El Nuevo Herald
September 23, 1998
 
Balazos de Tlaltelolco resuenan por 30 años

 RENE VILLEGAS
 Reuters

 México -- Preparativos de una demanda penal contra un fallecido ex
 presidente y nuevas presiones para la apertura de archivos secretos se
 anticipan a la conmemoración de 30 años de uno de los capítulos más
 sangrientos en la historia de México.

 El trigésimo aniversario de la denominada Masacre de Tlatelolco será
 recordado el 2 de octubre con tradicionales protestas callejeras, actos
 políticos y la difusión de los resultados de una investigación legislativa
 ordenada hace un año.

 El 2 de octubre de 1968, tropas militares con apoyo de agentes civiles de la
 policía secreta abrieron fuego contra una multitud congregada en la Plaza
 de las Tres Culturas, de la céntrica zona capitalina de Tlatelolco.

 La masacre, cuyo saldo nunca quedó fehacientemente establecido aunque
 distintas versiones señalan que los muertos superaron los 300, puso
 dramático fin a protestas de una efervescente izquierda juvenil que
 movilizó a muchedumbres contra el gobierno del entonces presidente
 Gustavo Díaz Ordaz.

 Díaz Ordaz, el séptimo presidente que el gobernante Partido
 Revolucionario Institucional (PRI) llevó al poder desde 1929, asumió la
 responsabilidad ``personal'' del cruento episodio, pero su gobierno nunca
 aceptó la muerte de más de 32 personas.

 El ex mandatario falleció en 1979, pero representantes de un llamado
 Comité 68-98 anunciaron el lunes que promoverán un juicio penal contra él
 y varios de sus cercanos colaboradores para sentar un ``precedente
 histórico'' frente a la masacre.

 Consultado sobre la probable demanda, el secretario (ministro) de
 Gobernación, Francisco Labastida, respondió el lunes ante periodistas: ``el
 licenciado Díaz Ordaz ya está fallecido, no veo el caso... pero, en fin''.

 Miembros del Comité 68-98, integrado por más de 500 personalidades que
 en julio exigieron en un documento la apertura de los archivos secretos de
 la matanza en poder del gobierno, dijeron que la demanda involucrará
 también, entre otros funcionarios, al secretario de Gobernación de la época
 y sucesor de Díaz Ordaz en la presidencia, Luis Echeverría (1970-76).

 Echeverría,citado en febrero por la comisión que investiga la masacre, no
 pudo ser interrogado en su domicilio durante un tumultuoso encuentro con
 los legisladores, por discrepancias sobre la presencia de la prensa.

 El ex presidente declaró entonces a periodistas por primera vez, sin
 embargo, que los militares involucrados en la sangrienta represión
 ``cumplieron órdenes'' del entonces comandante supremo de las Fuerzas
 Armadas, el presidente Díaz Ordaz.

 Echeverría negó que él hubiera ordenado la matanza, por el simple hecho
 de que ``la lealtad del ejército lo obliga a no recibir órdenes de otros'' que
 no fueran su comandante supremo.

 El jefe de gobierno de la capital mexicana, Cuauhtémoc Cárdenas, ex
 candidato presidencial y considerado líder moral de la izquierda mexicana,
 declaró el lunes la necesidad de aclarar, de una vez por todas, el papel de
 los militares en la masacre.

 ``Ha sido injusto que el ejército cargue, desde esa fecha, con las
 responsabilidades de la masacre'', dijo al reparar que, institucionalmente,
 ``las fuerzas armadas no tuvieron ninguna responsabilidad'' en el episodio.

 Miembros de la Comisión Investigadora del Caso 68, creada en octubre de
 1997 con participación de legisladores de los cinco partidos políticos
 representados en el Congreso, dijeron haber tenido acceso a documentos
 gubernamentales referidos a la masacre.

 Pero agregaron que la comisión no pudo conocer otros archivos
 clasificados como ``secretos'' y que reposan en poder del ministerio de la
 Defensa, la secretaría de Gobernación y la presidencia de la República.

 La comisión divulgará el 2 de octubre las conclusiones de sus
 investigaciones en un documento anticipado como ``Informe de la Verdad''
 sobre la masacre de 1968.
 

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