Los Sagrados Gathas - Canto 2

• published: 27 Feb 2015
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Este Segundo Canto de la Cantata Ajunavaiti, necesita de una introducción por dos motivos: 1. Este es quizás el récord más antiguo de una obra teatral. En ella se presenta una conversación entre El Más Sabio, Mazda Ahura y sus dos principales Esencias así como el Alma, personificada, del Mundo Viviente es decir de la creación viva. Alegoricamente esta obra nos instruye de cómo es la relación de Dios para con sus criaturas. Es de vital importancia que el lector mire a este Canto como lo que es un alegoría en forma de una obra teatral. No se puede interpretar literalmente. Dios tiene encargado el progreso a la renovación y realización de su Creación a sus leyes es decir al Orden Correcto, su compendio de leyes Éticas y Físicas (Acha en Avestani Antiguo). Pero al avanzar su creación a criaturas capaces de raciocinio abstracto y conciencia de la ética, o sea del mal y el bien universal y abstracto, el Alma de lo Viviente, es decir el sentido, de la Creación es interpretado en alegoría como sufriendo por el abuso de que es victima la creación viviente por parte de los errados es decir lo que no conocen el Orden Correcto establecido por el Más Sabio. En la subsiguiente conversación entre el Formador, sus Mismas Esencias y lo que El ha formado, vemos que: a) Dios no manda ha alguien que no le haya conocido y escuchado. b) No manda ha alguien que no esté listo y decidido. c) No manda a alguien sin darle elocuencia, e instrucción. d) No manda a un gobernante poderoso, ni a un guerrero, sino a uno que instruye provocándonos a pensar. Es obvio por lo tanto que Dios no se impone si no que busca convencer. Y cuando escuchamos el mensaje veremos que es a través de convencernos a escoger a favor del Orden Correcto que el hombre progresa eticamente hacia la semejanza con Dios. Es decir el derecho a escoger de acuerdo a lo que uno cree, el libre albedrío, la libertad de elegir, es el principio por el cual el hombre puede progresar si esas elecciones son en armonía con el orden establecido por el Creador. Este es un punto sumamente importante porque el Dios que se ve a través del prisma de la Mantra, es decir de los Gaathas, no es el clásico Señor ni Rey de las religiones Abrahamicas. Ni tampoco es un Juez que enfuerza sus leyes y su Justicia. El Más Sabio Señor es un amigo, un aliado y un Maestro (de hecho quiere llegar hacer nuestro hermano en alma, pero para eso necesitamos llegar a la armonía con su naturaleza ética) por estas razones Dios ni juzga, ni condena, ni castiga sino apoya instruye y sostiene al mortal en su lucha contra el error y el mal. De hecho el Creador es conocido como El Todo Bueno, e incapaz de pensar, comunicar o hacer mal o error. Esto es porque su naturaleza es intrínsecamente correcta. Es más el Orden Recto es parte de su Naturaleza Él es UNO con el Orden Recto que Él creo y del cual Él es su fuente. También presenta al Creador como interviniendo en este mundo solamente de acuerdo con, y por medio de, sus Esencias y Atributos. Mas tarde se vera que la inferencia de los Gaazas es que el Creador es tan inmenso en su totalidad que no puede ser entendido sino a través de sus Esencias y que mora, en si, en otro plano de existencia a lo que solo se puede llegar si uno está en armonía con su Orden Cierto y en posesión de una naturaleza ética similar a la Divina. Sin embargo y al mismo tiempo sus Esencias están presentes en todo lo creado. Su Sabiduría, Sus leyes Físicas, su Benevolencia, su Energía y demás no solo moran entre nosotros y pueden llegar a ser nuestras sino que de hecho sostienen la vida y la existencia misma, tanto así que sin el Orden Recto, por ejemplo, no podríamos existir. 2. Este Canto puede haber sido originalmente el primero como algunos traductores reclaman. Pues se puede ver como una introducción que explica el porque de la elección de Zaratustra y el interés del Creador en aliviar y eliminar el sufrimiento y sus causas de su creación. Sin embargo el estilo Ario de composición incluye el empezar una composición con una oración. Por esto muchos traductores aceptan el orden tradicional en el cual este Canto es el segundo de la Ajunavaiti, y el primero es visto, principalmente, como una oración introductoria. Ambas sugerencias tienen sus méritos y, en realidad, si se entiende este Canto como lo que es una alegoría teatral; no tiene gran importancia si es una introducción o un interludio explicativo, por lo tanto los autores de esta traducción lo han dejado como el segundo Canto de la Ajunaviti