Leer detenidamente este increíble poema de
José Echegaray (1832-1916), te hace pensar y reflexionar sobre la actitud ante la muerte que tomamos en las distintas etapas de la vida.
Estas quedan perfectamente reflejadas en cada uno de los encuentros.
Mañana e infancia: miedo y huida; madurez y mediodía: indiferencia, distancia; vejez, noche y luna: mirarse frente a frente, proximidad. Y lo mejor de todo: La Sed. La sed por la vida. Aparece en la infancia y en la juventud, parece desaparecer en la madurez, y en la vejez vuelve aún con más intensidad, con más necesidad y apremio que en la infancia ("
... y aún no sacia el agua fría sed atrasada y ardiente...). Hay mucho que aprender de este poema, en especial cuando lo lees por tercera, cuarta, quinta... vez. La mejor conclusión, tenemos que beber mientras podamos, que novedad ¿verdad? ("
Oled las rosas mientras podáis...)
José Echegaray, un hombre nacido en
España que se destacó como dramaturgo, incursionó en la política, se formó como ingeniero, sumó experiencia en el plano docente, realizó valiosos aportes en el área matemática y dejó huella en el mundo de las letras.
José_EchegarayEste descendiente de un médico oriundo de
Aragón y una dama de
Navarra abrió sus ojos al mundo el 19 de abril de 1832 en
Madrid.
Poco después, su familia decidió mudarse a
Murcia, donde él completó la escuela primaria.
Con sólo catorce años de edad, el autor regresó a Madrid para asistir al Instituto de
Segunda Enseñanza
San Isidro.
Tiempo más tarde, este apasionado de la lectura recibiría el título que lo habilitaba como Ingeniero de Caminos,
Canales y
Puertos.
En 1854, Echegaray fue contratado por la
Escuela de Ingenieros de Caminos para dar clases de diferentes materias. Desde 1858 y hasta
1860, la docencia también la ejercería en la Escuela de Ayudantes de Obras Públicas. Los años siguientes lo encontrarían como
Director General de Obras Públicas y como Ministro de
Fomento y de
Hacienda.
Por esa época, además, este español demostraría su talento para la escritura con “
La hija natural”, una propuesta a la que le seguirían “El libro talonario”, “La esposa del vengador”, “En el puño de la espada”, “
Para tal culpa, tal pena”, “Lo que no puede decirse” y “Los dos curiosos impertinentes”, entre otras obras.
En 1904, el dramaturgo que llegó a presidir el
Ateneo de Madrid y la Asociación de Escritores y Artistas Españoles fue distinguido con el Premio Nobel de Literatura, galardón que ese año también quedó en poder del escritor
Frédéric Mistral.
José Echegaray, quien fuera además integrante de la
Real Academia Española, falleció en Madrid el 14 de septiembre de
1916.
- published: 04 Nov 2015
- views: 126