La Señora de
Valladolid recuerda la angustia de los atentados de
Bruselas.
Multitudinaria procesión de
El Encuentro, uno de los momentos álgidos de la
Semana Santa de Valladolid con la participación de la Virgen de las Angustias, con crespón de los colores de la bandera belga, y Cristo
Camino del
Calvario.
Frío sí; bastante.
Pero sin lluvia, que es lo que importa estos días. A pesar de que las predicciones preveían inestabilidad para este Martes
Santo en Valladolid, el sol brilló durante toda la jornada, lo que hizo que la Señora de la ciudad no tuviera que mirar al cielo. A las nueve menos cuarto las puertas de la iglesia penitencial de las Angustias se abrían y de ellas salía una imponente planta de procesión, con muchos cofrades, mantillas y niños.
Minutos antes, de la iglesia de
San Andrés salía, también en hombros, la imagen de Cristo Camino del Calvario, alumbrado por la cofradía del
Santo Cristo Despojado, camino de la
Plaza de
Santa Cruz donde rememorar uno de los acontecimientos más dolorosos de la
Semana Santa con el encuentro entre una madre desconsolada y y su hijo camino de la muerte.
Fue el presidente de la Diputación,
Jesús Julio Carnero, el que hizo la llamada de honor en el Cristo Camino del Calvario, mientras que en la Virgen hizo lo propio el delegado de Cáritas Valladolid,
Jesús García Gallo. Los terribles atentados en Bruselas no han pasado desapercibidos para la cofradía de las Angustias, que en los siete cuchillos lucían los colores de la bandera belga en memoria de las víctimas.
Antes de llegar a la Plaza de Santa Cruz, la cofradía del Despojado realizó un acto penitencial en el sanatorio del
Sagrado Corazón por todos los enfermos. Pero el momento más esperado por todos fue el
Encuentro, ante miles de personas y con la fachada del
Palacio de Santa Cruz como telón de fondo a esta sobrecogedora escena.
Los dos pasos entraban meciéndose al compás para encontrarse y protagonizar un acto de oración. Los dos conjuntos, en hombros de sus cofrades, abandonaron la plaza para dirigirse hasta sus iglesias de partida. Antes de poner fin a la procesión, el Cristo del
Olvido se encontraba con su Madre, la virgen de Las Angustias y, más tarde, una emocionada salve a la talla de
Juni despedía el desfile penitencial, donde el frío se combatió gracias al calor de penitentes y al fervor de miles de fieles en una noche de Martes Santo que volvió a brillar con luz propia: la de la Madre.
IMAGEN Y MONTAJE: JORGE IGLESIAS Y ALBERTO MINGUEZA
REDACCIÓN: JOSÉ ÁNGEL GALLEGO
- published: 23 Mar 2016
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