Asiria fue un imperio de la antigüedad situado en el suroeste asiático, ocupando el norte de la antigua
Mesopotamia, mientras
Babilonia ocuparía la parte sur.1 Sus límites fueron, al norte, los montes Tauro, al sur
Caldea (Babilonia), al este la
Media y al oeste Mesopotamia
Historia
Durante el
III milenio a. C., la región de
Asia Anterior estuvo bajo la influencia de la civilización sumeria establecida en la llanura sur de Mesopotamia. En las investigaciones hechas a raíz de las excavaciones arqueológicas de la ciudad asiria de
Assur se ha podido comprobar que las estatuas halladas tenían mucho en común con las encontradas en otros templos sumerios. Esto demuestra la gran relación cultural que sin duda existía entre ambos pueblos desde tiempos remotos.
Oriente Medio hacia
2300 a. C.
Hacia el año
2000 a. C. invadió Mesopotamia (aproximadamente el actual
Irak) el pueblo de los elamitas, pero más tarde entró otro pueblo nómada, los amorreos, procedentes de
Siria que conquistaron por el sur a los sumerios y por el norte a los sirios.
Se sabe que un siglo más tarde grupos de mercaderes asirios formaron colonias en
Anatolia (actual centro de Turquía), y que allí establecieron un próspero comercio de metales preciosos y de textiles.
Entre los años 1813 y 1780 a. C., Asiria alcanzó la categoría de imperio. Fue el primer
Imperio asirio, de la mano del rey Shamshiadad I hasta que en el año 1760 a. C.,
Hammurabi de Babilonia derrotó y conquistó a los asirios que pasaron a formar parte del Imperio de Babilonia.
El siglo
XVI a. C. fue un periodo de invasiones y gran confusión por toda Mesopotamia. Asiria se vio bajo el control de unos y otros invasores (los mitani y los hititas sobre todo), hasta el siglo
XIV en que el rey asirio
Ashur-uballit I se liberó de sus opresores e incluso llegó a agrandar los límites de sus tierras. Los sucesores de este rey ampliaron más las fronteras y supieron enfrentarse a los pueblos de alrededor: urarteos, hititas, babilonios y lullubis.
Oriente Medio hacia 1400 a. C.
Hacia el año 1200 a. C., una oleada de pueblos procedentes de la península balcánica, conocidos como los
Pueblos del Mar fueron los causantes del final del Imperio hitita y del debilitamiento del Imperio egipcio.
Uno de estos pueblos, llamado mushki, se asentó al este de Anatolia y fue una constante amenaza para Asiria. Otro pueblo nómada y semita, el arameo, hostigaba continuamente a los asirios por el oeste. Asiria se hizo fuerte y resistió el empuje de estos pueblos, y endureció su ejército que a partir de entonces fue famoso por su crueldad y temido por sus enemigos, de tal manera que al verse amenazados y ante su proximidad no les quedaba más remedio que huir; la gente que quedaba en las aldeas o las ciudades atacadas era masacrada o llevada a Asiria como esclavos. Las ciudades eran saqueadas y después arrasadas, pero no se anexionaban al Estado asirio.
Este sistema de lucha y conquista fue variando con el tiempo. A finales del siglo X a. C. los reyes asirios ya anexionaron varios territorios de los arameos que estaban situados al este del río Jabur (en el valle central del Éufrates) y de los de la región de los ríos
Gran Zab y
Pequeño Zab.
En el siglo IX a. C. reinó Asurnasirpal II, desde el 884 al 859 a. C. Construyó la ciudad de Calach y la hizo su capital, en sustitución de la antigua Assur. La arqueología de esta ciudad ha dado un verdadero tesoro en inscripciones halladas en los monumentos, sobre la historia de este rey. Se sabe de él entre otras cosas que sus campañas bélicas fueron numerosas, devastadoras y brutales.
Expansión del Imperio asirio entre 824 y 671 a. C.
En el siglo
VIII a. C. surge un floreciente imperio militar que duró dos siglos. En este periodo histórico fueron tributarios de Asiria los fenicios, los israelitas y muchos pueblos de la Media y de
Persia. Los asirios llegaron en su expansión hasta
Egipto por el oeste y Persia por el este. Es una época de esplendor en que los reyes vivían con gran lujo, ejerciendo un gobierno despótico.
Durante esos años gobernó la dinastía de los Sargónidas, cuyo primer rey fue Sargón II que trasladó su séquito a una nueva ciudad llamada
Dur Sharrukin (Fuerte de Sargón). Las ciudades se embellecieron con magníficos monumentos a costa de los cuantiosos tributos cobrados a los pueblos sometidos.
Sargón II fue sucedido por Senaquerib, (célebre por el relato Bíblico que afirma que no pudo tomar Jerusalén en tiempos del rey Ezequías y el profeta Isaías), y éste por Asarhaddón, quien reinó en los primeros años del siglo
VII a. C., y llegó hasta Egipto y tomó la capital, Menfis. Su hijo
Asurbanipal llegó más lejos, hasta Tebas e hizo campañas militares en
Susa (
Irán).
A la muerte de este rey hubo una revolución interna. Después de estos acontecimientos hay pocas noticias históricas.
- published: 28 Feb 2014
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