Madrid, 24 oct (efesalud.com). El especialista en Emergencias,
Alejandro Blanco Aoiz, del
Consejo General de Enfermería, nos demuestra en este vídeoblog cómo se efectúa una reanimación cardiopulmonar cuando se desploma un hombre o una mujer y se comprueba sin tardanza que ha perdido la consciencia y la respiración, probablemente por fallo cardíaco.
Una persona que sufre una parada cardiorespiratoria pierde la mayor parte de sus posibilidades de sobrevivir en 10 minutos, según la estadística de la Curva
Drinker. En base a estos datos empíricos, es fundamental actuar inmediatamente.
El objetivo de este vídeo, con maniquí de entrenamiento médico, es aclarar y simplificar las recomendaciones del Consejo Europeo de Reanimación dirigidas a mujeres y hombres no sanitarios que presencian un episodio de este tipo.
En primer lugar activaremos la cadena de supervivencia llamando a los profesionales, el
112 en
España, y a continuación nos pondremos en acción con rapidez y eficacia, pero con calma: ¿El individuo está en parada cardiorespiratoria?
Sus signos vitales, como la temperatura, la coloración o el tono muscular, nos ayudarán en nuestras apreciaciones.
Se evalúa su consciencia en pocos segundos: "Hablamos y aplaudimos con sonoridad para que reaccione; y si no responde, le tocamos y zarandeamos levemente".
Si no despierta, "raspamos su esternón con los nudillos para provocar dolor en sus músculos pectorales". Si no se rebela, nos aseguraremos de que su vía aérea no esté obstruida por la lengua.
"Cuando la lengua se relaja -explica- cae hacia atrás y obstruye la entrada de aire, por lo que tenemos que retirarla: extendemos el cuello llevando hacia atrás la cabeza con nuestras manos, colocadas en la frente y en el mentón del paciente".
Una vez restablecida la entrada de aire hacia los pulmones, observaremos que no haya objetos o restos de comida que ocluyan la zona de la laringe.
Y si no se ven cuerpos extraños, acercamos nuestra oreja a la boca, que manteníamos abierta. Trataremos de oír, ver o sentir su respiración: "Escucho con atención la salida de aire y observo si el tórax se expande o no se expande".
Cuando un paciente está inconsciente y no respira, se procede a la resucitación empleando la técnica de reanimación cardiopulmonar (
RCP).
El ciudadano o voluntario se debe acomodar al lado del paciente, arrodillado, y situar los brazos estirados encima de su tórax.
"Las dos manos se posicionan palma sobre dorso y con los dedos entrelazados encima del esternón, hueso que divide las costillas.
Solo ejerceremos fuerza con el talón de la mano, oprimiendo el apéndice del esternón hacia el interior de la caja torácica, donde se encuentra el corazón".
La presión se ejecuta de forma progresiva, aumentando el ritmo y la fuerza en cada compresión.
"El esternón se tiene que desnivelar hasta cinco centímetros para que pulse el músculo cardíaco, se active el corazón y comience el bombeo de sangre. Se obtiene así una mínima presión arterial y aumentan las posibilidades de supervivencia. Además, disminuyen las secuelas físicas en la futura salud del individuo".
A su vez, necesitamos que el paciente respire. Por lo que a las treinta compresiones sobre el tórax se deben añadir dos ventilaciones por la boca.
La secuencia 30-2 será más efectiva si nos ayuda otro voluntario y disponemos de un sistema de barrera para intercambio de fluidos (filtro de gasa o válvula unidireccional).
La RCP se ejecuta a un ritmo de
100 compresiones por minuto, el cual se puede conseguir susurrando una canción, como '
La Macarena' o, según un estudio americano, '
Stayin' Alive' de los
Bee Gees.
Y como
Alejandro, además de enfermero, es un tío simpático, nos inicia en el ritmo de la banda sonora de la película '
Saturday Night Fever' (
Fiebre del sábado noche) mientras salva la vida a nuestro paciente virtual.
"El ciclo 30-2 se repite cuantas veces sean necesarias, hasta que nos sustituyan los profesionales sanitarios".
La técnica RCP es agotadora, por lo que, si flaquean las fuerzas, cambiaremos la posición con el voluntario de las ventilaciones. Y si estamos solos, "bajamos la frecuencia de las compresiones, pero nunca dejando de ejercerlas; ya que es muy importante mantener la esperanza de vida de la persona que estamos salvando".
El enfermero Alejandro Blanco nos recuerda que debemos cuidarnos con dietas sanas y ejercicio diario, dejando atrás malos tragos y el hábito tabáquico, que, a buen seguro, nos puedan llevar a las puertas del infarto agudo de miocardio (
IAM).
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- published: 24 Oct 2014
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