Dinosaurios y cocodrilos
Miguel Morales (14/05/2011 20:28)
En el período cretácico existió un tipo de cocodrilo gigante que era capaz de devorar al dinosaurio más grande y feroz, según lo relata la revista National Geographic en su número de noviembre de 2009. Este descomunal cocodrilo evoca la situación de FANCESA, no sólo porque en sus canteras se encontraron las famosas huellas de dinosaurios más extensas del planeta, sino porque ahora FANCESA está en las fauces de un cocodrilo.
La privatización de FANCESA
En el año 1999, el gobierno de Jaime Paz Zamora privatizó la tercera parte de las acciones de FANCESA, la fábrica de cemento más grande del país, vendiéndola por la suma de 26 millones de dólares.
El comprador fue Samuel Doria Medina, alto dirigente del partido en función de gobierno y, además, dueño de SOBOCE que, en ese entonces, era la segunda cementera del país. Gracias a esta compra Doria Medina lograba el control de más del 70% del mercado nacional del cemento.
Desde el momento de la compra, Doria Medina se hizo del total control de FANCESA por medio de un polémico convenio que firmó con uno de los copropietarios de la fábrica y que le daba plenos poderes para designar a todos los ejecutivos de la empresa y definir las políticas de producción y comercialización.
De este modo Doria Medida consumaba una de sus operaciones financieras más exitosas de todos los tiempos: con tan sólo 26 millones de dólares obtenía el control del mercado nacional del cemento y, por si fuera poco, obtenía también el control total de FANCESA, la empresa que durante tantos años había copado el mercado nacional del cemento impidiendo el crecimiento de Doria Medina.
Los éxitos de FANCESA hoy
Según las noticias publicadas en prensa, FANCESA está hoy, luego de doce años de la privatización, en una situación económica inmejorable. Las estadísticas oficiales confirman que efectivamente la producción de FANCESA se incrementa cada año, en una tendencia creciente (ver figura 1). Así, en 1998 la producción de cemento fue de 365 mil toneladas, mientras que la del año 2010 fue de 658 mil, es decir, casi se duplicó.
El único periodo en el que la producción decreció fue en los años 2000 y 2001, cuando Doria Medina puso en marcha la "racionalización" de FANCESA. Esta radical medida debería ser objeto de un análisis especial, pues implicó una severa pérdida de la capacidad de productiva de la fábrica. El shock fue tan fuerte que tuvieron que transcurrir cinco años para que FANCESA pueda recuperar los niveles de producción que tenía antes de la privatización.
¿Y qué es de su hermana?
Con la privatización, FANCESA ganó una hermana melliza, SOBOCE; ambas dependían del mismo padre y tenían el mismo tamaño. Sin embargo, con la privatización de FANCESA la hermana melliza empezó a fortalecerse a grandes pasos, tanto es así que hoy, SOBOCE produce cuatro veces más de lo que producía hace diez años (ver figura 2), y es dos veces más grande que FANCESA.
Si bien al inicio ambas empresas eran de tamaño similar, en el sentido que producían más o menos la misma cantidad, hoy las cosas cambiaron radicalmente: SOBOCE produce el doble que FANCESA y, cada año que pasa, la diferencia tiende a incrementarse.
En efecto, en la figura 3 se observa que la brecha de producción entre SOBOCE y FANCESA se hace cada día más grande; en el año 1990, FANCESA producía más que SOBOCE; al momento de la privatización, el año 1999, SOBOCE producía 50 mil toneladas más que FANCESA. A partir de entonces la brecha se hace cada vez mayor. En el año 2000, la brecha era de 250 mil toneladas; el año 2008, la brecha fue de 430 mil toneladas; en el año 2010, la brecha es la más grande de toda la historia, SOBOCE produce 560 mil toneladas más que FANCESA.
La otra cara de la moneda
Las estadísticas oficiales revelan que FANCESA está perdiendo progresivamente su parte en el mercado; año tras año, su producción, a pesar de crecer, cubre una parte más pequeña de la demanda nacional.
Sucede todo lo contrario con SOBOCE, la otra empresa cementera de Doria Medina, que cada día tiene una parte más importante del mercado. En el siguiente gráfico se compara la participación de ambas empresas en el mercado, lo cual permite descubrir el verdadero reptil que mora en Calorcko, el cocodrilo (ver figura 4). Efectivamente, las curvas toman la forma de un cocodrilo que abre sus fauces amenazadoramente.
La curva de FANCESA tira hacia abajo, es la mandíbula inferior, la curva de SOBOCE tira hacia arriba, es la mandíbula superior. Son curvas que evolucionaron de manera similar hasta que Doria Medina tomó el control de FANCESA y desde entonces empezaron a evolucionar en direcciones opuestas.
El análisis estadístico de correlaciones revela que los periodos de mayor crecimiento de SOBOCE correspondieron exactamente con los periodos de mayor decrecimiento de FANCESA; vale decir que una empresa crecía ocupando el espacio que dejaba la otra.
El cocodrilo devora al dinosaurio, SOBOCE engulle a FANCESA. En principio, esto no es una gran novedad, pues sucede cada día en economía, es uno de los resultados del libre juego de la competencia. Pero en este caso, no tuvo nada que ver la mano invisible de la economía, sino la mano visible de Doria Medina; él dirigía ambas empresas, de él dependía hacer crecer una empresa en detrimento de la otra. Puede ser legal, pero no es ético.
Y desde el punto de vista de FANCESA, la privatización fue un pésimo negocio; se incrementaron las utilidades, es verdad, pero a cambio de haber favorecido el crecimiento de su principal competidor en el mercado del cemento. Y esta sí es una gran catástrofe económica.
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