Las tendencias que antecedieron la
Revolución mexicana, fue el desarrollo capitalista impulsado desde el gobierno oligárquico de
Porfirio Díaz, la forma como se fue configurando un capitalismo dependiente y subordinado a intereses externos. Y solo un puñado de aristócratas disfrutaron de la bonanza, naciones extranjeras y en especial los ESTADOS UNIDOS, ya disfrutaba del petróleo mexicano. Una frase que decía el dictador Díaz, era "
México tan lejos de dios y tan cerca de
Estados Unidos".
Un mes después de la huelga de
Cananea, el 10. de julio de
1906 los magonistas publicaron el
Manifiesto y Programa del
Partido Liberal Mexicano, documento en que aparte de exigir mayor democracia y respeto al voto electoral, se señalaba la urgencia de implantar medidas a favor de los obreros como: establecer el horario de ocho horas, el salario mínimo, reglamentación del servicio doméstico y a domicilio, prohibición de hacer trabajar a menores de edad, mantener condiciones higiénicas en las empresas, pagar indemnizaciones por accidentes de trabajo, suprimir las tiendas de raya y pagar igual salario a igual trabajo desempeñado por extranjeros o mexicanos.
El alza de precios en la canasta básica de alimentos —
CBA—, producto de la decisión de los Ministerios de
Hacienda y de
Fomento, de abandonar el patrón plata, para sustituirlo por el patrón oro. Esta medida se decretó en el
Diario Oficial de la Federación del 21 de junio de 1907, y se tomó para respaldar el valor adquisitivo del peso mexicano.
Las consecuencias del pánico financiero que la recesión económica a nivel mundial produjo, y que se originó en
Nueva York, a mediados de octubre de 1907. La industria de México, que apenas estaba comenzado su incipiente desarrollo, se vio frenada ante la imposibilidad del gobierno para remediar la situación. El desempleo ocasionó la caída de salarios, con lo que miles de trabajadores comenzaron a emigrar a los estados sureños de
Estados Unidos de América, como
Arizona o
Texas. Nuevamente, los estragos de la crisis ocasionaron su desempleo por las fábricas norteamericanas, y en consecuencia, su deportación a México, lo que agudizó aún más la situación.
En el verano de
1908, —principalmente en el mes de julio— los campesinos de todo el país padecieron una intensa sequía, que se extendió desde
Sonora a los estados sureños como
Chiapas. Las malas cosechas de años anteriores, aunado a la severidad de la crisis económica mundial y de la sequía, hicieron que en México se viviera una escasez de alimentos, y más adelante, un aumento del desempleo ocasionado por la baja de salarios en la industria y el comercio.
El periodista norteamericano
James Creelman, entrevista a Díaz en 1908; que México ya se encontraba preparado para la democracia, se comenzaron a formar clubes y partidos políticos con la esperanza de poder participar en la próxima contienda electoral, que imaginaron libre y abierta. Había quienes suponían que debía actuar con prudencia y antes de que se diera un cambio total y radical, debería de mantenerse como presidente y cambiar únicamente al vicepresidente, quien debería aprender a gobernar, para que cuando faltara el dictador, los cambios se dieran sin sobresaltos ni riesgos y el pueblo mexicano comenzara a gozar de una auténtica vida democrática.
El 04 de abril de
1909, Díaz se entrevista en
Palacio Nacional con
F. I. Madero. En 1908, Madero había publicado un libro titulado La sucesión presidencial en 1910. Critica la perspectiva de la reelección de P. Díaz, al tiempo que llega a la conclusión de que "no deberíamos esperar ningún cambio al desaparecer el general Díaz", porque "su sucesor seguirá la misma política". No excluye la posibilidad de una reelección de Díaz, pero insiste en la necesidad de que se pueda elegir libremente el vicepresidente. Es de suponer que Madero prevé de un lado que sería él vicepresidente, y del otro lado que sería próxima la muerte de Díaz. Hasta propone a éste que él, Madero, desista de su postulación a la Presidencia en cambio de que Díaz retire el apoyo de los elementos oficiales a la candidatura de
Ramón Corral para la vicepresidencia. Al fin y al cabo Madero concluye que las combinaciones que pregona no pueden concretarse.
Para conmemorar el
Centenario de la independencia de México, la noche del 15 de septiembre; mismo día en que el presidente cumplía ochenta años, Díaz presidió la ceremonia del "
Grito", en el
Zócalo de la
Ciudad de México, ante más de cien mil personas.
Antes de 1910, esta fiesta se celebraba en las primeras horas del día 16, pero el presidente la adelantó a la noche del 15 a fin de que pudiese coincidir con su cumpleaños. Al día siguiente se inauguró el monumento conocido como el
Ángel de la Independencia, cuya construcción databa desde 1902.
- published: 10 Jun 2013
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