Un manifiesto por la biodiversidad urbana -
Ya han pasado más de dos años desde que el centro social okupado La Carbonería sufre la amenaza de un proceso judicial que pretende acabar con este espacio y las actividades que allí se desarrollan. Durante este tiempo, y ya desde antes de que La Carbonería empezase su camino hace ahora más de 4 años, hemos visto aparecer, transformarse y desaparecer decenas de iniciativas que apostaban por la autoorganización, la autogestión de nuestras necesidades y la desobediencia civil como forma de sobrevivir en un contexto cada vez más deshumanizado.
Decenas de brotes que apuntaban por la gratuidad, por diferentes formas de entender el mundo, las relaciones, la cultura, el ocio, la economía, el consumo, … una forma de escapar a la homogeneización en la que estamos inmersas las personas a día de hoy, una forma de cultivar la biodiversidad urbana, de acoger la diferencia, la disidencia, en lugar de exterminarla.
Los desalojos de La Universidad Libre La Rimaia i Barrilonia, los procesos que están viviendo CanVies, El Niu De la Guatlla i la Revoltosa, así como las coacciones a algunas asambleas de barrio i tantas otras trabas a colectivos no son una coincidencia.
El caso de la Carbonería no es demasiado diferente. El pasado martes 18 de Diciembre el juzgado nº48 de Barcelona emitió la orden de desalojo del edificio que pretende culminar el proceso civil iniciado contra este proyecto el próximo 8 de Febrero de 2013. Todo ello a pesar de que desde hace cuatro años, en el barrio de Sant Antoni de Barcelona, La Carbonería se autogestiona para realizar actividades sociales, culturales y políticas, abordando diferentes temáticas: medio ambiente, alimentación, solidaridad, concienciación social, creación artística, salud corporal, medios alternativos, cultura no comercial entre otras. También aportando espacios para que otros colectivos puedan desarrollar sus actividades y formando parte activa del tejido asociativo del barrio, alimentando una semilla con personalidad propia.