Allá van... allá van", gritaban tres hombres, mientras señalaban hacia al centro de Tegucigalpa, dirigiendo a dos motorizados de la Policía Nacional. Sin embargo, la reacción fue tardía: a unos metros de ellos yacía el cuerpo inerte de Joaquín Santos Arita, un policía héroe que murió en el cumplimiento de su deber. El policía ejemplar luchó por su vida como una "fiera", pero desafortunadamente tuvo una lucha desigual. El policía ejemplar luchó por su vida como una "fiera", pero desafortunadamente tuvo una lucha desigual. El diario La Tribuna publicó en exclusiva la semana anterior, en el diario impreso y su sitio web, la dramática historia de Santos Arita (40), un agente de Tránsito que fue ultimado de un disparo en la cabeza por dos pandilleros que se conducían a bordo de una motocicleta. El hecho ocurrió el pasado 7 de agosto en el bulevar Centroamérica, frente a Plaza Bancatlan, exactamente en el carril hacia el centro de la ciudad. Santos Arita ayudaba a cruzar la calle a una mujer mayor cuando se percató que dos hombres se transportaban en una moto, acción prohibida por la ley desde junio del 2012. El agente los requirió y, en vez de atender el llamado, el pasajero del vehículo de dos ruedas se bajó y le disparó en dos ocasiones, pero ágilmente se agachó y repelió el ataque, acto seguido, se abalanzó contra el delincuente y sostuvo una lucha de 30 segundos en promedio. Luego de una tenaz persecución, los victimaros del policía fueron capturados. Luego de una tenaz persecución, los victimaros del policía fueron capturados. El cómplice, que observaba el hecho, entró en acción, intentó sacar del cinturón la pistola de reglamento del policía, pero no lo logró y la lucha se tornó desigual, puesto que los dos individuos forcejearon por el arma, hasta que uno de ellos la agarró y a sangre fría le disparó en la cabeza. Posteriormente, huyeron con rumbo al centro de la ciudad.

• published: 02 Sep 2013
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