Roberto De Vicenzo

CONVERSACION: ROBERTO DE VICENZO & GUIDO MIZRAHI

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• published: 16 Feb 2013
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Breve conversación— golf y pensamiento Guido Mizrahi: — ¿Hay alguna relación entre el golf y el pensamiento? Roberto De Vicenzo: —Yo creo que un deportista, no todos por supuesto, alcanzan un grado de maestría que pueden volverse creadores, artistas, pensadores, seres con estilo propio, con una impronta en el movimiento, en la estrategia, en las ideas que aplica a lo que hace, cómo utiliza sus herramientas, sus manos etcétera. Fijáte Monzón, Nicolino Loche, Bonavena...son diferentes pegadores, con estilos propios. Lo mismo en el tenis, el fútbol. Guido Mizrahi: —Maradona, para mí es uno de los grandes artistas y filósofos argentinos de todos los tiempos, además de deportista inmortal, como los dioses. Roberto De Vicenzo: — Todos los deportes tienen un ritmo, un sonido, una sensación y un pensamiento. En el golf, el golpe a la pelota, lo mismo que en el tenis. En el tenis tenés el grito o la exhalación del jugador cuando le pega. Y ese sonido se siente, es una sensación. Cuando le pegás bien se siente un sonido especial. Lo mismo que cuando le pegás mal. Además, en el golf intervienen otros sentidos. El tacto, por ejemplo, cuando agarrás el palo, la firmeza, la precisión, la suavidad de las manos, el peso del palo, los zapatos sobre la arena, etcétera. La vista es esencial también. Observar la cancha, la caída de los greens, el vuelo de la pelota. Además de observar la belleza del paisaje, las lagunas, los árboles. Es un deleite especial para casi todos los sentidos...También tenés el olfato del aroma del aire, la brisa que te acaricia o te sacud, la lluvia, el viento fuerte, la inclemencia de un día tormentos... Guido Mizrahi: —... y el jugador adentro de toda esa composición de sentidos. Una suerte de unión con la naturaleza. No es así en el caso del filósofo que casi siempre trabaja encerrado entre cuatro paredes, libros, papeles y alguna que otra salida a la calle para refrescarse un poco. Eso llega a enloquecerte a veces. Solo en un cuarto pequeño, en una habitación alquilada, con alguna esporádica caminata... Roberto De Vicenzo: — El golfista también llega a hablar con los árboles...Se juega contra la cancha, pero todo es interioridad.