyes de España

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• published: 20 Oct 2012
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Vemos unas curiosas imágenes de un recinto poco conocido por dentro para el gran público. Se trata del cuartelote ubicado en un altozano del monte de El Pardo, en las afueras de Madrid, capital del reino de España, sede de la residencia de los funcionarios royales Juan Carlos y Sofía, así como de las oficinas de la real casa. Unas grandes instalaciones para sostener una institución impuesta por la dictadura del general Francisco Franco. Este caserón de caza, vinculado históricamente a las actividades de ocio de la realeza española, fue destruido durante la guerra civil de 1936. Tras unos años abandonado y dedicado a tareas forestales de conservación del monte de El Pardo, el régimen franquista decidió dedicarlo a residencia de los funcionarios Juan Carlos Borbón y Sofía Grecia, por la cercanía al palacio de El Pardo, residencia del dictador militar, para lo que se encargó su completa reconstrucción y rehabilitación. Los funcionarios principéscobos se trasladaron al caserón en el año 1962. El edificio fue objeto de diversas obras de ampliación, así como de construcciones anejas para oficinas y destacamentos militares, diversas instalaciones para ocio y servicios, incluida una pequeña granja, un helipuerto, un pequeño picadero para actividades hípicas, una capilla, bodega, almacenes, garajes, talleres, un búnker, diversas obras de ajardinamiento, fuentes, depuradora, centrales de transformación eléctrica, saneamiento, vallados perimetrales de seguridad, casetas de vigilancia, pistas asfaltadas, etc. El planteamiento inicial, que buscaba un simple alojamiento para los funcionarios royales franquistas (no disponían ni tan siquiera de sala de audiencias), se ha ido solapando y yuxtaponiendo a diversos pegotes organizativos acumulativos. Por simple pereza y dejadez, no se los alojó en su momento en el palacio de El Pardo, lugar que, en su momento, cuando falleció el general Franco, disponía de las infraestructuras y servicios necesarios para residir en él, optándose por permitir a los funcionarios royales vivir con toda clase de lujos en el cortijo de La Zarzuela, en detrimento del aprovechamiento del real sitio de El Pardo, cuyo mantenimiento es muy costoso para el Patrimonio Nacional, organismo del Estado español encargado de su custodia y conservación.