Artículo de Baptiste Giraud en Reporterre, el diario de la ecología, 13 de mayo de 2015.
Operación expulsión el martes 12 de mayo: por la mañana temprano, los ocupantes de la zona ocupada de la incineradora de Echillais y de la “Casa Feliz” de Boyardville han sido expulsados por orden de la prefecto de policía.
Los zadistas se lo esperaban, por lo que la cosa no ha tenido consecuencias. La decisión de expulsarlos había sido tomada por los jueces en enero y abril respectivamente, pero las fuerzas del orden no han actuado hasta el 12 de mayo.
La primera ZAD ha durado algo más de cuatro meses. Desde el pasado 31 de diciembre, los zadistas impedían el inicio de las obras de la incineradora en el municipio de Echillais, cerca de Rochefort, al ocupar un espacio adyacente a la vieja incineradora actual, donde estaba previsto la construcción de la nueva. El proyecto, que pretende aumentar la capacidad de incineración de residuos en el sur del departamento, también ha sido denunciado por la asociación Pays Rochefortais Alert’, PRA, debido a su lógica irracional, su coste financiero y su impacto ambiental.
Sin embargo, la agrupación de municipios que lo impulsa, el SIL o Syndicat intercommunautaire du litoral, quería que los trabajos empezaran cuanto antes. “Se sabía que antes de terminar mayo tendrían que empezar, tal como lo estipulaba el contrato de inicio de obras”, explica Jean-Marc Cornu, miembro de PRA. Durante todo este tiempo, y sobre otro tema diferente, en Boyardville, isla de Oleron, una segunda ZAD se ha formado en los antiguos locales de un instituto experimental, la “Casa Feliz”. Los ocupantes se oponen a la “Malconche”, un proyecto de producción industrial de mejillones y ostras.
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