Irán-Israel: no a las amenazas de guerra del Estado israelí

En los últimos años, la amenaza de ataques inminentes contra Irán pasa recurrentemente al primer plano de la actualidad. ¿Son las amenazas actuales más serias que las anteriores? [Français]

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Irán-Israel: no a las amenazas de guerra del Estado israelí

Suenan de nuevo tambores de guerra en Oriente Medio. Asistimos a una ofensiva conjunta de Israel, los Estados Unidos, Francia y el Reino Unido contra Irán. Comenzó hace unas semanas en Israel con un debate público sobre la necesidad de atacar Irán antes de que se dote del arma nuclear y ha sido relanzada durante el G-20 de Niza por Obama y Sarkozy, llamando a ejercer una presión sin precedentes contra Irán, mientras la prensa británica habla de preparativos de guerra por parte de los Estados Unidos y Gran Bretaña. Esto contribuye a la creación de un clima de tensión tras la publicación de un informe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica sobre el programa nuclear iraní.

Dicho informe, como los anteriores, no aporta ningún elemento que pruebe que el programa nuclear civil esconda algún programa nuclear secreto. Pero, a diferencia de los anteriores, el nuevo director de la Agencia, el japonés Yukiya Amano, antiguo embajador en Washington, está totalmente alineado con las posiciones occidentales. El informe se hace eco de “informaciones” suministradas por los servicios secretos de países miembros de la AIEA hostiles a Irán que hablan de “serias inquietudes respecto a una posible dimensión militar del programa nuclear”. A falta de pruebas concretas, recurren a insinuaciones y manipulaciones para preparar a las opiniones públicas de cara a una aventura militar contra la teocracia iraní.

En los últimos años, la amenaza de ataques inminentes contra Irán pasa recurrentemente al primer plano de la actualidad. ¿Son las amenazas actuales más serias que las anteriores? Se agitan sobre todo para conseguir que ni China ni Rusia hagan uso de su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear un nuevo conjunto de sanciones económicas contra Irán. Hasta el momento, la estrategia occidental ha consistido en asfixiar al país para conminar a su clase dirigente a ser más dócil. El fracaso en Irak aconseja la prudencia… Tanto es así que el halcón del Pentágono Leon Panetta ha avisado sobre las “consecuencias imprevisibles” que podría acarrear una acción militar contra Irán.

Pero el peligro de una guerra no puede descartarse en absoluto. No confiamos lo más mínimo en los elementos más extremistas en Tel Aviv y Washington, que podrían estar tentados de alentar una provocación para conseguir sus fines. La situación estratégica de Israel se ha degradado muchísimo en estos últimos tiempos, provocando una gran febrilidad a la nomenclatura militar que dirige el país. A nivel regional, la alianza militar con Turquía está rota, en Egipto la conciliadora dictadura de Mubarak ha sido sustituida por un régimen inestable que no puede alinearse con tanta facilidad con Tel Aviv y Washington. Incluso las dificultades por las que atraviesa un viejo enemigo, la Siria baasista, aliada de Teherán, son un motivo de angustia: pueden crear una situación similar a la iraquí, donde proliferen los combatientes islamistas dispuestos a lanzar operaciones contra Israel. A nivel internacional, la movilización en torno a la campaña BDS (Boicot – Desinversiones – Sanciones) ha tenido su efecto, en particular entre los aliados tradicionales de Israel, más en un momento en que a nivel nacional están teniendo lugar movimientos sociales masivos. Hay quien sostiene que se podría hacer frente a esta serie de reveses mediante una “victoria” contra Irán.

El incendio no es inevitable en Oriente Medio, es posible detener la escalada. Pero para ello es preciso atacar a la raíz de los problemas:

Nunca habrá paz mientras no se atienda a las legítimas reivindicaciones del pueblo palestino.

Alternative Libertaire se opone tanto al uso civil como al militar de la energía nuclear y es partidaria de la desnuclearización a escala mundial, lo que implica que las grandes potencias que cuentan con la bomba atómica (Francia, Estados Unidos, India, Pakistán, China y Rusia), tanto como Israel o Irán, destruyan su arsenal y no adquieran más.

Todas las tropas extranjeras deben retirarse de la región y es preciso que se desmantelen las bases militares norteamericanas.

Alternative libertaire

16 de noviembre de 2011